Sin premio gordo en Anduva
Un empate para empezar la andadura en esta temporada de Mirandés y Sporting
Mirandés y Real Sporting volvían a la competición tras una última temporada en la que ambos, especialmente los gijoneses, rindieron por debajo de lo que se esperó, pero a la que llegaban después de un periodo veraniego cargado de cambios en ambos.
En los primeros compases de partido intentaba llevar la batuta del juego el Sporting pero los de Etxeberria estaban muy bien posicionados sobre el verde. El primero en probar fortuna fue Roberto López. Amagó de primeras y soltó la zurda en la segunda pero la pelota la desvió Izquierdoz con la pierna. Poco después sería Nico Serrano. Rompió a Juan Otero en dos ocasiones y su centro al segundo palo lo tuvo que despejar a córner Cote. Un córner al punto de penalti en el que a Juanlu se le quedó la pelota atrás cuando quería definir de primeras.
En la réplica, Ramón Juan evitó el 0-1. Balón en profundidad de Queipo que olió Djuka como un sabueso y su disparo, raso y cruzado, lo sacó el portero con el cuerpo en el mano a mano. Tenía hambre Djuka que tuvo un derechazo desde el perfil diestro y la pelota besó la red lateral de la portería.
El partido estaba intenso y con ritmo en Anduva y no tardaron en llegar los goles. El primero en abrir la lata fue el conjunto jabato, que a pesar de las dos ocasiones de Djuka, estaba mereciendo el gol por juego y llegada. Esta vez fue Juanlu quien robó el esférico y la jugada acabó con un pase desde la izquierda que intentó definir Salinas desde fuera del área. La pelota no fue a portería pero la desvió a la jaula con la cabeza Raúl García de Haro.
Poco duró la alegría a los locales. Y es que el Sporting hizo el empate. De una falta lateral sacó petróleo el conjunto de Abelardo: la puso José Ángel Cote en verso con su zurda desde su costado y Gragera saltó más que nadie en el área para mandar la pelota a la escuadra corta con la cabeza. Entró con muchísima potencia ese balón en la portería jabata.
Estaba el partido interesantísimo. Quería tener el control el Sporting pero el Mirandes no perdía su esencia: presión, y verticalidad en el juego. Nico Serrano estaba volviendo loca a la defensa asturiana. Al filo del descanso tuvo una opción el cuadro local a balón parado pero se mantuvo el empate al descanso.
EStaba bien el Sporting en el tramo final y consiguió ver puerta aunque el tanto no subió al marcador. La jugada nació de una sandía al cielo que bajó Djuka y este le puso a Otero el balón en el espacio. Parecía que el cafetero arrancaba en línea pero desde el VAR vieron fuera de juego y quedó en nada su cabalgada y su definición certera en el mano a mano. Se quedaba sin premio un Sporting que había sido superior en el segundo tiempo. Sin premio se quedaban ambos conjunto que comenzaban el curso con empate.