No hay aún fecha prevista para su vuelta, pero Mikel Oyarzabal ya ve la luz al final del túnel. El eibartarra, lesionado desde aquel fatídico 13 de marzo contra el Alavés, ya tiene el OK para empezar a hacer entrenamiento con el grupo: la próxima semana. Esa alta médica dista mucho del alta competitiva, pero es una señal de que su recuperación ya entra en la última fase y que su retorno va en los plazos previstos señalados cuando pasó por el quirófano (finales de octubre o principios de noviembre).
Para Oyarzabal ese plazo siempre ha sido un claro objetivo a cumplir. El jugador sabe que es indiscutible para Imanol Alguacil y también una pieza muy importante para Luis Enrique en la Selección. Desde que lesionó y conoció su fatídico pronóstico, el llegar al Mundial de Qatar en noviembre era un objetivo harto difícil, pero conocedor de la confianza y fe del asturiano en él, sabe que, si llega al 100% y con cierto ritmo de competición, tendrá opciones de acudir al país asiático.
No obstante, para eso aún le queda un largo camino por recorrer. Un camino que ya tiene la línea de meta en el horizonte, pero para lograr alcanzar esa meta aún le quedan hitos por conseguir. El primero es completar los suficientes entrenamientos en grupo y coger la forma que le permita volver a jugar con la Real Sociedad y tener algo de ritmo de competición para que la convocatoria a Qatar tenga opciones de ser real.