El Taty se da un festín ante el Real Madrid y certifica la permanencia del Girona
El ariete argentino anotó todo un póker ante un Real Madrid que no compareció al encuentro en la parcela defensiva
La presente campaña de La Liga Santander ya apura algunas de sus últimas jornadas. Unas fechas a las que muchos equipos han llegado ya con los deberes hechos. Otros, como es el caso del Real Madrid, se encontraban ya descartados en la pelea por los objetivos marcados al principio de la campaña. Y tampoco faltan los equipos como el Girona, que se encuentran a estas alturas a un diminuto paso de certificar los objetivos establecidos al principio de la campaña.
Y estos eran los ingredientes del encuentro que se disputaría en el Estadio de Montilivi, con un Girona en busca de dar a su público una gran alegría, derrotando a un conjunto blanco que ya ha caído en el feudo catalán. Para ello, tendrían que reeditar la victoria obtenida en este mismo estadio frente al conjunto blanco en el año 2017. Un encuentro al que el conjunto blanco, con la cabeza puesta en la Champions League y la Copa del Rey, llegaría sin la presencia de dos piezas clave como Courtois y Benzema.
El Madrid domina pero el Girona golpea más fuerte
A pesar de no jugarse ya nada en la competición doméstica, el conjunto blanco no ha perdido ni un ápice de la competitividad que le caracteriza, consciente de que todos los futbolistas deben llegar al tramo final de la temporada en un gran estado de forma. Precisamente por eso, los de Carletto arrancaron el encuentro con un dominio absoluto de la pelota, y no tardaron ni dos minutos en generar la primera ocasión clara del encuentro, con un bonito taconazo de Rodrygo que estuvo a punto de colarse en la meta local.
Los minutos pasaban, y el equipo gerundense parecía aceptar el dominio de la escuadra blanca, que por momentos monopolizó el balón de forma absoluta, a la espera de poder cazar a los merengues al contragolpe. Sin embargo, más allá de la primera ocasión, pasaban los minutos y el conjunto blanco no lograba volver a tener otra ocasión igual de clara.
Tal fue así, que tras diez minutos de dominio absoluto por parte del Madrid, fueron los de Míchel Sánchez los primeros en golpear. Todo parecía una jugada aislada cuando Riquelme agarró el cuero en la zona de tres cuartos, filtrando con la precisión de un cirujano un balón perfecto para Miguel Gutiérrez, precisamente un canterano de la Casa Blanca, que acertó a poner un centro medido para que Castellanos rematase al borde del área pequeña, batiendo a Lunin y poniendo el primero en el marcador.
Un gol que, si bien no cambió el guion del encuentro, si sirvió al conjunto catalán para sentirse aún más cómodo con el planteamiento inicial, con un bloque bajo que impedía el avance del conjunto blanco al llegar a la zona de tres cuartos. Era Vinícius Jr. el jugador más activo de la escuadra blanca, a pesar de que era uno de los que estaba recibiendo un juego más duro por parte del conjunto gerundense. Sin embargo, después del enésimo rifirrafe con Yan Couto, el brasileño firmó una gran jugada que a punto estuvo Rodrygo de convertir en el empate.
Pero cuando el Madrid volvía a hacerse con el dominio total del encuentro, el Girona volvió a golpear. Y lo hizo tras una jugada sin aparente peligro. Un saque de banda en campo propio terminó con un pelotazo a campo abierto que volvió a encontrar al Taty Castellanos, que se midió a Militao en un duelo físico, del cual salió vencedor, y acertó a superar nuevamente a Lunin con un derechazo que se le coló al meta ucraniano por debajo de las piernas.
Un nuevo golpe que dejó tocado al conjunto blanco, que vio como a pesar de tener un dominio absoluto durante la primera hora, estaba dos goles por debajo en el marcador. Un golpe que parecía haber dejado grogui a los de Carlo Ancelotti, que inmediatamente después volvió a ver otro error en defensa, con un choque entre Militao y Nacho, que estuvo a punto de permitir a Tsygankov anotar el tercero para el equipo local.
Pero tanto iba el cántaro a la fuente, que el gol del Madrid tenía que terminar cayendo por su propio peso. Tras más de media hora de asedio sin éxito sobre la meta de Gazzaniga, y con un Girona totalmente embotellado en el área, Marco Asensio la colgó de maravilla con la zurda, para que esta vez fuese Vinícius, llegando de cabeza al segundo palo, quien recortase distancias en el marcador, poniendo aún más madera en el encuentro.
Tras el tanto merengue, el asedio blanco sobre la meta de Gazzaniga pareció calmarse, y el acoso merengue ya no era una constante como lo era antes. Sin embargo, los ánimos seguían caldeándose con un encuentro que Gad vez se estaba volviendo más y más duro, con un Vinícius que se veía, una vez más, envuelto en todas las trifulcas. Una situación ante la cual el descanso parecía la mejor solución posible a un encuentro que cada vez se ponía más bronco. Y así fue.
El Taty redondea la noche más mágica de su carrera y maravilla a Montilivi
La segunda mitad no pudo empezar con un guion más distinto. Y es que, frente al dominio blanco que caracterizo la primera mitad, el conjunto local no tardó ni un minuto en volver a batir la meta blanca. Nada más poner el balón en juego, Yan Couto le ganó la espalda a Nacho con una facilidad pasmosa, y acertó a poner un preciso centro para el de siempre, Taty Castellanos, que anotó un hat-trick frente al Real Madrid en cuestión de 45 minutos. Una proeza, la realizada por el argentino, que volvió a colocar a su equipo dos goles por encima.
Y con este nuevo golpe, al Madrid no le quedaba otra opción que volver a remar, frente a un equipo que arrancó la segunda mitad con una gran intensidad que poco tenía que ver con el arranque de la primera mitad. Y es que los de Míchel, lejos de conformarse con la ventaja de dos goles de la que disponían, parecían querer más y más, ante un Madrid que se encontraba grogui en el verde.
Intentó Carletto con la entrada de Camavinga al verde detener la hemorragia que estaba teniendo lugar por la banda izquierda. Y con el paso de los minutos, el Madrid parecía volver a retomar el control del encuentro, sin que, en esta ocasión, esto se tradujese en un peligro constante sobre la meta de Gazzaniga.
Pero como ya ocurrió en la primera mitad, cuando el conjunto blanco dominaba, volvió a golpear el conjunto local. Y más concretamente, volvió a golpear el Taty Castellanos. El argentino siguió de dulce, y nuevamente volvió a imponerse en un centro lateral a un Éder Militao que firmo uno de sus peores encuentros con la camiseta blanca, acertando así a firmar su póker frente al conjunto blanco, cerrando así por todo lo alto la fiesta de Montilivi, en la que el conjunto gerundense prácticamente firmó su permanencia.
Un tanto que hizo a los aficionados presentes en Montilivi olvidarse de la lluvia que reinaba en el estadio gerundense, y que se convirtió en una fiesta por todo lo alto, sabedores de que estos tres puntos, que llevaban a los de Míchel a alcanzar los 41 en la tabla de La Liga Santander, suponían un paso de gigante hacia una permanencia que ahora ya parecía prácticamente segura, a falta aún de siete jornadas para terminar la competición.
Un resultado con el que, lógicamente, el conjunto titular se daba por satisfecho, mientras que el conjunto blanco, sabedor de que no había nada en juego para ellos, bajó los brazos, posiblemente con la cabeza puesta en las citas copera y europea que tendrían lugar en la próximas dos semanas. Y la mayor ovación de la tarde noche, se la llevó, quién si no, el Taty Castellano, que se retiró del campo tras una actuación estelar, convirtiéndose en uno de los pocos futbolistas en anotar un póker frente al Real Madrid.
Ni siquiera lo cambios introducidos por Ancelotti parecían servir al Madrid para lograr incomodar a la zaga local, siendo Mariano ahora la principal referencia ofensiva del conjunto blanco. Y es que pasaban los minutos, y mientras que la fiesta en Montilivi no se detenía, el Madrid ni siquiera parecía interesado en maquillar el resultado. Pero eso no es lo que pensaba Vinícius, que tras un jugador de fantasía por el perfil izquierdo, le regaló a Lucas Vázquez el gol con el que el conjunto blanco recortó distancias.
Un gol que no sirvió para más que eso, maquillar el resultado. Y es que el encuentro terminó con el 4-2 definitivo, con un Girona que se impuso seis años después al conjunto blanco en Montilivi, certificando así su permanencia un año más en La Liga Santander, mientras que el Madrid, que tuvo un día nefasto en área propia, no aprovechó este encuentro para afilar sus garras justo antes de los dos envites más importantes de la temporada.