El Rayo se pone la gala europea para arrebatar al Madrid el liderato
El Real Madrid claudica en Vallecas y pierde el liderato una jornada antes del parón mundialista
La Liga Santander da sus últimos coletazos antes de que la competición liguera se detenga durante un mes completo con motivo de la celebración del Mundial de Qatar. Y en esta penúltima jornada antes del parón, el líder de la competición, el Real Madrid, visitaba el Estadio de Vallecas para intentar abrir la brecha con el Barça, que hizo los deberes en la misma jornada. En frente, todo un Rayo Vallecano que ha hecho de su feudo un fortín durante toda la temporada, y que se ha asentado en la zona alta de la tabla, llegando incluso a pelear por hacerse con un hueco entre los puestos europeos.
Borrachera de goles en la primera mitad
Que los vallecanos no hacen prisioneros es algo que le quedó muy claro a los de Carlo Ancelotti nada más comenzar el partido. Y es que los franjirrojos no tardaron ni cinco minutos en deshacer el empate inicial. Y fue precisamente a través de una gran incursión por banda de Fran García, canterano y jugador aún en propiedad del conjunto blanco, que llegó a línea de fondo por la banda izquierda y puso un caramelo al punto de penalti. Un regalo que Santi Comeseña no dudó en aprovechar, con un exquisito golpeo con el interior que puso el cuero muy lejos del alcance de Thibaut Courtois.
Tras el sorpresivo gol inicial, los blancos, en esta ocasión luciendo su uniforme negro, trataron de sacudirse del golpe inicial que asestaron los locales, a través de un mayor control del juego, sobre todo en el aspecto ofensivo. Una labor que por momentos llegaron a dificultar en gran medida los vallecanos, de la mano de una altísima presión que impedía a los blancos sacar el balón de una forma efectiva.
Tal fue así, que el primer cuarto de hora del encuentro fue controlado al máximo por los de Andoni Iraola, estando mucho más cerca el segundo de los locales que el gol del empate, con un arranque de partido que dejó totalmente desubicados a los blancos sobre el césped. De hecho, muy cerca estuvo de llegar ese segundo gol, tras un grave error en la salida de Eder Militao que dejó a Álvaro García totalmente solo frente a la meta blanca. Sin embargo, Courtois se vistió de santo una vez más para salvar a los suyos.
Pasaban los minutos y el conjunto blanco seguía sin encontrar una jugada larga con la que desarmar a la defensa de los franjirrojos, mientras que los locales no mostraban signos de flaqueza en la enorme intensidad que habían impuesto durante los primeros compases del juego. Sobrepasado el ecuador de la primera mitad, y por un motivo meramente físico, los locales disminuyeron en cierta medida la intensidad de los primeros minutos. Algo que permitió a los blancos ganar peso en el desarrollo del juego, sin que ello se tradujese en ocasiones claras.
Pasaban los minutos y el Madrid iba ganando cada vez más posición, y los acercamientos al área del conjunto local eran cada vez más frecuentes. Y fue a través de una incursión en el área de Marco Asensio la forma en la que los visitantes lograron sacar petróleo, ya que Fran García trastabilló al balear de forma clara en el área. A pesar de que Soto Grado no lo señaló en primera instancia, desde el VAR le instaron a revisar la jugada. Y tras revisarlo en la pantalla, el árbitro riojano señaló la pena máxima. Un golpeo del que se encargó Luka Modric, vestido con el brazalete de capitán ante la ausencia de Benzema, quien no falló desde los once metros para poner las tablas en el marcador.
Y si algo hemos aprendido a lo largo de este año, es que cuando el Madrid pone la maquinaria a funcionar, es un equipo imparable. Y es que tras una primera parte en la que el Rayo dominó durante una gran parte del primer tiempo, teniendo incluso la oportunidad de poner el 2-0, los blancos dieron la vuelta al marcador en cuestión de cinco minutos. Y el segundo gol blanco corrió a cargo de Eder Militao, con un cabezazo inapelable tras un córner que Asensio botó de maravilla.
No obstante, si algo caracteriza a los vallecanos, es que, al igual que el rival que esta jornada tenían en frente, es el orgullo y el empuje. Y es que tan solo dos minutos después de que Militao diese la vuelta al marcador, y tras una jugada algo embarullada en el área de Courtois, la pelota le cayó llovida a Álvaro García, que la pegó con el alma para superar nuevamente al meta belga, poniendo nuevamente las tablas en el marcador, y sellando el 2-2 definitivo con el que el partido se marcharía al descanso.
El Rayo se lleva el gato al agua en un partido de locura
Arrancó la segunda mitad con los mismo 22 hombres sobre el terreno de juego. No obstante, lo hizo con un guion totalmente distinto al que lo hizo la primera, ya que los de Ancelotti no tardaron ni dos minutos en anotarse la primera ocasión de la segunda mitad. En un contragolpe fulgurante, Asensio entregó un balón largo a Rodrygo, pero el carioca no acertó entre los tres palos defendidos por Dimitrievski.
Un hecho que ni mucho menos iba a hacer arrugarse a los franjirrojos, que siguieron tirando de coraje y de intensidad para igualar la calidad individual de los futbolistas del Madrid. Y durante los primeros minutos de la segunda mitad, esa intensidad fue más que suficiente para igualar las fuerzas entre ambos conjuntos, ya que durante estos primeros compases, los vallecanos lograron quitar el balón a los de Ancelotti.
Tal fue así, que la igualdad fue el factor predominante durante el primer cuarto de hora de la segunda mitad. Y tras la de Rodrygo, la segunda clara se la apuntó el Rayo, con un cabezazo cruzado de Camello tras un centro tenso de Fran García desde el perfil izquierdo, con un cuero que pasó no muy lejos del palo derecho de Courtois.
Y el encargado de abrir nuevamente la caja de pandora fue el VAR. En esta ocasión, en favor de los vallecanos, puesto que Dani Carvajal tocó la pelota con la mano dentro del área. Y en vista del criterio aplicado a lo largo de todo el año, a pesar de tratarse de un golpeo involuntario, debía ser castigado como penalti. Fue Trejo quien se encargó de intentar poner por delante al Rayo, pero Courtois detuvo el lanzamiento. No obstante, Soto Grado mandó repetir el lanzamiento, ya que la bota del belga se encontraba milímetros por delante de la línea. El ‘8’ volvió a asumir la responsabilidad, y en esta ocasión, sí logro poner el 3-2 en el marcador.
El gol hizo mucho daño a los blancos, que a 20 minutos de la conclusión del encuentro, veían como el liderato se les escapaba entre los dedos justo antes del parón mundialista. Y es que a pesar de tener el control del resultado, el Rayo no le perdió la cara al encuentro en ningún momento, y siguió incomodando al conjunto blanco, que aún no hallaba la vía fácil para llegar hasta la meta de Dimitrievski.
A falta de tan solo quince minutos, el partido comenzaba a romperse, y parecía que un gol se hallaba próximo, y podía ser cualquiera de los dos equipos el primero en lograrlo. Ancelotti intentó agitar el árbol y tiró de la única baza ofensiva que tenía en el banquillo para rematar balones en el área: Mariano. Los minutos pasaban y los locales cada vez veían más cerca la gesta, mientras que, al mismo tiempo, los blancos veían cómo el liderato se alejaba.
Un tramo final en el que el Real Madrid lo intentó con más fé que fútbol, ya que no contaron con las armas suficientes para desarmar la zaga franjirroja. Y rozando el 90, a punto estuvo Rodrygo de poner las tablas, pero en boca de gol la mandó por encima del larguero de Dimitrievski.
Ni siquiera los ocho minutos de descuento fueron suficientes para que el conjunto blanco lograse al menos rascar un punto del Estadio de Vallecas, claudicando ante un Rayo valiente y trabajador, y dejando el liderato un jornada antes del parón mundialista. Un Rayo que, por su parte, con esta victoria se coloca rozando los puestos europeos.