Una noche casi perfecta para Zapater
El capitán maño deja el club tras 12 temporadas y 422 partidos con un empate que sabe a poco, pero en la que el resultado era lo de menos
El Real Zaragoza puso el broche perfecto al final de temporada. No ha sido la temporada soñada, pues por undécimo año consecutivo el club maño deberá seguir en la categoría de plata. Pero al menos el final de la misma sirvió para despedir con las mejores galas y las mejores sensaciones a una leyenda: Don Alberto Zapater Arjol. El capitán de Ejea de los Caballeros, con sus 37 años, se despedía del club donde ha militado 12 campañas, 422 partidos, como profesional; pero no pudo hacerlo con victoria ante el Tenerife, por culpa de un golazo de Mo Dauda, que hubiese sido el broche perfecto.
Desde bien pronto se vio que el Zaragoza quería despedir a su capitán con una victoria y honores. Las ocasiones no tardaron en llegar de varias maneras y situaciones. Remate de Iván Azón, disparo lejano de Bebé, un tiro de Vada, muy activo hoy… Pero ninguno encontró el camino del gol principalmente porque Juan Soriano se puso en medio para impedirlo y mantener el marcador local a cero. El Tenerife quería aguantar y buscar la suya, pero no la encontraba y Cristian Álvarez era un espectador más.
El vendaval maño bajó, pero ocasiones siguió teniendo, de menos claridad, salvo un intento de Vada de gol olímpico que saca de nuevo el meta de Benacazón que, además, estaba siendo agarrado por Lluis López. Del Tenerife en ataque poco se vio, ya que la defensa maña supo maniatar perfectamente a los cuatro jugadores ofensivos del equipo de Ramis. La única opción la tuvo Sergio González a balón parado con un remate ligeramente desviado en el que Cristian Álvarez quizá se confió en exceso.
Tras el paso por vestuarios, el karma le iba a pasar factura al protagonista del primer tiempo. Y es que Juan Soriano cometería un error al sacar el balón jugado que, junto al esfuerzo y fe de Mollejo por hacer la presión, permitiría al jugador cedido por el Atlético de Madrid interceptar el pase del portero a un compañero y desviarlo a portería donde se introduciría suave y mansamente para poner el 1-0.
Un gol que tampoco cambió el partido, pues era el Zaragoza el que seguía percutiendo en busca de un segundo tanto ante un Tenerife desconectadísimo del encuentro. Iván Azón, en dos ocasiones, lo rozó, pero primero se le fue al palo y después, con un remate muy forzado, se le fue fuera por poco. También lo intentó Mollejo con un centro-chut que se envenenó, pero no encontró portería y un remate de cabeza alto.
El partido bajó sus revoluciones mucho y nada parecía indicar que se fuese a mover el marcador. El Zaragoza tenía el partido controlado y el Tenerife no lograba amenazar la portería de Cristian Álvarez. Pero cuando menos lo parecía, Mo Dauda se inventó un control y un disparo estratosférico con la izquierda que no pudo detener Cristian Álvarez, silenciando momentáneamente a La Romareda. Un gol, eso sí, agridulce para el ariete, ya que se lesionó en el remate y no pudo seguir. Un gol que evitó la victoria local y el homenaje perfecto al capitán, pero que no enturbió la fiesta en La Romareda.
El club blanquillo finaliza la liga con 53 puntos, la posición final, que dependerá de otros resultados, puede ir desde la decimosegunda a la decimosexta. Por su parte, el club tinerfeño finaliza con 57 puntos, noveno, aunque podría caer a la décima plaza si el Andorra puntúa en su partido frente al filial ‘groguet’.