Once puntos tiene el Burgos en su casillero y nadie dura, tras 7 partidos sin encajar un gol, que vienen dados en gran medida por su solidez defensiva y por un José Antonio Caro imbatido. Sin embargo, esa solidez podría haberse traducido en más puntos si en el área contraria el conjunto blanquinegro hubiese tenido más punch. Y es que los de Calero muestran en este inicio ser un muro infranqueable atrás pero la carencia de mordiente ofensiva empieza a preocupar.
La definición de Jekyll y Hyde en el diccionario es una persona con dos personalidades distintas, una buena, la otra malvada. En este caso tenemos claro cual es la buena. Cero goles encajados en 7 partidos disputados este curso. La otra, en este caso no es malvada pero si empieza a preocupar y resta quizá un poco de valor a la parte buena. Y es que solo dos goles a favor en esos más de 600 minutos disputados dejan al Burgos un poco cojo. Sin duda no encajar garantiza no perder, ¿pero llega solo con eso?
En su último encuentro ante el Levante, el Burgos comenzó el partido con una intensa presión a su rival que se tradujo en varias ocasiones claras del equipo de Julián Calero, mientras que el Levante no llegaba a la meta de Caro. Sin embargo, esas ocasiones no se tradujeron en goles. El conjunto local, atrevido en ataque, dio mucho trabajo al portero granota, pero le faltó la puntería.
Si el Burgos mantiene a su Dr. Jekyll, la solidez defensiva, y hace bueno a su Mr. Hyde, mejorar la parcela ofensiva; será sin duda uno de los equipos más fuertes de la categoría.