Todo para el Suárez Puerta
Gernika y Real Avilés se respetan mutuamente en Urbieta, en un encuentro de pocas ocasiones, aunque más claras para los locales y lo dejan para la vuelta
Todo se decidirá en el Suárez Puerta. Gernika y Real Avilés han despachado la primera mitad de su eliminatoria por ascender a Primera RFEF sin novedad en el frente. Todo acabó en el sintético de Urbieta, con mucho público, como empezó. Sin goles. Pocas ocasiones, aunque algunas más claras para los locales, pero que no fue suficiente para que se fuesen con ventaja a la vuelta. Una que se disputará en territorio avilesino donde el cuadro local llega con un resultado positivo, pero que tiene que hacer valer en su feudo.
El partido tuvo un primer tiempo donde no hubo un claro dominador y las llegadas con peligro a las áreas escasearon. Los locales lo intentaban con un juego directo y buscar la segunda jugada o el balón parado, pero el cuadro blanquiazul supo controlar esas acciones por parte de los vizcaínos. Ambos se mostraban precavidos, exponiendo poco y no tomando apenas riesgos. Ambos sabían que en el día de hoy nada se iba a decidir si no se exponían.
Las ocasiones más claras, pero sin serlo de forma meridiana, fueron para los de Emilio Cañedo. Jorge Fernández lo intentó con un disparo lejano que no encontró portería, mientras que quizá, la más clara, fuese de Primo. El delantero cántabro rozó el tanto el minuto 34 con una acción en la que uno de los centrales locales tocó lo justo para evitar que su disparo se colase en la portería de un Altamira que no parecía tener opción de haberlo detenido. La réplica local fue un remate de Gio Navarro al lateral con escaso ángulo que permitió a los locales decir que estaban en el partido.
Un guión que se mantuvo tras el descanso, al menos en los primeros minutos. Sin apenas peligro, pero con ese punto de sensación de que si alguien podía marcar eran los blanquiazules. Sin embargo, pronto eso cambió. El Gernika dio un paso adelante y pasó a ser más protagonista en el partido, no con balón, sino con presencia y físico. Tuvo el 1-0 en la mejor ocasión del partido en un disparo lejano de Salado que tuvo que desviar a córner con una gran parada Álvaro Fernández.
Eran minutos donde esa presencia física del Gernika estaba haciendo sufrir al Avilés que veía como sus rivales ganaban casi todas las disputas y las segundas jugadas. Los avilesinos solo pudieron asustar con un disparo de Edu Cortina desde la frontal que ni siquiera pasó cerca de la potería de Altamira. En los minutos finales, nadie quiso arriesgar ni lo más mínimo. Un gol, tras un partido muy cerrado, podía ser decisivo de cara a la vuelta y ambos se afanaron en no permitir acciones de peligro.
De esa forma, tras un encuentro igualado, con escasez de ocasiones, todo que para la vuelta. Una vuelta será el próximo sábado a las 20:00 horas en el Román Suárez Puerta.