El Fuenlabrada regresaba a ABANCA-RIAZOR tres años después en un escenario bien distinto en lo competitivo para ambos equipos pero con un ambiente en la grada digno de un partido de la categoría que el Dépor no pudo defender en su día sobre el campo. Óscar Cano afrontó el encuentro con cambios en ambos laterales: el regreso de Antoñito tras sanción al derecho para que Villares recuperase posición en el centro del campo y el retorno varios meses después de Raúl Carnero en sustitución de Lebedenko. Villares en lugar del sancionado Olabe y Rubén Díez por Saverio fueron los otros dos movimientos respecto al partido contra Unionistas.
El Dépor entró con mucha intensidad en el partido, combinando bien y metiendo atrás al Fuenlabrada. En el minuto 6 Soriano tuvo la primera tras una larga jugada con balón colgado desde la izquierda por Lucas, control de Quiles, servicio a Rubén y pase al segundo palo para la llegada del madrileño, que, de cara, no encontró portería por poco. A continuación lo intentó por la derecha Antoñito que sirvió al punto de penalti un balón que cortó la zaga con Lucas en la zona de máximo castigo y Quiles esperando el rechace. La tercera aproximación también llevó la firma de Soriano que estrelló el balón desde la frontal en la espalda de Sotillos.
Las llegadas del Fuenlabrada se ceñían exclusivamente al balón parado, desde la esquina o en faltas colgadas y cobradas por la contundencia con la que el Dépor encaró el partido desde el arranque. Camino del primer cuarto de partido, un balón intrascendente en el centro del campo que perdió el Dépor quedó en los pies de Iván Salvador que levantó la cabeza y pudo sobrepasar a Ian Mackay con un lanzamiento milimétrico desde el centro del campo para poner el 0-1.
El Dépor trató de reaccionar de inmediato y tuvo dos buenas ocasiones, primero por mediación de Lucas que remató raso, duro y cruzado para el paradón de Craninx metiendo la mano abajo. También fue buena la oportunidad para Martínez en un balón que no esperaba al pie en el punto de penalti y no pudo orientar hacia la portería madrileña. Pero nada comparado con la doble de Antoñito a servicio de Lucas y del propio delantero coruñés en la continuación de la jugada con dos paradones increíbles de Craninx.
A la tercera sí que fue la vencida con la jugada por banda izquierda que acabó rematando Quiles al fondo de la portería para poner el 1-1 en el marcador. Un resultado que duró tan solo unos segundos porque en la jugada de reanudación, un ataque por la derecha de un Fuenlabrada que, triangulando, llegó a dejar a Santi Jara franco para el remate que volvía a adelantar a los visitantes.
De nuevo el Dépor fue contundente en la respuesta, en esta ocasión además efectivo. Un disparo desde la frontal de Mario Soriano sirvió para poner de nuevo las tablas en el marcador en 10 minutos vibrantes de fútbol, ocasiones y goles en ABANCA-RIAZOR.
La segunda parte siguió por los mismos derroteros de la primera con el Dépor metiendo atrás al Fuenlabrada. Quiles tuvo la oportunidad inaugural de la reanudación con una volea a la que no pudo dar la orientación ni la velocidad necesarias para sorprender a Craninx, que recogió el balón sin apuros.
A diferencia del primer tiempo, al Dépor le costaba más pisar zona de peligro de un Fuenlabrada que esperaba atrás intentando aprovechar alguna contra en un partido que seguía siendo muy bronco, con constantes interrupciones, entradas contundentes y piques entre futbolistas de ambos equipos.
La siguiente, a veinte minutos del final, también fue para el onubense con un disparo con la derecha que obligó al portero a echar rodilla a tierra y despejar con la cara a saque de esquina. Y tuvo que ser de nuevo a la tercera cuando llegase el tanto blanquiazul en un gran centro de costa a costa de Lucas desde la izquierda a la cabeza del máximo goleador blanquiazul que, a contrapié, marcó de vaselina por encima del portero.
Svensson pudo hacer el cuarto, pero su disparo duro a la salida de un córner se marchó ligeramente desviado. El susto visitante lo dio Fer Ruiz en un balón robado entre centrales en el medio del campo y que, en el mano a mano, entre los propios zagueros e Ian Mackay, lograron desbaratar. Un Mackay que hizo la parada de la tarde a lanzamiento de Santi Jara desde el pico del área, volando para evitar el empate.
Una sombra de empate que borró Lucas en una falta directa magistralmente ejecutada para poner el 4-2 en el marcador con algo menos de cinco minutos para poner el punto final al partido y convertir ABANCA-RIAZOR en una fiesta en la tarde en la que el Deportivismo disfrutó además, por primera vez, de su primer título, el logrado en 1912.
