El Madrid no falla en Londres y alcanza su undécima semifinal en 13 años
El conjunto blanco tiró de solvencia en Stamford Bridge y cerró una eliminatoria en la que fue muy superior al conjunto blue
El Real Madrid volvía a su jardín lejos del Santiago Bernabéu. Menos de una semana después del partido de ida, en el que el conjunto blanco se impuso al Chelsea con una gran solvencia, se volvería a ver las caras con el conjunto blue, en esta ocasión en su feudo, para disputar la vuelta en busca de una de las primeras plazas en las semifinales de la Champions League.
Y los blancos visitaban Stamford Bridge con cierta tranquilidad después de la ventaja de dos goles obtenida en la ida, pero con la certeza absoluta de que aún la eliminatoria no estaba ni mucho menos resuelta. Y menos en un escenario como el europeo, en el que si un equipo sabe de sufrir en el viejo continente, ese es el Real Madrid.
El conjunto de Frank Lampard, por su parte, encontraba en la eliminatoria un partido a vida o muerte en el que encontraban la única vía para poder salvar una temporada caracterizada por un nivel muy por debajo del esperado. El Madrid era consciente de que encontrarás en Stamford Bridge una caldera, ante un Chelsea plagado de estrellas caracterizado por la inversión multimillonaria, en busca de hacerse con la ansiada plaza en semifinales.
Dominio repartido sin goles en la primera mitad
Un partido que arrancó con un guion muy similar al que encontramos en la ida, con un Chelsea que, en esta ocasión pasa del resultado adverso con el contaban, arrancaron el partido con una altísima presión en busca de dificultar la salida de la pelota blanca. El Madrid, por su parte, también tuvo un arranque marcado por la intensidad, sin dejarse intimidar por el ambiente de Stamford Bridge. Un Madrid con una premisa clara desde el primer minuto del encuentro: buscar la espalda de la zaga blue.
El Chelsea, por su parte, a pesar de la gran intensidad impuesta desde el arranque, no lograba durante los primeros minutos del encuentro desenredar el entramado formado por Carlo Ancelotti en la medular. Sin embargo, la primera ocasión clara del encuentro cayó del lado del conjunto local. Tras una internada por la banda derecha, Kai Havertz no acertó a rematar de forma el esférico. Sin embargo, el rechace le cayo a Kanté en la frontal del área, que golpeó la pelota de forma apresurada, y se marchó ligeramente desviada.
Una ocasión que encendió la caldera de Stamford Bridge, que empujaba a los suyos en busca del primero que les hiciera creer en la remontada. Y cumplido el cuarto de hora de encuentro, los locales eran dueños y señores del encuentro, a pesar de no generar una sensación de peligro constante sobre la meta de Thibaut Courtois.
No obstante, conforme pasaban los minutos, el Madrid comenzaba a hacerse más y más con el control del encuentro, generando una situación similar a la que se dio en la ida en el Bernabéu. Los blancos, de la mano de un Modric que se hizo con la manija del encuentro, empezaba a tocar la pelota en la zona de tres cuartos. Y en una jugada de pases precisos, los blancos encontraron a Rodrygo dentro del área. El brasileño, perfilado en la zona derecha, sacó un derechazo seco que se estrelló directamente en el poste de la meta blue.
Sin embargo, la iniciativa en el encuentro la seguía llevando el cuadro de Frank Lampard. Un dominio que, del mismo modo que sucedió durante los primeros compases, no terminaba de incomodar a la zaga merengue. Además, el conjunto blanco sí lograba causar inquietud sobre la defensa local, principalmente por la banda de un Vinícius Jr. que constantemente lograba encontrar la espalda de Reece James.
Y poco a poco, el dominio del Chelsea iba siendo opacado por acercamientos cada vez más peligrosos del Real Madrid sobre el área local. El siguiente en probar los guantes de Kepa fue precisamente Modric, uno de los más activos de la escuadra blanca. Recibió un balón en profundidad sobre el costado y, al no encontrar a nadie en el área, optó por buscar un golpeó directo, que el guardameta blanco detuvo sin mayor inconveniente.
El conjunto blue, sin embargo, también creaba peligro. Principalmente sobre el costado de un Camavinga que, debido a las múltiples internadas al ataque por parte de Reece James, se encontraba en múltiples ocasiones en situaciones de dos contra uno. Pasaban los minutos y las fuerzas seguían sumamente igualadas. Muy cerca estuvo nuevamente Vinícius de deshacer la igualada, tras un centro lateral, una vez más de Modric, que el carioca no acertó a rematar de una forma ortodoxa para colocarla entre los tres palos.
Inmediatamente después, fue Fede Valverde el encargado de demostrar a Stamford Bridge las armas blancas, con una carrera de área a área que culminó con un centro al segundo palo con el que encontró a un Karim Benzema que, con su pierna izquierda, no acertó a colocar el balón entre los tres palos.
No fue hasta alcanzado el descuento, los llamados minutos psicológicos, que llegó la gran ocasión de la primera mitad. Un balón colgado desde el perfil derecho cayó muerto en el área blanco sobre los pies de Cucurella, que totalmente solo, fusiló la meta blanca. Sin embargo, como suele ser habitual, se topó con el muro belga, que realizó uno de sus ya habituales milagros de las grandes noches, manteniendo la ventaja de dos goles del conjunto blanco en la eliminatoria, y permitiendo que el conjunto se marchase al descanso con empate a cero.
Rodrygo entierra al Chelsea en un segunda mitad muy solvente
Los últimos 45 minutos del encuentro comenzaron de una forma similar, con un Chelsea que, a pesar de ir agotando poco a poco el tiempo para meterse en las semifinales de Champions, no terminaba de dar el paso definitivo en busca del gol que les metiera en la eliminatoria. El Madrid, por su parte, sabedor de que el resultado le valía, tampoco tenía prisa porque el signo del encuentro cambiase.
Sin embargo, poco a poco el Chelsea comenzaba a volcarse poco a poco sobre el área blanca. Y no habían transcurrido cinco minutos de la segunda mitad, y Kanté volvió a tener una clarísima sobre la meta de Courtois. Sin embargo, en esta ocasión, el remate del pivote francés fue repelido por Militao, que acertó a enviar el cuero a córner. Y ahora sí, por primera vez en la eliminatoria, el conjunto blue comenzaba a encerrar a los de Carletto en su área.
Pero si algo caracteriza al conjunto blanco, es la veteranía propia de un un viejo conocido de esta competición. Y es que cuando el Chelsea más apretaba, el Madrid golpeó al contragolpe a la espalda de la zaga local. Un balón largo de Militao encontró a Rodrygo por el perfil derecho a la espalda de Cucurella. El brasileño se internó como un puñal y puso un pase que se paseó por el área sin encontrar rematador. Pero si encontró a un Vinícius en el segundo palo que acertó a ponérsela de nuevo a Rodrygo al borde del área pequeña, para que fuese el brasileño el encargado de abrir la lata y ampliar la ventaja blanca.
El Madrid había puesto el encuentro exactamente en el punto en el que lo quería. Ya con tres goles por debajo en el marcador, Lampard optó por agitar el árbol desde el partido dando entrada a tres delanteros, en una intentona a la desesperada de lograr la hazaña que habitualmente suele venir desde la orilla blanca. Ahora, el conjunto inglés se volcaba al ataque, y nuevamente, el Madrid no tenia ninguna prisa porque pasase nada en el encuentro.
Pasaban los minutos, y los de Lampard no encontraban la forma de incomodar a Courtois, mientras que el conjunto blanco dejaba pasar los minutos sin sufrir en el feudo blue. Y es que el conjunto londinense tocaba el esférico de forma vertical cerca de la medular, sin ningún tipo de peligro, con síntomas de cansancio ante una proeza que, conforme avanzaban los minutos, se antojaba cada vez más difícil.
Ni siquiera iba a esperar el conjunto blanco a terminar el partido para dar por terminada la eliminatoria. Con un dominio total de la pelota en Stamford Bridge, el Madrid realizó una jugada coral comenzada por Ceballos, que encontró a Vinícius en el lateral, y puso un balón a Fede Valverde en la frontal. El Halcón, uno de los mejores del encuentro, tiró de clase para hacer una maniobra extraordinaria en el área, y dio un pase de la muerte a Rodrygo, que puso el segundo en su cuenta y mató la eliminatoria.
Lo intentaban los blues, al menos con el objetivo de maquillar el contundente 4-0 que habían encajado en la eliminatoria. Sin embargo, el conjunto inglés no tenía el día en ninguno de los aspectos. La tuvo en sus botas Mudryk, que salió como repulsivo para buscar la épica, pero en el mano a mano frente a Courtois, el ucraniano mandó la pelota directamente fuera.
Ahora sí, lógicamente, el Chelsea bajaba los brazos, sus aficionados comenzaban a abandonar Stamford Bridge, sabedores de que la temporada se había terminado de forma definitiva para su equipo, mientras que el Real Madrid ya saboreaba el dulce gusto de alcanzar la undécima semifinal de Champions en los últimos 13 años. Una semifinal en la que, salvo milagro la noche de mañana en el Allianz Arena, el conjunto blanco se verá las caras con un viejo conocido, al que ya tuvieron en su camino la temporada pasada en el camino a La Decimocuarta: el City de Guardiola.
