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«Ni leones, ni gladiadores»: Nàstic y Bilbao Athletic se estancan en el Nou Estadi

Pedro Del Campo disputando un balón. Vía @AthleticClub, en Twitter: https://twitter.com/AthleticClub/status/1622276893885009922/photo/1

 Nàstic de Tarragona 0 0 Bilbao Athletic

Previa: En las nubes, y en la tierra

El Nou Estadi se preparaba para albergar hoy, a las 17:00 de la tarde, un partido con las esperanzas por las nubes.

Los ‘Granas’ recibían otra semana más a un público ilusionado tras su reciente buen juego. La victoria cosechada ante el Intercity por su nuevo míster (1-2), Iñaki Alonso, daba razones para enfrentar con optimismo este encuentro ante el Athletic, que llegaba como penúltimo.

Su cambio táctico, de un 5-4-1 a un 4-4-2, dejó detalles últimamente del potencial de este Nàstic que, a pesar de la mala racha de inicios de año, ha recuperado sensaciones y llegaba como noveno, con opciones al Play-Off.

Los de Alex Pallarés, en cambio, no terminaron de arrancar en toda la primera vuelta, y no parecía que lo fueran a hacer en la segunda.

Redimirse en el ‘Nou Estadi’ iba a ser todo un reto, y salir de la zona de descenso era lo que rondaría durante el partido de hoy para los vascos que debían tener los pies en la tierra, pues el Nàstic no se lo iba a poner nada fácil.

Primera parte: Choque (táctico) de trenes

Dio inicio el partido con los dos equipos comprometidos a su estilo: El Nàstic, con un juego muy directo, encabezado por los centrales y los laterales; el Bilbao Athletic, con la posesión por delante y con construcción lenta.

A los bilbaínos les pasó factura en los primeros minutos no ser más verticales y, Aaron Rey, con una gran acción individual, se escapó generando la primera del partido que salvaba cerca del gol Ispiuza.

Al minuto 7, se llevó un susto el Nàstic tras una ocasión de Adu Ares. Manu García salió cojeando tras estirar la pierna y aguantó las molestias a pesar de las ocasiones rivales.

A partir de ahí, se densificó el partido, que se convirtió en un seguido de acciones directas por parte del Nàstic. Todas, sin mucho acierto.

Los locales se centraron en ejercer una presión férrea, que aunque fue eficiente, frenó la dinámica del partido. No dejó avanzar a los ‘leones’, pero su verticalidad se vio frustrada muchos momentos por la falta de efectivos arriba y el cansancio de la presión.

Solo los centros parecía que iban a desestancar un partido que, cada vez más, se enclaustraba en el centro del campo sin más novedades.

Lo intentó Marc Fernández tras un pase de Gorostidi, pero también lo impidió Ispiuza. Y acto seguido, se animó el partido con una buena acción desequilibrante del Bilbao, donde también se convirtió en protagonista Manu García.

El portero ‘Grana’, tras su primer susto, pidió el cambio con molestias en la pierna derecha, y salió substituido por el canterano Daniel Parra.

Goti lo intentó, también, para los bilbaínos, con un tiro que rozó la escuadra izquierda, pero su avión no acabó de arrancar. Es más, ni siquiera embarcó en los primeros 45 minutos.

Aunque el que sí comenzó a dejar indicios fueron los tarraconenses, que protagonizaron dos jugadas muy peligrosas a pocos minutos de finalizar el tiempo reglamentario. Marc Fernández dejó sus detalles cerca del portero y, Pablo Fernández, no aprovechó la oportunidad.

Llegados a los 45, Daniel Parra y su defensa sudaron de lo lindo para frenar a Hugo Rincón, que se deshizo de toda la defensa, pero ni Ares ni Izeta acabaron de rematar el trabajo.

Así terminaba la primera mitad, con un final animado y con los dos equipos enchufados. Prometían un segundo tiempo más emocionante, fácilmente superable por los primeros 45 minutos.

Los ‘Grana’ y los ‘leones’ propusieron cosas tan diferentes que convirtieron el terreno de juego en un auténtico choque de trenes inamovible, y la segunda parte parecía ser la solución.

Segunda parte: Quedarse corto y sin intención

Comenzó dominando la posesión el Nàstic muy cerca del área rival, con la defensa muy adelantada y la presión constante.

Esta vez, no les pasó factura el cansancio y su insistencia les regaló algunas acciones peligrosas que no llegaron al fondo de la red.

La insistencia, aun así, no fue suficiente para los locales, que no incomodaron a Ispiuza y se vieron frustrados por los fueras de juego.

Los de Iñaki Alonso pidieron intensidad ante la presión del Bilbao, que con Adu Ares infligiendo presión por la banda izquierda, y con Goti por la derecha, se encerraron en su campo.

A pesar de esto, Pablo Fernández desatascó momentáneamente el partido y dio el pase clave para que Marc rematase a placer, aunque, de nuevo, fue determinante el joven portero bilbaíno. La frustración opacó al Nàstic, que lamentó cada pase mal calculado.

Pocos minutos después, se quedó solo Marc Fernández (de nuevo), pero con la punta de la bota desvió involuntariamente el balón y dejó al público con la miel en los labios. Y lo mismo le sucedía a Lupu tras una jugada casi idéntica, que lo dejó solo ante el portero, aunque no le alcanzó la velocidad.

A 10 minutos de finalizar el encuentro, Mendibe y Lupu chocaban en un salto y caían desplomados al suelo protagonizando el susto de la jornada. Mendibe salía substituido tras no reaccionar bien, y Lupu se quedaba en el campo con un gran golpe.

Una vez roto el partido, ninguno de los dos equipos dio indicios de hacer un último esfuerzo y, de nuevo, se estancaron en el centro del campo con un reparto de la posesión basada en los balones aéreos y el juego directo por la banda.

Lo único que pudimos ver en los minutos de descuento fue una ‘tángana’ improvisada entre Aaron Rey y Rincón, que solo llevó a que el colegiado enseñase varias amarillas y los aficionados se enfureciesen.

De esta manera acabó el partido, que prometía mucho y acabó con un juego muy duro y dos equipos exhaustos y sin ideas.

Conclusiones: Sin más (y a corregir)

El reparto de puntos parecía insuficiente para los ‘Granas’ que afrontaron el partido con altas expectativas, pero lo aún más para los de Alex Pallarés, que se hundieron un poco más en la zona de descenso.

El Nàstic echó en falta a Joan Oriol en la primera parte, pero tampoco se acabaron de aclarar las cosas en la segunda. Los locales dejaron mucho que desear, y hoy, el sistema no funcionó.

La verticalidad planteada por los de Iñaki Alonso no fue suficiente y Aaron Rey, determinante en el equipo, tampoco acabó de estar enchufado.

Sí destacó, en cambio, Marc Fernández, que con la ayuda de Pedro Del Campo generó todo el peligro ‘Grana’.

Los bilbaínos, de la misma manera, no estuvieron finos en ninguna faceta del juego y, a pesar de tener a Izeta como el gran goleador, no lo encontraron.

Ahora ambos deben centrarse en salir de sus respectivas situaciones y corregir lo que hoy se ha visto, puesto que ninguno ha dado su mejor versión, y su momento en la Liga lo requiere prácticamente todos los partidos.

Ficha técnica
Gimnàstic de Tarragona: Manuel García (Daniel Parra, min. 36); Pol Domingo, Josema, Álex Quintanilla; Nil Jiménez (Joan Oriol, min. 46); Èric Montes Arce, Pedro Del Campo (Lupu, min. 67), Aaron Rey, Gorostidi (Montalvo, min. 46); Pablo Fernández (Marc Álvarez, min. 76), Marc Fernández.
Bilbao Athletic: I. Ispiuza; Hugo Rincón, Trespalacios, Mikel Mendibe (Sillero, min. 81), Chasco (Jon Cabo, min. 88); Rego, Unai Gómez, Gerenabarrena, Adu Ares (Oier López, min. 88), Goti (Luis Bilbao, min. 77); Izeta.
Goles: 0-0.
Árbitro: Pedro Eugenio Muñóz Piedra, del comité arbitral de Madrid. Amonestó a Adu Ares (Amarilla/min. 53) y a Rego (min. 90+4) por parte del Bilbao Athletic. Y a Joan Oriol (Amarilla/min. 60), Aaron Rey (Amarilla/min. 90+4) y Rincón (Amarilla/min. 90+4).
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima segunda jornada de la Primera Federación, disputado en el Nou Estadi Costa Daurada, Tarragona.

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