El Badajoz se juega la vida ante un Córdoba que ya no lucha por nada
Córdoba CF - CD Badajoz | Sábado, a las 19:30h | Trigésimo octava jornada de la Primera Federación | Estadio Nuevo Arcángel | Árbitro: Cambronero González | El Badajoz acude al Nuevo Arcángel a jugar una final por la permanencia, frente a un Córdoba que ya no se juega nada.
Mi padre siempre me ha dicho, cada vez que ve a alguien o a uno mismo presumir de algo, que siempre te encuentras a alguien en la vida que sabe más que tú de cualquier cosa. Y es que hay veces que llegamos a pensar que sabemos mucho sobre algo y la realidad nos pone en nuestro sitio. Con los años y cuando vamos peinando canas, nos damos cuenta que en cualquier momento nos topamos con alguien que sabe mucho más que nosotros sobre cualquier asunto. También mi señor padre -que no tiene ningún tipo de estudios universitarios, pero sí la experiencia de haber vivido más de 80 años- me habla muchas veces de los oficios y profesiones. Cada vez que hemos escuchado, estando en amena conversación, que bien vive fulano o mengano y que trabajo tan cómodo tiene. Él, con la parsimonia y el buen humor que lo caracteriza, siempre me dice: «hijo, los trabajos, para hablar de ellos, hay que tocarlos todos».
En esos momentos y con esas reflexiones tan sencillas, pero a la vez tan profundas, es cuando pienso que la sabiduría no está en los títulos que consigues y en lo que estudies. Y vemos como en el mundo te encuentras gente sencilla, de pueblo, de campo como mi padre, que es muy rica en pensamientos y en saber de que va esto, la VIDA. Personas que te miran directamente a los ojos cuando te hablan, con una mirada limpia que te desmorona y te desarma cualquier argumento. Y que ponen firmes a los que nos pensamos que sabemos esto o aquello, simplemente porque hemos tenido la oportunidad de estudiar y formarnos. Pero cuando escuchas reflexiones como las de mi padre, o como las de muchos hombres y mujeres sencillos de nuestros pueblos -reflexiones y lecciones de vida que, por cierto, nunca hemos escuchado a ningún profe ni siquiera en la universidad-, es cuando te das cuenta que sólo hay un valor innegociable en la vida, la HUMILDAD.
También es la única forma y manera de conseguir las cosas y los objetivos, en el deporte que nos ocupa cada semana en esta humilde columna. Es como tendrá que viajar mañana la expedición del CD Badajoz camino de tierras cordobesas. Por mucho que su rival de mañana no se juegue nada, el conjunto de la capital del Guadiana deberá llevar la humildad por bandera para poder doblegarlo. La de mañana por la tarde sí que es la auténtica final para los pacenses. A su favor, que no dependen de terceros para poder salvarse. Una victoria los dejaría en esta difícil pero preciosa Primera Federación. También les valdría un empate, incluso una derrota. Pero son tantas cábalas las que habría que echar, por los posibles empates entre equipos, que lo fundamental para el equipo del motivador David Tenorio, es pensar únicamente en los más de 90 minutos que tienen por delante. Y luego, una vez acabada esta «final», echar cuentas.
Los pacenses vienen de ganar su particular «semifinal» la semana pasada en el Cívitas Nuevo Vivero, ante un combativo Pontevedra CF. Lo que hablábamos antes, un conjunto que no se jugaba nada y dio guerra hasta el pitido final. La victoria fue por la mínima, en las postrimerías del encuentro y con un gol con más suspense que un film del gran Alfred Hitchcock. En el desenlace de su gran película «Rope» (La Soga), los espectadores están más tranquilos que la semana pasada en las gradas del templo pacense. Y es que el bueno de Francis Ferrón, impulsivo como buen gaditano, no tuvo otra ocurrencia que celebrar el gol unos segundos antes de marcarlo. Ferrón tenía la fortuna de marcar uno de los goles más importantes para su equipo esta temporada, pero nadie duda que los casi 13500 espectadores blanquinegros, quisieron matarlo porque no acababa de marcar ese gol. Bromas aparte, uno se alegra que le salgan las cosas bien a un gran tipo, como lo es el delantero algecireño.
El encuentro de mañana ya va a ser histórico para el Badajoz, incluso antes de jugarse. La «culpa» de su afición. Que, como decía esta semana su entrenador, está «loca» por su equipo. Que haya un desplazamiento masivo a apoyar a un equipo, cuando lucha por un título o un ascenso, es una cosa que no extraña a nadie. Pero mover 15 autobuses, más decenas de coches, y desplazarse más de 2000 almas para apoyar al equipo de su ciudad, cuando se está jugando el descenso es algo que se escapa a la razón. Y que, evidentemente, sólo obedece cuando lo que te mueve es una inexplicable pasión. Pues con ese apoyo, y sintiéndose como en casa, saltará mañana al verde el 11 pacense. Los blanquinegros deberán sustentarse -si de fútbol hablamos ya- en sus pilares más importantes, si quieren conseguir el objetivo de la salvación. En el mediocentro defensivo recupera al argentino Mancuso, fundamental en los últimos encuentros. Aunque ya vimos que su extremo Alfaro, no sólo es el mejor jugador de esta plantilla, sino que también es capaz de jugar de «5» y dar ese equilibrio fundamental a su equipo. En ataque deberán encomendarse a su extremo Adilson. Su jugador más desequilibrante y diferencial. Y que, por un día, los delanteros blanquinegros están finos de cara al gol.
Enfrente, mañana en el Nuevo Arcángel, tendrá a un conjunto que estaba pensado para cotas más altas a principios de temporada. Y es que el Córdoba CF que ideó su director general, el gaditano y ex del Real Betis, Juanito, estaba hecho para luchar por el ascenso. Y hemos comprobado todo lo contrario. Una segunda vuelta nefasta ha dejado a los cordobeses sin aspiraciones a ascender. El error quizás estuvo en confiar mucho en la plantilla que ascendió de Segunda Federación. Fue tal el rodillo de esa plantilla el curso pasado, que se pensó que con unos pequeños retoques se podía competir perfectamente esta temporada. Y, claro, se han dado de bruces con la realidad de la división de bronce del fútbol español. Donde te encuentras un fútbol casi profesional y con extraordinarias plantillas. A pesar de que el Córdoba también cuenta con grandes jugadores: como su goleador Willy Ledesma, que ya lleva 11 dianas o jugones como Kike Márquez y su «10» De las Cuevas.
El caso es que las cosas están terminando tan mal para el conjunto «califa», que han tenido que recurrir a un nuevo entrenador, el gallego Manuel Mosquera. Y la realidad es que el bueno de Manuel no ha sido capaz de revertir la situación. Hasta el punto de que los blanquiverdes no han sido capaces de ganar ni uno de los últimos 10 partidos disputados. 5 empates y 5 derrotas ha sido el balance del Córdoba en esta final de temporada. O, lo que es lo mismo, han conseguido 5 puntos de los últimos 30 disputados. Con estos números, de no ser por la extraordinaria primera vuelta, habrían estado luchando incluso por no descender. Todo esto ha hecho que su fiel afición le dé la espalda en este final de temporada. Para el partido de mañana se espera muy poquita afluencia de la dolida afición blanquiverde. Además, por si fuera poco, se pierden el último encuentro jugadores titulares. Como su guardameta Carlos Marín y también jugadores importantes como Alberto Jiménez o Alonso. Además de las consabidas bajas de Puga y Felipe Ramos. Por contra recupera Ekaitz y Javi Flores.
En cualquier caso ambos conjuntos, tanto cordobeses como pacenses, ya deben ser conscientes a estas alturas de lo verdaderamente importante para conseguir objetivos en la vida. Como les hablábamos al principio de esta columna. Ese valor innegociable necesario, imprescindible diría yo, para alcanzar cualquier meta. Por difícil que esta sea. Puedes sacar tu orgullo y pelear cada jugada y cada segundo del partido. Y eso está bien. Puedes ponerle toda la pasión del mundo a lo que haces, también a la pelota. Y eso está mejor. Pero nunca debes perder de vista que hay algo, existe un punto de partida en cualquier camino, sin lo cual estarás siempre abocado al fracaso. Siempre que emprendas algo, que luches por algo, hazlo como decía mi señor padre: con HUMILDAD. (Gracias por tanto papá. Por enseñarme a amar este deporte pero, sobre todo, por enseñarme a vivir con los pies en el suelo, incluso cuando vuela mi IMAGINACIÓN).
