El Mirandés dejó en ridículo a un Sporting totalmente a la deriva y se llevó los puntos de El Molinón en un partido en el que los rojiblancos estuvieron a merced de un rival que se aprovechó de los regalos rojiblancos.
El Sporting buscaba los tres puntos para distanciarse de las posiciones de descenso, y aunque el Mirandés parecía un rival propicio para ello porque llegaba a El Molinón como el segundo peor equipo fuera de casa, como tantas veces esta temporada la realidad luego fue muy diferente.
Ramírez se encontró con muchas bajas en la delantera ya que no pudo contar con Djurdjevic, Jeraldino y Campuzano lo que dio la titularidad a Milovanovic, un hombre sin apenas minutos en liga pero con tres goles en su haber en la Copa del Rey.
El Mirandés llegó sin complejos, y tras unos minutos en los que los dos equipos se tantearon, los visitantes se adelantaron en el marcador en su primera llegada al área rojiblanca, apenas un minuto después de que el árbitro anulara un gol de cabeza a Milovanovic por fuera de juego.
El gol del Mirandés llegó en un despiste defensivo que permitió una internada de Juanlu que puso el balón al punto de penalti donde llegó solo Salinas, que remató a placer y permitió adelantar a los suyos, lo que provocó las primeras protestas de los espectadores.
Pero la cosa no quedó ahí porque poco después, una pérdida de Pedro Díaz permitió una contra culminada perfectamente por Jofre para marcar el segundo gol, lo que llevó a la grada a mostrar unánimemente su enfado por el juego de su equipo.
Cuéllar salvó el tercero al despejar un remate prácticamente a bocajarro de Gelabert en medio de un total desconcierto local del que no se salvaba nadie.
Los rojiblancos lo intentaron, pero la defensa del Mirandés estaba segura y despejaba el peligro, en especial un cabezazo de Barbu que quitó el balón de la cabeza de Otero en unos minutos finales de la primera parte en la que el Sporting se volcó en ataque.
Los ánimos locales renacieron cuando Pedro Díaz enmendó su error anterior sacándose un espectacular disparo desde fuera del área al que no llegó Herrero, con lo que el marcador se apretaba cuando aún quedaban 10 minutos de la primera parte y toda la segunda para intentar la remontada.
La ilusión duró solo dos minutos, los que tardó el Mirandés en anotar el tercero tras otra pérdida, está vez de Christian Rivera, en las cercanías del área; el robo fue de Pinchi que no se lo pensó y lanzó un potente disparo que superó a Cuéllar, entre los gritos de ¡Fuera, Fuera! del graderío.
En medio del disparate que estaba siendo el Sporting, el Mirandés hurgó en la herida y marcó el cuarto en una acción culminada por Juanlu ante la pasividad de la defensa y el portero.
Ramírez realizó los dos primeros cambios dando entrada a Varane y Aitor García por Christian Rivera y Cristo González, pero el Mirandés siguió jugando a sus anchas y llevando peligro en cada acercamiento al área local.
Sin un plan alternativo más allá de los cambios, el Sporting siguió a merced de lo que quisiera hacer el Mirandés que con una sustanciosa renta a favor no desguarneció su defensa, pero tampoco renunció al ataque.
Aitor García se reivindicó en los minutos que le dio Ramírez porque marcó dos goles, el primero con un disparo cruzado, que el público ni siquiera aplaudió y poco después otro tras robar un balón y driblar a Herrero y disparar solo y sin oposición.
El pitido final del árbitro desencadenó la protesta de los espectadores que se habían quedado en el campo ya que buena parte de ellos ya lo había abandonado muchos minutos.