Similitudes y diferencias un año después del milagro de Manchester en el Bernabéu
Un año después de la remontada en la pasada edición de Champions League, ambos clubes vuelven a verse las caras con notables diferencias
Hace escasos días, el 4 de mayo de 2023, se cumplió un año de una fecha muy especial para el Real Madrid y todo lo que rodea al conjunto blanco. Aquel día, el hasta entonces trece veces campeón de Europa recibía a un Manchester City que se había postulado como principal candidato a levantar la primera Orejona de su historia, avalados por un equipo plagado de estrellas.
El desenlace de aquello es de sobra conocido por todos: el doblete de Rodrygo empató una eliminatoria que, desde ese segundo tanto, todo el panorama futbolístico sabía qué equipo accedería a la final. Una victoria que puso la guinda sobre el pastel a una fase eliminatoria en la que el Santiago Bernabéu demostró tener un aura que se escapa de cualquier explicación lógica.
Casualidad del destino o no, la Champions League hace que ambos conjuntos vuelvan a verse las caras tan solo un año y cinco días después de aquella noche que ya pasó a los anales de la historia. Mismos protagonistas, mismo escenario, y misma fase eliminatoria de la gran competición del viejo continente. Sin embargo, las cosas son distintas para ambos a estas alturas de la película.
Un Madrid muy similar, pero con mayor solidez
A nivel de plantilla, el conjunto de Carlo Ancelotti no ha sufrido un gran lavado de imagen. Las llegadas de Tchouaméni y Rüdiger fueron los únicos cambios de cara en el club de Concha Espina, y ninguno de los dos parte con el papel de titular. No obstante, en el encuentro de ida, el central alemán si jugará de inicio debido a la sanción de Militao, donde tendrá que cumplir la misión de bailar con la más fea.
No obstante, a pesar de tener un núcleo duro prácticamente idéntico al de la pasada campaña, la andadura europea del conjunto blanco poco ha tenido que ver. La del año pasado fue una de las ediciones más emocionantes de la historia. Sin embargo, el camino del Real Madrid estuvo mucho más caracterizado por la épica que por el dominio futbolístico.
Sufrieron ante el Chelsea en cuartos de final, y mucho más ante el Liverpool en la final. Este año, los blancos se han vuelto a ver las caras con ambos clubes ingleses, obteniendo sendos parciales de 4-0 frente a los blues y de 6-2 frente a los reds. Un hecho que no hace sino demostrar a un equipo mucho más serio sobre el verde y, sobre todo, un equipo dominante, algo que costó mucho ver el año pasado salvo algunos tramos.
Una máquina casi perfecta, ahora con un arma nuclear
La eliminatoria frente al Manchester City no fue la excepción la pasada campaña. Los de Pep Guardiola, una máquina perfectamente engrasada y casi perfecta, fueron superiores a los blancos en la mayor parte de la eliminatoria. Sin embargo, a pesar de todos los errores que cometieron los de Carletto en los dos partidos, el error más grande lo cometió el equipo de Pep: dar por muerto al Madrid.
Con 0-1 en el marcador, y a tan solo un minuto de que se alcanzase el tiempo reglamentario, el conjunto citizen recibió un gancho de derechas directo a la mandíbula del que no fueron capaces de levantarse. Desde aquel centro de Camavinga hacia Benzema desde prácticamente el círculo central, el conjunto inglés fue un títere en las manos del Madrid, que se divertía ante un Bernabéu que olió la sangre.
Sin embargo, a diferencia de los blancos, el City si ha sufrido un cambio sustancial en su plantilla, que tiene nombres y apellidos: Erling Haaland. El depredador noruego aterrizó en Manchester el pasado verano, haciendo abandonar a Guardiola su fiel creencia de un fútbol sin un nueve puro. Y los resultados de que es la gran amenaza para el conjunto blanco no han podido ser más eficaces e inmediatos: 47 goles en 39 partidos.
Un encuentro que no solo representa el que a día de hoy es el mejor partido que podemos disfrutar en el viejo continente, sino que, más allá de eso, representa una colisión frontal entre dos formas distintas de ver el fútbol: el dominio total de la pelota frente a los arrebatos vikingos, la cabeza contra el corazón, y un fútbol de salón frente a un aura que no se puede explicar con palabras. Y mientras que el City buscará imponer su estilo… el Madrid buscará demostrar una vez más quién es el Rey de Europa.