El Valencia tira de épica para agarrarse a la permanencia

El Valencia sumó tres puntos de oro en un encuentro con poco juego, muchos nervios y más errores. Un gol en el descuento del canterano Guerra castigó a un Valladolid que en el descanso tenía la salvación en la mano y que ahora deberá seguir peleando por ella.

Ambientazo en Mestalla, no era para menos teniendo en cuenta que para los locales era una nueva final en su lucha por salir del descenso. Para los pucelanos, apoyados también por alguno de sus aficionados, también se trataba de un encuentro clave para asegurar la permanencia.

Ambos técnicos apostaban en el inicio por repetir los mismos onces con los que lograron la victoria la pasada jornada. Los de Baraja empujados por los suyos salieron muy decididos aunque poco tardaría Larin en apagar el ambiente de Mestalla. O más bien Diakhabi ya que un error suyo en un control dejó la pelota franca al canadiense para que encarara la portería y marcara el primero. Jarro de agua fría para los locales. El gol sentó de maravilla a los del hoy sancionado Pezzolano. Los del uruguayo se dedicaron a mover el balón buscando los errores de una zaga valencianista que era un flan ante la mínima acometida del ataque pucelano y de Larin en especial.

De los locales muy poco. Muy nerviosos, con más corazón que cabeza y muy pocas ideas en ataque. Mucho centro lateral, demasiado fácil para la zaga pucelana destacando a un Hongla muy serio como todo el equipo que sí parecía saber que es lo que se jugaban.

Al descanso Baraja decidió dar entrada a Hugo Duro deshaciendo una defensa de cinco sin sentido con el marcador en contra. La entrada del madrileño elevó la intensidad valencianista que aunque sin ocasiones claras empezaba a tener más presencia en el área. No creaba ocasiones claras pero a base de centros a balón parado metía el miedo en el cuerpo pucelano. Primero no acertó Cavani a rematar un balón que parecía fácil y luego Diakhabi se resarciría de su error anotando el gol del empate en un error grosero de Masip.

El gol elevó aún más las revoluciones de un Valencia que iba al límite en cada acción y un Valladolid que seguía intentando tocar y tocar buscando el hueco. Así la tuvo Fresneda que envió al larguero un taconazo de lujo de Larin.

El juego continuaba entre el quiero y no puedo de los locales y la paciencia visitante mientras los técnicos buscaban piernas frescas para afrontar los minutos finales. Baraja apostó por los chavales en la recta final y le salió la apuesta. En el descuento el recién entrado Guerra enganchaba un zurdazo ante el que ahora no pudo hacer nada Masip para poner a los chés fuera del descenso.

Demasiado castigo para un Valladolid que vuelve a dejarse puntos en el descuento y que tendrá que seguir luchando por la permanencia.