Oasis en el desierto
El Pucela cae derrotado después de intentarlo de mil y una formas y estrellarse con Ledesma, mientras que con una llegada y un error de Asenjo el Cádiz encuentra el primer gol y alegría del curso
Ganar a un rival directo como el Almería, con un gol en el tiempo añadido, devolvió la confianza a los pucelanos. Pero estos ánimos renovados sufrieron otro golpe al perder ante el Girona (2-1), tras hacer un buen partido, en la última jornada de LaLiga Santander. Los de Pacheta, que solo han vencido en un partido y han sacado un empate de otro, no han podido encadenar dos buenos resultados esta temporada. Cinco partidos, cinco derrotas. Así llegaban a esta jornada los de Sergio, que volvía a la que fue su casa. Les está costando encontrar el nivel que al final del curso pasado evitó el descenso del equipo. Además aún no sabían lo que era marcar y han caído en varios partidos por goleada.
El partido arrancaba en Zorrilla con un par de llegadas sin peligro por parte del cuadro blanquivioleta que encontraron réplica gaditana con dos buenos ataques por el carril central con presencia de jugadores como Lucas Pérez y Brian Ocampo. Los gaditanos desaprovechaban un saque de falta en la frontal y el equipo de Pacheta casi disfrutaba de un acción de gol algo rocambolesca hasta con dos rebotes a su favor dentro del área.
Tanto locales como visitantes llevaban más peligro a la contra en sus ataque. En el 20′ llegaba la primera ocasión de los andaluces con un disparo de Lucas Pérez de falta que desviaba un defensa a córner. Nueve minutos más tarde, era Olaza quien disfrutaba de una falta que salía salta. A falta de diez para el final del primer acto, buena internada de Fresneda por el costado derecho que superaba a Brian Ocampo, servía un peligroso envío pero Weissman no atinaba en el remate. La última del primer tiempo también sería para los locales con un remate de Weissman que paró Ledesma. El delantero del Pucela cabeceó un buen saque de esquina dentro del área.
Cuando los jugadores iban caminos de vestuarios, unas palabras entre Iván Alejo y Roque Mesa terminaron con varios jugadores de ambos equipos empujándose en la boca del túnel de vestuarios. No llegó a más.