Memphis y Oblak despejan las dudas atléticas

Hoy el Abanca Balaídos ha recibido a un Atlético de Madrid en mala forma. En lo que llevamos de año en liga, los del Cholo no han logrado ganar en 3 de los últimos 5 partidos. El empate contra el Getafe y la eliminación de Copa contra el Madrid ha vuelto a poner la posición del Cholo en duda. Los celtistas tienen hoy una oportunidad de oro de aprovechar las dudas rivales y ganar unos buenos puntos para afianzar la salvación poco a poco. Por otro lado, los rojiblancos, más comprometidos que nunca, deberán sacar su garra para ganar en estos momentos.

En los primeros compases del encuentro eh Morata contó con varias ocasiones para el Atlético de Madrid. No obstante los colchoneros no lograban materializarlas, pero dejaban claro que llevaban el mando del partido. La primera gran ocasión del partido la tuvieron precisamente los rojiblancos. Llorente disparó a pase de Griezmann, y Renato Tapia despejó el disparo, eso sí, con sus partes nobles, por lo que acabó la jugada dolorido. Minutos más tarde, ‘El Principito’ tuvo otra buena ocasión, esta vez a pase de Nahuel Molina, aunque su envío se marchó alto.

El Celta por momentos se hacía notar, y fue ganando galones en el partido progresivamente. Primero fue Carles Pérez con un disparo lejano que despejaron conforme se envenenaba. Después fue Aspas con un centro raso al área chica que por poco no encontró rematador. Pero el gran susto llegó de las botas del cedido por la Roma: obligó a Oblak a despejar con los dedos su zurdazo. La primera parte llegó a su fin sin más vaivenes, y con una sensación de que ambos equipos podían abrir la lata en cualquier momento.
La segunda parte daba comienzo con una gran ocasión de Morata. El ex madridista, a pase de Llorente, mandó un chut fuerte y seco que Villar mandó a córner con una gran mano. Griezmann reiteraba la insistencia atlética con otro disparo, aunque este se quedó solo en un intento por la altura que tomó.

Pero Iago Aspas iba a chafarles los planes a todos, o al menos, se quedó a unos centímetros de lograrlo. Se infiltró en la defensa colchonera, recibió en el corazón del área y encaró frente a Oblak. Chutó con mucha intención, superando al guardameta, pero Oblak rozó lo suficiente el balón para que no cogiera demasiada velocidad. Al esloveno le dio tiempo a salvar el balón sobre la línea, y evitar el 1-0 que sin duda, más adelante, fue clave para el resultado del encuentro. La ventana de cambios trajo el sosiego al endiablado ritmo de partido, y después de este, la tormenta volvió. Savic vio una tarjeta roja por frenar a Seferovic por todos los medios, que se marchaba solo frente a Oblak.

La superioridad numérica levantó los ánimos locales, que no habían llevado la batuta en todo el partido, a poder acosar la meta rojiblanca.

Primero fue Aspas, luego Carles Pérez, a este le siguió Renato y hasta Reinildo, indirectamente, probaron al cancerbero. Tanto el portero, como los palos negaron a los vigueses la posibilidad de ponerse por delante. Y como, ya se sabe, quién perdona luego se arrepiente. Al más puro estilo ‘Atleti’, Memphis Depay aprovechó un balón disperso en el interior del área para poner a los rojiblancos por delante en el minuto 89. Se hizo el silencio en el banquillo celeste, y se desató la locura en el colchonero.

Quedaba el descuento, pero no había nada por hacer para los celestes, que veían como perdían una oportunidad de oro para alejarse del descenso. El Atleti sigue siendo el de siempre, y en los malos momentos demuestra que nunca se les puede descartar. Aunque es demasiado tarde para apuntarlos en la lucha por el título, han dado un paso importante para mantenerse en la lucha por los puestos de Champions League.