El Casademont Zaragoza dio la espalda este domingo a los más pesimistas y consumó la remontada ante el Gernika (64-52) El conjunto aragonés avanzó hasta las semifinales por el título de la Liga Femenina Endesa después de voltear los seis puntos de desventaja (75-69) que obtuvo el pasado jueves en la ida.
El Casademont Zaragoza entró al partido en modo apisonadora. A los mandos de la máquina, Mariona Ortiz y Markeisha Gatling. Ambas jugadoras firmaron un impresionante parcial 11-0 de salida, que obligó a la entrenadora visitante, Anna Montañana, a solicitar tiempo muerto.
Un Gernika que tardó casi ocho minutos en anotar su primera canasta, obra de Ariztimuño. En este primer periodo, solo Mariona y Gatling fueron capaces de perforar el aro rival. Sin demasiado acierto en ataque, el Casademont sí consiguió, sin embargo, el que era su gran objetivo de la mañana: incrementar sus rendimiento en defensa. Tras los primeros 10 minutos, las aragonesas dejaron al Gernika en solo 5 puntos, los dos últimos sobre la bocina.
Ahí estaba la eliminatoria. Si las vascas no conseguían aliviar sus problemas en ataque, el cuadro de Carlos Cantero tenía más de medio billete para las semifinales por el título. ¿Por qué? Por ejemplo, porque mediado el segundo cuarto el conjunto aragonés firmaba 35 créditos de valoración, por -2 de su rival. Los triples de Carmen Grande y Helena Oma disparaban a las locales en el marcador (25-11), obligando a Montañana, de nuevo, a parar el choque.
Pero ni así podía el Gernika detener el vendaval. El Casademont Zaragoza demostraba sobre la pista que la condición de campeón de Copa no había llegado fruto de la casualidad, y parecía decidido a solventar cuanto antes el encuentro. Dos nuevos triples, de Mariona y Fiebich, hacían estallar al Príncipe Felipe. Un pabellón que, minutos antes del inicio, ovacionó los reconocimientos a Cantero y Fiebich, distinguidos por la Federación Española de Baloncesto como mejor entrenador y MVP de la Liga Femenina Endesa, respectivamente
Al descanso, el trabajo estaba hecho: 34-18 y remontada consumada. El Casademont no necesitaba hacer mucho más, solo con mantener el gran nivel defensivo del primer tiempo le iba a servir para avanzar de ronda. Gran parte de la responsabilidad recaía en Mariona Ortiz. La catalana, con 14 puntos y 19 de valoración tras los dos primeros cuartos, guiaba a su equipo hacia las semifinales.
El paso por los vestuarios sentó mucho mejor al Gernika. Hacerlo peor, desde luego, era muy difícil para un equipo que fue incapaz de anotar al menos un punto por minuto en los primeros 20 de juego. Con el estreno anotador de Ygueravide en el partido, las vascas dieron un paso al frente. Pero esa no era la peor noticia para el Casademont. Mediado el tercer cuarto, Leo Fiebich se marchaba lesionada al vestuario tras un mal apoyo.
Sin la alemana sobre la pista, las visitantes recortaron hasta situarse a solo 8 puntos (38-30). Entonces emergió la figura de Carmen Grande para poner de manifiesto que, como le recuerda habitualmente más de un aficionado, tal vez su apellido comienza a quedarse pequeño. La madrileña, integrada en esa segunda unidad que tantas veces ha sujetado durante el curso al equipo aragonés, se sacó de la chistera un triple magistral cuando peor estaban las cosas.
El Gernika se resistía a dar por muerta la eliminatoria. El conjunto que dirige Anna Montañana tiró de orgullo para demostrar que su quinta posición al final de la fase regular tampoco había sido un regalo caído del cielo. Wojta trató de calentar el ambiente con un feo gesto hacia el público local, que no dudó en recriminar su actitud a la americana. Tensiones aparte, a pesar de su innegable espíritu competitivo, las visitantes finalizaron el tercer acto 15 puntos abajo (49-34).
Ya en los últimos y decisivos 10 minutos, la estrategia local era clara: buscar canastas fáciles y evitar que el Gernika se acercara en el marcador. Carlos Cantero, desde la banda, pedía cabeza a sus jugadoras.
A cinco minutos de la conclusión, con 53-41, otra muy mala noticia para el cuadro aragonés: Gatling, expulsada por cinco faltas personales. Sin la americana y sin Fiebich, sus dos mejores jugadoras, el Casademont veía cómo el Gernika se acercaba a solo 9 puntos (53-44) gracias a un triple de Wojta. Cantero pedía tiempo muerto y el Príncipe Felipe trataba de levantar a su equipo.
Mariona Ortiz, ¿quién si no?, disparó los decibelios del pabellón con un triple agónico a 2:40 del final (58-46). En la jugada posterior, la catalana, fruto de las revoluciones que recorrían su cuerpo, se equivocó y cometió una falta en ataque que pudo meter de lleno al Gernika en el partido. Lo consiguió Wojta, pero rápidamente encontró la respuesta de Imani Tate, que posteó sensacionalmente bajo el aro simulando a su compatriota Gatling.