Mismas sensaciones, distintos objetivos

Apenas dos jornadas de liga y los fantasmas del pasado vuelven a aparecer en un Leganés que ha sembrado muchas dudas en este inicio liguero. A ello hay que sumarle la llegada de unos nuevos dueños, un entrenador casi debutante en la categoría (tan solo doce partidos con el Zaragoza) y un límite salarial que ahoga las cuentas del club. Unas cuentas que hace apenas unos años estaban saneadas; de hecho, el equipo madrileño era uno de los ejemplos a seguir por su excelsa gestión económica. Con o sin refuerzos, el Anxo Carro será una dura prueba para medir la incertidumbre en el seno pepinero. 

Escasa producción ofensiva y errores individuales

El talón de Aquiles de cursos anteriores vuelve a estar presente en Butarque. No hay gol. Para más inri, este año no es que no haya gol, que también, sino que no hay recursos ofensivos. La delantera blanquiazul está compuesta por Juan Muñoz, Qasmi y Manu Garrido. El primero de ellos no es un nueve como tal y se siente incómodo siendo la única referencia. El marroquí, al menos de momento, no goza de la confianza de Idiakez. Por su parte, Manu Garrido era un futbolista destinado para el filial (Segunda RFEF) pero viendo la delicada situación ha urgido la necesidad de subirle. Este es el contexto actual en la parcela ofensiva e irremediablemente parece tener difícil solución. Ya afirmó el propio Idiakez en una entrevista concedida al diario AS reflejaba la delicada situación “a veces pienso que me encantaría que me trajeran un delantero de un millón de euros, pero ya tengo claro que no va a ser posible”.

Los errores defensivos están siendo otra de la tónica habitual en las dos derrotas. Siguiendo la línea del curso pasado, las desconexiones puntuales de futbolistas en determinados momentos de los partidos son más que patentes. Sin ir más lejos, en Oviedo, el gol de Bastón, exjugador pepinero, vino precedido de una acción muy mal defendida por el conjunto madrileño. Primero fue Josema el que pecó de inocencia al no entrar a Lucas que centró cómodamente para que, posteriormente, Perea cometiera un penalti infantil sobre el propio Bastón. Detalles que cuestan partidos. Finalmente, Avilés culminó la tarde aciaga con una expulsión por roja directa en tan solo 145 segundos. 

La permanencia como gran objetivo

Un año más el objetivo primordial, y a priori único, será el de mantenerse un otro curso en LaLiga Smartbank. Tras el descenso del Alcorcón, los lucenses son ahora el decano de la categoría de plata (ya son once las campañas seguidas en el segundo escalafón del fútbol español). Eso sí, esperarán no pasar tantos apuros como en los cursos precedentes. En las últimas cuatro temporadas su mejor puesto clasificatorio ha sido el decimosexto. Desde la entidad gallega saben de la dificultad de mantenerse el fútbol profesional, más aún contando con unos recursos profesionales ínfimos. Transfermarkt –portal especializado en tasaciones de futbolistas– sitúa al Lugo como la “peor” plantilla con un valor total de 6,38 millones de euros. Muy lejos del segundo clasificado en este particular ranking que es el Andorra con 9,40 millones. Este dato no hace más que refrendar el mérito que tiene las salvaciones del equipo gallego. 

Tras un mal debut en casa frente al Albacete (1-2 para los manchegos) los albivermellos se quitaron, en cierta parte, el sabor agridulce del inicio liguero con un meritorio empate en el Heliodoro. Ahora buscarán hacer bueno ese punto sumando otros tres ante el Leganés. Un equipo al que se le da especialmente bien precisamente cuando le recibe. En sus siete enfrentamientos solo ha sucumbido en una ocasión ante los del sur de Madrid. Los otros duelos se sellaron con tres victorias para los locales y los mismos empates.