El Espanyol se rinde a Darder

Se disputaba en el Martínez Valero a las 14:00h algo más que un partido de fútbol. Unos para soñar, otros para respirar, Elche y Espanyol se enfrentaban en duelo de alto calibre. Los aficionados ilicitanos se encargaron de crear un ambiente mágico, esperanzados para revertir una situación muy adversa. Enfrente estaba el Espanyol, envuelto en una mala dinámica y con las ausencias de dos de sus pilares (Joselu y César Montes).

Los locales saltaron al verde con un esquema muy reconocible, pero sin la figura de Pere Milla. Por su parte, Diego Martínez introdujo bastantes cambios respecto la derrota ante la Real. Pacheco, Denis y Gragera estrenaban titularidad, este último como central, supliendo al «cachorro». Rubén Sánchez también entraba de inicio como carrilero en un once algo inusual para los catalanes, formando con 3 centrales.

Los primeros veinte minutos fueron de película. Ambos conjuntos gozaron de oportunidades muy claras para abrir la lata. Cada ataque terminaba en ocasión y parecía que las defensas se hubiesen quedado en el vestuario. Poco a poco, los equipos se fueron asentando. Los visitantes aceptaron el guion dominador propuesto por el Elche a cambio de poder salir al contraataque de vez en cuando. La falsa posición de Fidel en el flanco puso en serios aprietos al rival, quién abandonaba la banda para dejarla libre para un insistente Clerc, que percutía por el carril izquierdo. La ausencia de Montes se hizo notar especialmente en los córneres, una faceta que Machín y su pizarra supieron explotar.

Así pues, la primera parte expiró en un abrir y cerrar de ojos. Para el espectador neutral, el partido era una gozada, para los hinchas, un arduo ejercicio cardíaco. La situación de ambos conjuntos en la clasificación no hacía más que añadir dramatismo a la historia, así que el desenlace de este cuento olía a emoción.

La segunda mitad comenzó como acabó la primera, con un Elche queriendo someter, aunque el Espanyol se defendía con uñas y dientes y hasta llegaba al área rival en algunas contras. Los de Diego Martínez sufrían ante un colista que estaba jugando uno de los mejores partidos de la temporada, así que el vigués dio entrada a Aleix Vidal, Simo y Edu Expósito para cambiar el sistema y dejar a Braithwaite solo en punta.

A lo largo de la segunda parte, los barceloneses se fueron deshaciendo del control ilicitano. El final de partido se prometía apasionante, con un Elche al que no le servía el empate y con un Espanyol que jugó con uno más des del minuto 80 tras la expulsión de Carmona por doble amarilla. De esta manera, se le hizo muy difícil al equipo de Machín mantener las formas y la posesión. Para hurgar en la herida estaba el Espanyol, que fue capaz de inclinar el campo hacia la portería de Edgar Badía en el último cuarto de hora.

Cuando el partido parecía verse abocado a un vano empate, emergió la figura de Sergi Darder. El «mago de Artà» consiguió el ansiado gol de la victoria en el minuto 92 en un disparo desde fuera del área. Los 400 aficionados pericos desplazados a Elche se rindieron a los pies del balear, que una vez más fue determinante para dar la victoria a los suyos y coger aire en la clasificación. Así pues, el «darderismo» se adueña de un Elche castigado por el infortunio. La derrota les deja en muy mala situación, decepcionados después de no poder recoger los frutos de un gran partido.