Ambos equipos cayeron ante rivales de menor poderío y no consiguen despegarse del 12º y 13º puesto (respectivamente) a los que no consiguen superar desde el principio del torneo debido a su irregularidad. Mientras que Boca fue goleado en Paraná por un Patronato que busca engrosar el promedio, River cayó como local ante Sarmiento que se encontraba directamente entre los últimos siete de la tabla.
A once fechas desde su arranque, la Liga Profesional nos sigue dando de que hablar por su condición imprevisible y el gran momento que se encuentran viviendo algunos conjuntos como Atlético Tucumán, Gimnasia, Argentinos y Godoy Cruz. La salida de jugadores al mercado al exterior, la situación económica y la necesidad de pelear copas internacionales son algunos factores que contribuyen para explicar esta situación. Y, sin escaparse de esta lógica, en Nuñez y La Boca sufren cada uno por su cuenta.
No obstante, a pesar de encontrarse en una situación similar en cuánto a resultados y su eliminación de la Copa Libertadores, las condiciones son diferentes para ambos. En primer lugar, mientras que el ciclo de Marcelo Gallardo viene consolidado hace más de ocho años y se encuentra atravesando un momento complicado, Hugo Ibarra solo cuenta con un puñado de encuentros para el xeneize, quien a su vez ha atravesado la salida de su capitán Carlos Izquierdoz y un problema declarado entre los jugadores y su dirigencia. Es decir, en su caso parece un conflicto tanto futbolístico como institucional. Sin embargo, también cabe recordar que, a diferencia de su máximo rival, Boca se encuentra con la tranquilidad de estar clasificado a la próxima Libertadores por ser el último campeón del torneo local.
Una derrota histórica
Aunque no es la primera vez que Patronato vence a los de la ribera (lo había logrado hace solo un año de la mano del entrenador Iván Delfino), si se trata de la primera en que le juega de igual a igual y lo supera por un amplio margen de tres goles. El conjunto visitante estaba desorientado, impreciso, sin una idea clara y con escasas sociedades, situación que aprovecharon los locales comprendiendo sus puntos débiles. Sin dudas, la presión alta, los pelotazos largos y las jugadas de pelota parada fueron la mayor virtud del equipo dirigido por Facundo Sava.
La misma historia de siempre
Por su parte, el millonario volvió a repetir un patrón del ciclo Gallardo: dominó a su rival durante los primeros minutos, aunque no fue capaz de traducir esa tenencia en goles. Sarmiento aguantó, fue prolijo en defensa y, sobre todo, efectivo. Dos jugadas sobre el final del primer tiempo, un pase filtrado y un córner, fueron suficientes para irse arriba por duplicado en el marcador. De nuevo, fragilidad en la dupla central y error en la salida de Franco Armani. Ya con el reloj en su contra y el equipo de Junin aprovechando ese factor, los locales descontaron, pero no volvieron a ser incisivos.
Redactor: @Valenrezaa
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Foto: River Plate