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Los duros inicios del fútbol de posición

Miguel Ángel Ramírez

Siempre se dice que a los entrenadores nuevos hay que darles paciencia para que construyan un modelo de juego y más adelante un estilo y un proyecto. Es algo que no siempre, de hecho pocas veces, se cumple por parte de los propios clubes. El inicio de Miguel Ángel Ramírez en el Sporting de Gijón es, por el momento, insulso. Suma cuatro puntos, pero el juego que ha transmitido por ahora su equipo es bastante pobre en términos ofensivos, siendo un conjunto que ha mostrado fiabilidad defensiva y bajo palos encajando solo un gol en tres partidos.

Como es de imaginar, ningún club destituye a un entrenador con solo tres partidos y sin llevar apenas un mes en el cargo. Miguel Ángel Ramírez, aunque sectores de la afición y también de los medios de comunicación, ya estén lapidándole en lo más equivalente a una plaza pública que son las redes sociales, goza de la total confianza del club. Probablemente, por lo que el propio club transmite, tenga mucha más confianza que cualquier otro entrenador que haya pasado por el banquillo local de El Molinón en bastantes años.

El club demuestra esa paciencia y darle al entrenador ese tiempo que la propia afición,. desquiciada y nerviosa, no parece querer darle. Todo por una lucha de egos de querer tener la razón con argumentos de auténtica risa como «ese fútbol no gusta en Gijón». Lo que gusta en Gijón es ganar y punto. Sin ser diferente de otras aficiones a las que la sportinguista se empeña en mirar por encima del hombro. Esas falacias sobre que lo que gusta en Gijón es fútbol norteño, de brega, pelea e intensidad son meras paletadas para autoconvencerse de una mentira extendida en el tiempo.

Los inicios del fútbol de posición siempre son difíciles

Por suerte para Miguel Ángel Ramírez, en el club, quienes toman las decisiones, no son tan precipitados en los juicios y en la toma de las mismas. Sobre todo porque han sido ellos quienes han apostado de forma totalmente rupturista por darle al canario el mando del equipo. Y además, si miramos al pasado, veremos que lo que le está pasando al club rojiblanco es algo repetido en el tiempo.

Todos saben que incluso Guardiola cuando llegó al primer equipo del FC Barcelona tuvo un mal inicio. Pero en la categoría de plata hay varios antecedentes, todos en la misma línea de lo que MAR en Gijón. Técnicos con propuestas similares, aunque todas ellas con sus particularidades, como Míchel Sánchez, Andoni Iraola o García Pimienta, han pasado por esta misma situación. Los dos primeros, llegando a estar incluso al borde del cese en más de una ocasión.

1. Tres ascensos con malos inicios

El entrenador madrileño suma tres ascensos a Primera con Rayo, Huesca y Girona. Todos ellos fueron inicios irregulares que acabaron en ascenso, dos por la vía directa y uno en play-off. En Vallecas, sus primeros ocho partidos, solo logró 2 victorias, llegando a encajar 15 goles en contra; casi dos por partido. En Huesca, su mejor inicio, fueron 4 victorias en 8 encuentros, pero a su vez 4 derrotas, todas ellas por 1-0. Y en Girona, de esas 8 primeras jornadas al frente del equipo, solo logró 2 victorias. No fue hasta pasados dos meses de liga que enderezó el rumbo, llegando a estar al borde de la destitución.

2. De estar virtualmente cesado a ascender

Andoni Iraola también sabe lo que es eso de empezar mal. En el Mirandés, el vasco arrancó logrando solo una victoria en nueve partidos; encajando un total de 16 goles. En el cuadro jabato nunca dudaron de él y acabó llevando al equipo a semifinales de Copa y una holgada clasificación con el objetivo de la permanencia. Con el Rayo, en un inicio similar y el objetivo de ascender, solo logró cuatro victorias en doce jornadas que le llevó a casi ser destituido tras un empate en Gijón en noviembre de 2020. De ahí en adelante la historia es conocida y solo hay que mirar donde ha llevado al Rayo el técnico de Ursubil.

3. De no ganar a nadie a enlazar 12 partidos invicto

Por último, García Pimienta asumió el pasado curso a finales de enero la dirección de la UD Las Palmas. Su inicio fue malo en resultados y con muchas críticas hacia el juego. Una victoria en siete partidos, casualmente en su debut (como MAR en el RSG) y con problemas para hacer gol (también aquí) y que hacía que cada gol encajado fuese una losa pesada. Poco antes de cumplir su segundo mes al frente del equipo, comenzó a enlazar una racha de once partidos sin perder con nueve victorias que le llevó a play-off, donde cayó eliminado. Pero que prolongó con un inicio este curso logrando estar invicto otra docena de jornadas y con el equipo peleando por el ascenso directo.

En definitiva, todos ellos son precedentes que tienen algo en común. Tiempo, paciencia y trabajo. Cosas que a MAR, en el entorno del club, hay gente que no parece estar dispuesta a dárselo.

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