El Manchester City le quita el sueño de la 15 al Real Madrid
El City, increíblemente superior, deja sin la decimoquinta a un Real Madrid totalmente desaparecido sin necesitar a Haaland. Courtois evitó un resultado aún peor. Benzema estuvo desaparecido durante el encuentro
El City se clasifica a su segunda final de la Champions sin necesidad de contar con Haaland. En la anterior edición, hace dos años, lograron la clasificación en un estadio vacío y en silencio debido a la pandemia. Esta vez, el ambiente estaba en pleno apogeo, tanto por parte de la afición como del equipo, mientras el Madrid parecía inexistente, sin juego ni espíritu. La bandera blanca ondeará a media asta durante varios días. No hay nada que moleste más al Madrid que ceder una copa que consideran suya, especialmente si lo hacen sin poner resistencia, en una de esas derrotas que traen consecuencias.
Todo falló para el campeón. El plan estratégico. Vinicius quedó ensombrecido por Walker. Benzema estuvo ausente, sin inspiración ni participación. Rodrygo, Valverde y los veteranos, incluso aquellos jugadores experimentados y acostumbrados a luchar hasta el final, sucumbieron ante la derrota. En los registros, Courtois será el único sobreviviente de este desastre.
El fútbol se trata de prioridades y de sacrificar algo para obtener más. Esto fue lo que encontró Ancelotti en Mánchester y decidió que era preferible tener a su mejor defensa central (Militao), a pesar de sus recientes errores, y al jugador que mejor salida de balón ofrece (Alaba), frente a una intensa presión, en lugar de mantener a un marcador circunstancialmente exitoso que se encargó de neutralizar a Haaland hace una semana (Rüdiger). Ancelotti siempre será un entrenador clásico, pero esta vez todos fueron otra cosa: Haaland, el City y, sobre todo, el Madrid.
Un Courtois sin límites
El equipo de Guardiola mantuvo el control del partido desde el principio, al igual que lo hizo en el Bernabéu. La posesión del balón fue indiscutida, mientras cocinaban lentamente su presencia en el área. Son definitivamente un equipo persistente más que feroz, y esto es válido incluso sin contar con Haaland. Sin embargo, esta vez el Madrid no logró salir de las emboscadas como lo hizo la semana pasada.
El inicio estuvo plagado de pérdidas rápidas del equipo blanco, pases cruzados imprudentes y algunas desatenciones de alto riesgo. En una de ellas, Haaland incluso logró superar a Courtois antes de quedarse sin ángulo y sin gol. El segundo intento requirió del primer milagro de Courtois, cuando Haaland le cabeceó un centro de Grealish a solo tres metros de la línea de gol. Courtois evitó el desastre con su abdomen. Entre una jugada y otra, llegaron dos remates venenosos desde lejos de Rodri y Stones, quienes aquí tienen piernas largas incluso hasta los mediocampistas defensivos. La invasión del City ya alcanzaba el área del Madrid, que aceptaba pasivamente esa lluvia de ataques.
El City era superior en todos los aspectos. Recuperaban el balón abrumadoramente, se desplegaban por los costados con Bernardo Silva y Grealish, empujaban con sus mediocampistas y De Bruyne parecía estar en todas partes para el Madrid. El equipo de Ancelotti se convertía en un títere sostenido únicamente por su ángel de la guarda, Courtois, quien nuevamente le negó un gol seguro a Haaland en otro cabezazo sin oposición.
El campeón no existía en ataque, se limitaba a defender mucho y mal. Por lo tanto, el gol de Bernardo Silva no fue una sorpresa, ni en su esencia ni en su ejecución. Llegó en una jugada sorprendentemente sencilla para esta etapa de la Champions. De Bruyne filtró un pase al espacio para Bernardo Silva, quien tuvo tiempo y espacio de sobra para controlar el balón y elegir su disparo. Lo colocó donde Courtois no pudo llegar, lo cual es decir mucho. Kroos no perdió detalle de la acción mientras observaba.
Un autogol que sentencia
El Madrid tardó media hora en reaccionar, pero lo hizo de manera fugaz: un intento fallido de esprint de Vinicius, un desmarque de Benzema… y un potente disparo de empeine de Kroos que fue despejado por Ederson y el travesaño. Un comienzo que no tuvo continuación, ya que Bernardo Silva repitió casi de inmediato, aprovechando un rebote de Militao, y no perdonó para poner el 2-0. Fue un gol inesperado pero totalmente merecido, justo antes del descanso.
Con la eliminatoria prácticamente perdida, el Madrid recordó tarde, pero con nerviosismo y corazón, la letra de su himno. Así lograron engancharse brevemente al partido. Primero con una presión más agresiva, luego con posesiones más largas y más tarde con un potente disparo lejano de Alaba que fue salvado por Ederson. Sin embargo, no es fácil recuperar tanto tiempo perdido ante el líder de la Premier League y posiblemente del fútbol mundial.
Para ese nuevo plan más enérgico, la vieja guardia, Modric y Kroos, sobraba. Fue entonces cuando entró en juego el plan B: Rüdiger como defensa central, Alaba en el lateral, Camavinga como mediocentro y Asensio como cuarto delantero. En ese momento, el City había declarado un alto al fuego. Se defendían bien, a veces con posesión del balón y otras sin él. Tenían la seguridad de que el trabajo ya estaba hecho, de que el Madrid de las resurrecciones ya no estaba frente a ellos, ya que no podía traducir su mejoría en oportunidades reales.
Por su parte, Courtois y el travesaño volvieron a frustrar a Haaland, el único insatisfecho de los Citizens, antes de que un autogol de Militao y el gol de Julián Álvarez pusieran fin al partido, a la eliminatoria y a la temporada del Madrid. Ahora queda un tramo final de la Liga aburrido y un amplio debate sobre el futuro. Todo vuelve a estar bajo investigación, incluido Ancelotti.
