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«Respira, Nàstic»: El equipo ‘grana’ vence al Calahorra y consigue la segunda victoria en tres partidos

Aaron Rey peleando un balón crucial. Vía @Nàstic, via Twitter: https://twitter.com/cdcalahorra/status/1637500038048874499/photo/1

 Nàstic de Tarragona 3 2 CD Calahorra

 

Previa: Salir del pozo

 

De nuevo, el Nou Estadi Costa Daurada recibía una jornada decisiva para la clasificación y para los protagonistas. Ambos, situados en la parte baja de la tabla y con la misión de salvar sus respectivas campañas.

El Gimnàstic, de vuelta a casa y alzando la cabeza, se encontraba en una encrucijada de la que hace más de cinco jornadas que no sale. Con Daniel Vidal al cargo, el equipo le plantó cara a un Barcelona Atlètic en racha el domingo pasado, y aunque no salieron victoriosos, su afición notó un cambio de mentalidad que se reflejó los 90 minutos.

Un cambio de dinámica que les posicionaba, como dijo el míster ‘grana’, en un «partido a partido» constante. Y hoy, el partido ante Calahorra significaba una oportunidad para reivindicar su nuevo estilo y demostrar que las posibilidades de mantenerse seguían intactas.

Por parte de los de Carlos Pouso, en sus últimos cinco partidos certificaron una victoria, tres empates y una derrota. Cifras que mejoraron su registro desde la llegada del nuevo técnico, pero que no les valían para salir del pozo.

Es por eso que saldrían al campo sin otra cosa en mente que llevarse los tres puntos a casa, pues su último partido ante el UD Logroñés (0-0) dejó a todo el mundo indiferente y hoy querían darles el mejor regalo posible a sus padres, hijos y abuelos.

 

Primera parte: Una balanza inclinada

 

Los últimos dos partidos de los ‘granas’ dieron inicio de manera agresiva y con una gran presión arriba, y este no decepcionó. Los de Dani Vidal, propusieron un juego muy directo y constante, que el Calahorra se vio capaz de frenar durante los primeros minutos.

Un cabezazo de Josema abrió el contador de ocasiones, y los locales continuaron llegando, aunque sin éxito.

 

Robert Simón, con un gran recorte, también asusto al veterano guardameta ‘rojillo’, pero el gatillo siguió fallando. Dani Vidal entendió el partido durante la previa, donde afirmó que ellos tendrían el balón, y así fue. La posesión se repartió muy poco al inicio y los locales dejaron claras sus intenciones.

 

La primera ocasión del conjunto de Pouso llegó a los 15 minutos, un centro desde la banda izquierda llegaba a las botas de Ibarrondo, pero Manu García resolvió eficazmente y sin problemas.

Más dificultad tuvo cuando, tras un mal despeje de Josema, no alcanzó a blocar el balón y, de nuevo, Ibarrondo generó peligro intentando una vaselina.

Los riojanos consiguieron integrarse en el juego tras varios errores defensivos de los locales y generaron una acción polémica que pareció penalti en un primer instante, pero que el colegiado balear no pitó.

Acto seguido, el Nàstic encadenó una buena combinación protagonizada por Aaron Rey y Marc Fernández, y el ex del FC Andorra llegó a tiempo al pase de Aaron para poner el 1-0.

A pesar de los continuados errores de minutos atrás, los tarraconenses afianzaron unos minutos a un gran nivel, e incluso Andrei Lupu anotó un tanto que no subió al marcador tras una espectacular jugada de Pol Domingo, aunque la balanza aún no se había inclinado por ninguna de las partes.

Solo pocos minutos después fue cuando Aaron Rey puso un kilo de calidad en esa balanza para desequilibrarla. El gallego remató a placer al segunda palo tras una buena jugada de Marc Fernández, que terminó en el palo, pero que encontró (de nuevo) a su compañero para aumentar la cuenta.

Los de La Rioja se encontraron en un escenario muy crudo en tan solo 45 minutos, con un resultado muy desfavorable y una afición en su contra tras algunas protestas por la actuación arbitral, aunque lo intentaron se vieron bloqueados por un planteamiento defensivo del Gimnàstic que no les dejó avanzar.

Solo Ibarrondo, Santana y Davo desmontaron por momentos a los de Vidal, pero la suerte, tampoco acompañó.

 

La primera mitad resultó prácticamente decisiva, y a pesar de tener 45 minutos más por delante, la confianza del Nàstic pareció dominar por encima de todo. Carlos Pouso tenía el deber de hacer malabarismos en la pizarra táctica, o de lo contrario, la zona roja de la tabla les iba a seguir acechando.

 

Segunda parte: Tensión y alegría

 

Los primeros minutos de la segunda mitad resultaron un cambio brusco para ambos conjuntos. El Nàstic se replegó atrás durante cinco minutos, y el Calahorra lo aprovechó al máximo y sin escrúpulos.

Marcos Baselga sacó partido de un gran centro de Pablo Sáez y remató para poner el 2-1. Pocos minutos después, el ‘9’ lo volvió a intentar, aunque sin éxito, para enfriar el ambiente en el Nou Estadi.

Todo ocurrió en acciones muy rápidas y sin tiempo de reacción para los de Dani Vidal, que vieron como el lobo se comía poco a poco al rebaño. Davo Fernández aparecía al segundo palo poco después y remataba para empatar el partido.

 

La afición ‘grana’ no acabó de creerse como, en diez minutos, un resultado tan favorable se les vino encima en forma de presión, y su juego empeoró en todos los aspectos. Sin duda, Pouso sacó la pizarra para organizar a un equipo que en la primera parte estaba perdido, y que ahora observaba la luz al final del túnel.

El equipo tarraconense pareció reactivarse tras la entrada de Marc Álvarez, que ofreció verticalidad y generó dos ocasiones junto a Marc Fernández, el más activo del encuentro. Y aunque no hubo éxito, por lo menos el Gimnàstic fue consciente de su situación.

Aun así, el conjunto ‘grana’ no paró de cometer errores defensivos que cada vez les costó más recuperar y solo los cambios ofrecieron frescura en el juego local. Los riojanos bombardeaban el área del Nàstic constantemente y Baselga, el máximo goleador de los visitantes, solo olía el gol.

El Calahorra notó el cansancio pasada la media hora, tras un gran juego colectivo durante el inicio de la segunda parte, y de la misma manera que ello aprovecharon la desconexión de los locales al descanso, el Nàstic también comenzó a aprovechar la suya.

Guillermo Fernández anotó en fuera de juego, asustando a los ‘rojillos’, y Maruizio Pochettino también dijo la suya en un balón dividido. A diez minutos del final, revivió el Nàstic, con mucha prisa e intentando tomer (por fin) las decisiones correctas.

Así lo hizo Marc Álvarez, que en vez de ser egoísta, sacó provecho de una ocasión clara y consiguió un valioso penalti a cinco minutos de terminar el encuentro. Javier Bonilla se hizo cargo de la responsabilidad y no falló, puso el 3-2 y animó una fiesta que, minutos antes, parecía un entierro.

A pesar de la decepción, no se rindió el CD Calahorra, que siguió apretando hasta el final y consiguió alguna ocasión tras varios centros directos.

De esta manera terminó el encuentro, que alivió a la afición ‘nastiquer’ y dejó al Calahorra con la miel en los labios tras un partido muy entretenido y tenso.

 

Conclusiones: Una nueva era

El partido fue una montaña rusa de emociones que, para los dos equipos, se convirtió en un pasaje del terror en algunos momentos.

El Nàstic se vio sentenciado nada más empezar la segunda parte y los fantasmas de la era Raül Agné e Iñaki Alonso se volvieron a presentar en el Nou Estadi. Las desconexiones defensivas pasaron mucha factura y la pareja Josema – Quintanilla tuvo problemas para resolver el peligro que generó el ariete rojillo.

El cambio de actitud del CD Calahorra en la segunda parte asustó a los locales, que se vieron superados hasta los últimos minutos, pero la afición apretó y resolvieron un partido sufrido y, desde una perspectiva objetiva, merecido gracias a los buenos momentos de presión en bloque y actitud.

 

Los de Carlos Pouso lo intentaron de todas las maneras y con todos los colores, pero su situación sigue siendo crítica, a pesar de la buena actitud mostrada hoy. Su juego colectivo se vio reforzado al verse en una mala situación en la primera parte, pero eso no bastó para vencer a un Nàstic que sacó petróleo de una mala primera parte de los riojanos.

 

Para los locales, esto puede significar un gran punto de inflexión, pues hacía tiempo que en el Nou Estadi no se cantaban dos victorias seguidas. Atrás quedan los malos ratos y, a ser posible, la parte roja de la tabla.

 

Ficha técnica
Gimnàstic de Tarragona SAD: Manuel García; Pol Domingo (Álex Tirlea, min. 79), Álex Quintanilla, Joan Oriol (C); Marc Montalvo, Èric Montes Arce, Aaron Rey (Guillermo Fernández, min. 66), Marc Fernández (Javier Bonilla, min. 79), Robert Simón (Maurizio Pochettino, min. 66); Andrei Lupu (Marc Álvarez, min. 56).
CD Calahorra: Miguel; Ángel López, Íñigo Zubiri, J. Rojas, Mikel Kortazar; Ander Vidorreta, Pablo Santana, Pablo Sáenz (Pascual, min. 59), Davo Fernández (Calvillo, min. 65), A. Ibarrondo (Alex Arias, min. 65); Marcos Baselaga.
Goles: 1-0, Marc Fernández (min. 22), 2-0, Aaron Rey (min. 35), 2-1, Mikel Baselga (min. 49), Davo Fernández (min. 54), 3-2, Javier Bonilla (Penalti/min. 84).
Árbitro: Lluis Bestard, del comité arbitral balear. Amonestó a Josema (Amarilla/min. 33), Joan Oriol (Amarilla/min. 43) por parte del Gimnàstic de Tarragona. Y a Pablo Santana (Amarilla/min. 25) y Vidorreta (Amarilla/min. 90) por parte del CD Calahorra.
Incidencias: Partido
correspondiente a la vigésimo octava jornada de la Primera Federación, disputado en el Nou Estadi Costa Daurada, Tarragona.

 

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