«Caer de pie o morir de en la orilla»: Nàstic y La Nucía se complican la vida tras un empate gris
A ninguno de los dos equipos le sonrió la suerte, pero el partido que prometía grandes expectativas, acabó en nada
Previa: ‘Ultimátum’
Llegó la jornada treinta y nadie en el Nou Estadi Costa Daurada hubiese firmado su situación. El partido que iba a disputarse hoy decidía si los de Daniel Vidal sufrían hasta la jornada 38 o, por el contrario, aumentaban su ventaja y las posibilidades de oler el Play-Off.
De la misma manera lo iban a vivir los aficionados de La Nucía, ansiosos por conseguir una victoria y dejar atrás (por fin) la zona de descenso.
Los tarraconenses cosecharon un empate gris ante todo un CD Castellón (0-0) que, a pesar de atacarles por todos los flancos, no consiguieron derrocar una defensa bien planteada por parte de los de Dani Vidal. Con el nuevo ‘míster’, los locales consiguieron dos victorias, un empate y una derrota, resultados más que suficientes teniendo en cuenta la montaña rusa que estaba significando su temporada.
Ante los alicantinos, los ‘grana’ buscarían, por fin, encontrar la estabilidad, consiguiendo la tercera victoria consecutiva en casa y sacando al equipo de la ‘tierra de nadie’.
Los de Guillermo Fernández también llegaban con un objetivo, reencaminar a un equipo que sufre debido a los constantes cambios de cuerpo técnico y que se encontraba en una larga racha negativa.
En sus últimos cinco partidos no vieron ninguna victoria, y la zona roja comenzaba a manchar las botas de unos futbolistas necesitados de goles.
Así pues, el partido que acogería el Nou Estadi sería, como explicó el técnico del Nàstic, «como el último partido de sus vidas». Simplemente, una oportunidad única que no debían desaprovechar.
Primera parte: Sangre sin bombear
El partido inició convirtiéndose rápidamente en un ‘box to box’ mutuo. El Gimnàstic buscó a Lupu por el centro en todas las jugadas desde los interiores en las primeras jugadas, y La Nucía aprovechó las bandas para desestabilizar de vez en cuando a los laterales.
Los de Dani Vidal consiguieron encontrar el hueco al minuto 9, cuando Joan Oriol encontró a Andrei Lupu por la izquierda y este remató al travesaño. Ackermann quedó desorientado y Tirlea intentó aprovecharlo, pero no encontró ni red, ni rematador.
El Nàstic dio la primera campanada, pero no tardó en seguirle La Nucía. Mariano Sanz recibió un gran balón filtrado que lo dejó solo ante Manu García, y el meta resolvió eficazmente. Los alicantinos comenzaron más débiles en defensa y con diversos errores posicionales, pero en la faceta ofensiva parecieron tener la clave para generar más peligro.
Tras 25 minutos, el partido reflejó un reparto de posesión y de ocasiones frecuentemente interrumpido por las faltas. Las propuestas continuaron fijas y se pudo ver un Nàstic a veces desacertado en defensa tratando de solventar su somnolencia con centros desde las bandas.
De la misma manera completó su estrategia el conjunto de Guillermo, más activo en las segundas jugadas y buscón, sobre todo por la banda del lateral Tirlea, más verde en aspectos defensivos.
La monotonía se rompió tras una mala acción defensiva de los locales, que dejó espacio para que Jorge García también finalizara solo, pero de nuevo, Manu García tranquilizó el avispero. Los ‘rojinegros’ generaron las más claras, pero ninguno de los dos equipos puso la lupa en el sitio adecuado, al menos durante los primeros 40 minutos.
Salvo un chute lejano de Joan Oriol a un minuto de finalizar la primera parte, no hubo más acción. Ambos conjuntos dejaron 45 minutos algo taciturnos, con algunas acciones que definieron sus respectivos momentos defensivos.
La defensa de Castellón no se encontró hoy en el Nou Estadi y solo Mariano Sanz y Lupu, acompañados de un activo Aaron Rey y Javi Martín, bombearon la sangre del encuentro.
Segunda parte: Locura final y frustración
Ambos equipos comenzaron la segunda mitad del encuentro con algunos reajustes defensivos. Les volvieron más sólidos durante los primeros minutos y, sobre todo el Nàstic, estuvieron más activos arriba.
A pesar de eso, las trifulcas y la tensión entre jugadores fueron lo más destacado y el colegiado Salinas tuvo que acumular algunas amarillas, incluyendo al capitán Joan Oriol, que quedó sancionado para el próximo partido al ver la quinta amarilla.
Los ‘grana’ crearon la primera ocasión clara tras un centro desde las botas del mismo Joan Oriol, que acabó rematando Guillermo Fernández y parando milagrosamente bajo la línea el meta uruguayo Ackermann. La afición comenzó a animarse al ver como el CF La Nucía perdía intensidad, y los locales comenzaron a llegar más seguido.
A pesar de los cambios en los dos equipos, las dinámicas se mantuvieron iguales durante, al menos, treinta minutos, el Nàstic lo siguió intentando por las bandas, cambiando su plan inicial, y acabó sacando mucho más provecho.
Lupu clavó otro balón al palo inesperadamente tras un gran centro de Tirlea y, de nuevo, nadie recogió el rechace.
La Nucía lo probó, pero los despistes de los ‘grana’ no fueron tan frecuentes como en la primera parte. Su concentración subió las expectativas de un equipo que mejoró por minutos, pero que no acabó de encontrarse de cara a portería.
Ni el Gimnàstic, ni los alicantinos acabaron de estar cómodos y, cerca del 80′, se encerraron en su propia frustración. Las piernas frescas aportaron velocidad, pero ninguno de los dos equipos avanzó más allá de los últimos metros.
Los de Dani Vidal solo asustaron a la Nucía con centros que, a pesar de rozar el palo, se iban a la nada. Y no pareció haber nada más allá de eso.
Andrei Lupu, el ‘9’ local, puso la cabeza (de nuevo) para intentar decantar el marcador, pero la suerte siguió sin sonreírle. Rozó la escuadra izquierda y, además, La Nucía consiguió acto seguido una ocasión al contraataque que a punto estuvo de silenciar al Nou Estadi.
Juan Delgado se quedó solo ante el meta, que cerró las piernas y evitó el desastre al 90′, y el Nàstic respiró de nuevo, aunque frustrado por ver sumarse solo un punto en la tabla.
Los últimos minutos se volvieron una locura colectiva que culminó con Javier Bonilla solo ante Ackermann, y este fallando una volea clarísima que significaba la victoria, pero el futbol es cruel y no se encontró más destino que un simple empate.
Conclusiones: Con la miel en los labios
Tras otro partido dudoso de los de Dani Vidal, el Nàstic vuelve a quedarse insatisfecho y, como advertimos al principio, con ocho jornadas por delante donde tendrá que sufrir en gran manera.
Andrei Lupu fue el único que animó la fiesta con sus cabezazos intermitentes, que dieron trabajo al portero de La Nucía hasta el final. También lo hizo Bonilla, un revulsivo fiable que lo intentó con todo, y salió con nada, a pesar de su buena actitud.
El partido, para ambos, significó un intento de remontar sus situaciones en un partido clave donde ninguno acabó dando el 100%. Las desconexiones defensivas marcaron un partido irregular, con muchas idas y venidas pero sin ninguna idea clara.
Los planteamientos ofensivos fueron eficaces a ratos, y la suerte no estuvo del lado de nadie. El travesaño dejó con la miel en los labios a toda la afición y un 0-0 gris y sin mucho más contenido.
Ahora, los ‘nucieros’ se hunden un poco más en el fondo, y el Nàstic ya tiene la obligación de vigilar si quiere caer de pie o morir en la orilla de lo que pudo ser.