La máquina, el androide o Erling Braut Haaland. Hay infinitas maneras para referirse a uno de los principales exponentes del fútbol mundial en la actualidad. Haaland es un ser único; por registros, por entorno, por actitud y cualquier aspecto que rodea su advenediza figura. No hay forma de explicarlo. Es un error en la matrix. Una cadena perfecta de hechos que, afortunadamente, nos permiten visualizar uno de los sujetos más estimulantes dentro de cualquier terreno de juego. Un efecto dominó que no asimilamos como deberíamos, desde el día en que Erling empezó a practicar atletismo en Bryne (Noruega) hasta el 10 de mayo de 2022, cuando un barco celeste dirigido por Pep Guardiola inició un vínculo excitante aún antes de verlo.
El líder de Inglaterra los últimos años desembolsó 60 millones de euros en una disputa por la contratación de Haaland, se antepuso ante cualquier competidor que buscara hacerse con los servicios del delantero y así efectuó el movimiento que le da el salto definitivo a los cityzens. En la teoría se podían poner muchos ‘peros’; un origen exótico que aún se infravalora en la élite, la Bundesliga como único precedente top para desconsiderar su alto rendimiento o la ausencia previa de ese perfil de delantero en el repertorio de Pep Guardiola. Ahora la práctica arrasa con cualquier prejuicio negativo que se pudo meditar de esta unión.
Haaland es el máximo goleador de lo que va de temporada, superando a cualquier jugador del panorama europeo. De hecho, se le hace tan fácil anotar goles que la vigencia de los datos de este artículo posiblemente caduque en menos de 24 horas, sin embargo, podemos hablar de números en su inimaginable campaña.
Haaland ya se postula para hacer la mejor temporada goleadora a nivel individual de un jugador de Premier League en la historia. Si nos remontamos a las temporadas de Mohamed Salah (2017/18) y de Ruud van Nistelrooy (2002/03) en las que recolectaron un total de 44 goles en todas las competiciones, Haaland ya ha producido el 43,18% (¡casi la mitad!) de lo que hicieron ambos fenómenos, pero el noruego solo ha disputado 12 encuentros, 40 menos que Salah/van Nistelrooy. Si el androide jugara la misma cantidad de partidos y continuara con esta racha de producción (2,08 goles p/90), matemáticamente aplastaría los récords y finalizaría la temporada con 92 goles. Pero eso es imposible, porque sostener una media de dos goles por partido es inhumano, aunque no sabemos qué tan humano es Haaland.
Además, esta nueva incorporación es un plus competitivo para un equipo que generaba en exceso, pero le costaba producir a sobremanera por la ausencia de un finalizador de este calibre. Haaland, aportando menos a nivel asociativo que un falso ‘9’ en su lugar, aporta más a nivel goleador sin depender de que le generen demasiado. Haaland presiona menos, es menos móvil y con menos aptitudes asociativas, pero es un goleador singular y eso vale más que cualquier cosa.
Hace mejores a sus compañeros, Kevin De Bruyne tiene ahora mayor margen de pase y a Haaland no le interesa tener ocasiones claras para convertir, así como Phil Foden, Bernardo Silva o Riyad Mahrez se sienten más cómodos a nivel posicional con un referente que dirija los ataques, con un foco que se lleve toda la atención. Haaland en Premier League duplica sus goles anotados (14) en relación a sus goles esperados (7,63xG), lo que evidencia su capacidad irreprochable para disparar. No es dependiente de un partido dominante ni de un contexto favorable, con que le lleguen dos balones marca la diferencia.
La opinión pública desde el momento del anuncio del fichaje se orientaba en gran parte en señalar a Pep Guardiola, existía un ‘miedo’ por parte del aficionado común en que el estratega español decidiera ‘mediapuntizar’ al atacante noruego. Cosa que claramente era insensata, porque el talento de Haaland se denota cuando tiene tareas de punta. Haaland necesita ser la referencia, reconoce muy fácilmente cuándo atacar al espacio, cómo ejecutar sus movimientos y tiene una forma inusual de utilizar su visión del campo de juego para interpretar la zona de finalización, además de contar con un tren superior e inferior imponente a nivel físico. Es una bestia que tiene que desatar sus instintos dentro del campo de juego, porque -como ya ha declarado alguna vez- le encanta jugar al fútbol, lo disfruta como pocos, y así el talento fluye natural y exponencialmente.
No obstante, Haaland ha ido mejorando progresivamente su influencia en el juego con balón del City, el ex-Borussia Dortmund va evolucionando con calma en esa faceta de su juego. Cada partido, el contexto le da una tarea distinta y Pep trabaja desde la pizarra para indicarle cómo debe actuar con balón, porque sí, Haaland, además de su enorme talento y actitud competitiva, sabe seguir instrucciones con excelencia. No se está convirtiendo en un mediapunta, ni alejándose del área, pero está desarrollando fácilmente su cumplimiento de tareas asociativas para que el equipo mejore con él. Un desenvolvimiento necesario para que el equipo de Guardiola llegue al tiro para el final de la temporada. Como anillo al dedo para los del Etihad.
Erling Braut Haaland. Sé que ya reconocen el nombre, y lo tendremos presente durante muchos años, por eso insisto. Es Haaland, sin más, un futbolista indescriptible con pocas palabras y aún difícil de explicar indagando un montón en los matices que involucran al delantero más productivo de lo que va de temporada. No existe un jugador comparable -de momento- a lo que significa este chico de 22 años. El 21 de julio del 2000 una estrella fugaz cruzó el planeta para brindarle dones exclusivos y extraordinarios al bebé que Gry Marita Braut daba a luz mientras Alf-Inge Håland tomaba su mano. Un momento en el que nadie hubiese imaginado que ese pequeño ser humano que llegaba a la vida conmocionaría a todos los aficionados del balompié a lo largo del planeta, porque eso es lo que está logrando Haaland en 2022. Thank you, Erling.
Data y gráficos: The Analyst, Sky Sports, Squawka y Fbref.
Imagen: Manchester City: Sitio Web Oficial.
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