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«¡Despierta, futbol humilde!»: El Arenteiro vence a un Almería desorientado

Vía: @CD_Arenteiro https://twitter.com/EnXogo_tvG2/status/1591908997090906112/photo/1

     Arenteiro 2 0 UD Almería

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Los partidos de Copa del Rey de ayer, sábado día 12 de noviembre, eran un preludio de lo que se podía encontrar hoy en Ourense: Un estadio plagado de aficionados locales motivados por enfrentarse a un equipo de primera división, con un equipo humilde que desprende su pasión por el futbol combinándolo con otro trabajo de lo más cotidiano.

Sin duda, el balompié en estado puro.

El UD Almería del catalán, Rubi, entraba en las profundidades del futbol español con la misión de pasar de ronda. Una tarea, a priori, sencilla, pero que seguramente se toparía con un encuentro duro y marcado por la presión de no sufrir «sorpresas inesperadas», como ya le pasó con el Cádiz FC.

Su buena racha en La Liga, manteniendo al equipo fuera de posiciones de descenso, posicionaba al Almería aún más como favorito. No cabe duda de que un buen momento en Liga, puede asegurar las cosas en la Copa. Así lo ratificaban sus 3 victorias en los últimos 5 partidos.

El Arenteiro, por su parte, se adentraba en una realidad totalmente distinta, mística, incluso, donde solo existía vencer al Almería. Su buen momento en la 2ª RFEF, consolidándose primeros y, como advirtió Rubi en rueda de prensa: «Es uno de los más difíciles que les podían tocar».

Los jugadores de Fran Justo, sin asustarse ante nada, se plantaban en la Copa del Rey sin haber perdido aún en liga (10 partidos jugados, 7 ganados y 3 empatados) ni en Copa de Federaciones, con un juego agresivo y con un juego muy bien planteado (y más, ahora, contra el Almería)

La motivación rebosaba por los dos lados, ya fuera por dar la sorpresa o por estar en la siguiente fase con los compañeros de la élite.

Primera parte: Euforia humilde y un ‘gigante’ dormido

Los gallegos, motivados y con ganas de dar guerra a un «primera», no tendrían escrúpulos y lo darían todo nada más comenzado el encuentro.

Así fue como su esfuerzo precoz, les daba un repentino premio que nadie en el Almería se esperaba. Antón Escobar ponía el 1-0 en el marcador a los cuatro minutos de empezado el encuentro gracias a la presión (muy alta) que efectuaría su equipo en conjunto.

El brasileño Kayky se equivocaba y, en un error en un pase hacia su compañero, la pelota le caía al delantero del Arenteiro.

Durante el primer cuarto de partido, el Almería no controlaría prácticamente en ningún momento un partidoque se le resbalaba, igual que el césped del Municipal Espiñedo, deteriorado por la lluvia, dificultando el avance de los jugadores de Rubi.

Los chicos de Fran Justo no se arrugarían y plantearían un juego muy directo, donde el balón pasaría prácticamente siempre por los pies del portero, Diego García, que actuaría como mortero, lanzando misiles envenenados a sus compañeros, muy cerca de la portería almeriense.

En una arrancada por el lateral izquierdo, José Carlos ponía un balón que caía suavemente en la cabeza de Pibe, que dejaba atrás a Centelles y estampaba el balón en el palo, asustando de nuevo al Almería.

Sentenciar a un equipo de élite en la primera parte, era (y no era) lo que esperaba el equipo gallego, y el palo de Pibe daba aún más esperanza.

Antes de acabar la primera parte, ambos equipos demostraban que habría aún espectáculo para rato. Se encontraba con las primeras molestias José Carlos, que no medía bien el apoyo, y poco después se encontraban con un penalti dudoso que el árbitro no interpretaba como tal.

Eufórico. Es como se encontraba el estadio del Arenteiro al final del primer tiempo. El equipo respondía de una manera heroica ante un Almería dormido e irracional, sin una idea clara sobre el campo.

Los de Rubi deberían reaccionar, y rápido, ya que los gallegos se adelantaban en el marcador y en ocasiones.

Segunda parte: La rabia no es la solución

Tal como en la primera parte, el Arenteiro comenzaría presionando sin escatimar, y de nuevo, conseguiría sus frutos, aunque fueran amargos. El árbitro anulaba un gol en fuera de juego que sorprendía a Fuoli desde lejos.

En tan solo 4 mintuos, el Arenteiro tendría tres ocasiones clarísimas, la última con una buena parada de Fuoli que, esta vez sí, reaccionaría ante el goleador, Antón Escobar.

Desesperadamente buscaba una solución Rubi, que bajo la intensísima lluvia de Galicia, se encontraba con un panorama complicado.

Lo intentaba Gui Guedes, que se llevaba por delante a Diego García y una de las mejores ocasiones para los andaluces en todo el partido se desvanecía.

Poco después, Ramazani protagonizaba una jugada «maradoniana» entre los jugadores del Arenteiro y regateaba a más de seis jugadores, poniendo, casi en desequilibrio, un balón que se estampaba en el palo izquierdo de la portería.

El terreno de juego se deshacía en los pies de los jugadores debido a la lluvia, pero ambos conjunto peleaban un partido muy entretenido y de naturaleza humilde.

Al parecer, el ataque gallego ya no se basaba en enviar balones arriba desde la portería de Diego, sino que se apostó por un juego más combinado, aunque eso ofrecía al Almería más espacios y oportunidades, dándole la oportunidad de reaccionar tras su (muy) mala primera parte.

El Bilal y Ramazani encabezaban la revolución almeriense, aunque sin efectividad de cara a portería. El público seguía animando y, de momento, aguantaba el Arenteiro en una lucha similar a los hombres de Leónidas en las Termopilas.

Se protagonizaba una curiosa escena donde Dyego Sousa y Diego García colocaban las protecciones de la portería, de no tanta calidad como las de Primera División, representando la escena, bonita y carismática, del futbol humilde.

Aunque no dejaba tiempo para romanticismos el conjunto gallego, que refrescaba las piernas con algunos cambios y volvía a tener ocasiones claras delante de Diego Fuoli.

Y cuando menos lo esperaba el Almería, que comenzaba a despertar, el Arenteiro sumaba un gol al marcador para (casi) cerrar el encuentro tras un córner, que remataría Rafa Mella en una muy buena acción individual después de un rebote de la defensa.

Ya en el 81′, el público se desataba y soltaba los «olés» a cada pase de su equipo, y la rabia le pasaría factura a un Almería muy tocado y enrabietado por la impotencia de no conseguir superar al Arenteiro.

La muestra de esto era la expulsión de El Bilal Touré, que aunque exagerada, representaba la imagen de enfado del Almería.

Pasaba factura el encuentro en las piernas de los jugadores locales, con muchas molestias y dificultades para mantener el mismo ritmo con el que empezaron.

La megafonía había advertido que no se invadiera el campo tras el partido, pero parecía imposible dada la hazaña conseguida por su equipo, que se metía en la siguiente ronda de la Copa del Rey, donde ya le esperaban los (aún más) grandes equipos.

Aún en el 95′, daba guerra el Arenteiro con algunas jugadas, ya muy cansadas, que definían un partido increíble e histórico.

Conclusión: Nunca dar por hecho

Nunca debemos dar por vencido un partido antes de comenzarlo. Sin duda, esa es la lección que cada año nos enseña la Copa del Rey.

Hoy hemos disfrutado de un futbol puro, salido de las raíces, donde David ha acabado con Goliat en 90′ minutos de tensión.

Después de este encuentro, a la directiva del Almería le tocará reflexionar algunas cosas, puesto que partidos como este definen cargos en algunos casos.

El Arenteiro superó con relativo sufrimiento a un UD Almería que desde el primer minuto al último, salió dormido y sin peligro, sacando del espectro a Ramazani, las luces dentro de la gran sombra negra que hoy ha acechado al equipo rojiblanco.

Los gallegos, en su estadio y en unas condiciones muy difíciles, pasaron a la siguiente ronda tras un muy buen partido donde lucharon todos los balones y dejaron detalles de lo que podría ser un ‘matagigantes’ despertando de su cueva.

Ficha técnica
Arenteiro: Diego García; Germán, Vitra, Pol Bueso, José Carlos (Cruz, min. 88); Markitos (Rafa Mella, min. 75), Álex Fernández, Curro, Pibe (Romay, min. 70); Anton Escobar (Samuel Santos, min. 88), Manin Gonzaga (Jordán, min. 70)
UD Almería: Diego Fuoli; Álex Centelles, Chumi, Kayky, Arnau Puigmal; Samú Costa (Gui Guedes, min. 54), Íñigo Eguaras, Ramazani, Lázaro (El Bilal Touré, min. 54), Francisco Portillo, Dyego Sousa.
Goles: 1-0, Anton Escobar (min. 4); 2-0, Rafa Mella (min. 79)
Árbitro: Pulido Santana, del comité territorial canario. Amonestó a Samú Costa (Amarilla/min. 43), a Chumi (Amarilla/min. 53), a Gui Guedes (Amarilla/min. 58) y El Bilal Touré (Roja/min. 90) por parte del Almería.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda ronda de clasificación de la Copa del Rey, disputado en el Municipal Espiñedo, Ourense.

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