Pese a saltar con un once diametralmente distinto al del jueves, en el que solo repetían de inicio Badé y Rakitic, la propuesta fue exactamente la misma que ante el United. Intensidad, presión muy alta e intención muy clara de robar en la salida de balón amarilla. El resultado de esa teoría fue que, tras diez minutos de partido, el equipo de Mendilibar ya había protagonizado seis acercamientos al área de Pepe Reina. Casi todos ellos, fruto de esa intensidad en el robo, aunque el Sevilla pecó quizás de precipitación a la hora de resolver esas acciones. Protagonista Óliver Torres a la hora de recuperar el balón, entrando tanto por el centro como caído a la derecha. Y mientras el equipo de Setién intentaba aterrizar en Nervión, primer contratiempo para el técnico cántabro, que tuvo que retirar al lesionado Morales para dar entrada a Jackson. Sin complicaciones para Dmitrovic, Suso tuvo la más clara de la primera media hora con un remate desde la frontal que Reina sacó con reflejos.
Y reflejos fue precisamente, ya a diez para el descanso, lo que no tuvo el Villarreal en un pase interceptó el propio Suso en campo propio. No lo pensó el gaditano, que llegó casi hasta el área contraria para ceder un jugoso balón por delante a Rafa Mir. El atacante, sin pensarlo, le pegó al primer palo y la coló en la escuadra, imposible para cualquier intento de Reina. Por fin el Sevilla encontraba el premio a su gran arranque de partido y lo ponía donde quería. Pero como el fútbol es impredecible, fue precisamente ese el momento en el que el Villarreal encontró su camino. Los amarillos empezaron a encontrar esos pases que se les resistían y estuvieron muy cerca de la igualada antes del descanso. Dos claras acciones Lo Celso desde lejos no encontraron portería, al contrario que un remate de Jackson en boca de gol con Dmitrovic batido. Por suerte, Jackson estaba unos centímetros adelantado cuando se la puso Yeremy. Aún hubo tiempo, en el alargue, para la respuesta de un Sevilla que buscaba el intermedio, un centro pasado de Suso que acabó cerrándose hasta acabar en el palo.
No cambió mucho el guion en la segunda parte. Nada más reanudarse el choque, lanzamiento de Jackson centrado que atrapa Dmitrovic. Pero muy poco después, gol de Pau Torres, demasiado solo a la salida de un córner que fue al segundo palo y que acabó en el central. Hubo que esperar a que el VAR certificase la posición legal del internacional, que ponía las tablas en el marcador. Ahí Mendilibar comenzó a mover el banquillo, con Ocampos y En-Nesyri como primeros recambios. Y lo cierto es que el Sevilla amortiguó las ansias amarillas, aunque seguía notándose mucho el esfuerzo de la primera parte y, en algunos casos, también de lo del jueves. El partido se abrió y la calidad castellonense en los metros finales era un peligro. Capoue y Parejo probaron y a punto estuvieron de hacer el segundo, pero Navas también la tuvo en el 89 con un disparo envenenado que salió lamiendo el poste.
Ya parecía que, sin ser un botín apetecible, el empate era lo mejor para los dos, pero en esas apareció de nuevo el héroe del jueves. Córner teledirigido de Rakitic, balón al corazón del área, salto del marroquí por encima del resto y cabezazo cruzado a la red. Fiesta en Nervión otra vez, aunque Pau bien pudo igualar en la última jugada. Daba igual, porque no se iban a escapar los tres puntos. El Sevilla sigue alejándose de abajo y mantiene los ocho puntos de renta antes de visitar este jueves San Mamés. Otro partidazo para seguir hacia arriba.