Rodrygo se viste de galáctico para hacer dudar al Sevilla antes de la gran final
Dos goles del brasileño sirvieron al Real Madrid para remontar el tanto tempranero de Rafa Mir
A punto de llegar al mes de junio, La Liga Santander se encuentra ante sus últimos coletazos. Y en la gran mayoría de frentes aún queda mucho por decidir. Con unos puestos de descenso al rojo vivo, habiendo dos plazas para hasta seis equipos, y los puestos europeos aún por decidir, son muchos los equipos de la competición que aún tienen mucho en juego. Sin embargo, hay otros que, a estas alturas, ya no tienen nada en juego. Es el caso del Sevilla y del Real Madrid.
No obstante, a pesar de que en la competición liguera ya ninguno de los dos equipos tenga nada en juego, las condiciones en las que ambos equipos llegan a este tramo final de la temporada son sumamente distintas. Los de Carlo Ancelotti, tras la dura eliminación de la Champions League, no tienen ya ningún título en juego, afrontando esta fase final como un mero trámite. Por otro lado, el Sevilla, afronta este próximo miércoles una nueva final de Europa League, siendo la oportunidad de poner, una vez más, un broche de oro a una de las temporadas más complicadas que se recuerdan en el club hispalense.
Igualdad máxima en la primera mitad
Despues del habitual y emocionante himno cantado a capella por todos los aficionados presentes en el Sánchez Pizjuán, la pelota echó a rodar. y desde el primer compás del encuentro, la intensidad impuesto por el Sevilla fue sumamente superior a la que llevó a cabo el conjunto de Carletto, debido, en parte, a la situación en la que el conjunto blanco ha llegado a esta fase de la temporada.
Tal fue así, que en su primera llegada al área blanca, los de José Luis Mendilibar lograron ponerse por delante. Fue tras una internada por el perfil izquierdo, en el que Acuña ganó la espalda de Lucas Vázquez con una facilidad pasmosa. El centro inicial del sevillista no llegó a buen puerto, pero tras dos rebotes consecutivos, el esférico cayó en las botas de un Rafa Mir, que, con su pierna izquierda, acertó a colocar el esférico en la escuadra da la portería blanca, poniéndola muy lejos del alcance de Courtois.
Tras este primer y duro golpe en el minuto dos del encuentro, el conjunto blanco intentó hacerse con la posesión del esférico, tomando así el dominio del encuentro, en un planteamiento al que Ancelotti decidió salir con cinco centrocampistas. Desde ese momento, el dominio blanco fue total, lo cual se tradujo en acercamientos cada vez más claros a la meta local. Y tras un gran pase filtrado de Ceballos para Lucas Vázquez estuvo a punto de convertirse en el empate. Sin embargo, Rodrygo no acertó a colocar entre los tres palos el pase de la muerte del lateral, siendo el primer acercamiento claro del hoy conjunto violeta.
Alcanzados los veinte minutos del primer tiempo, el conjunto sevillista, sabedor de la ventaja, se encontraba cómodo sobre el terreno de juego a pesar del dominio que el conjunto visitante tenia sobre el encuentro. Por su parte, los de Carletto trataban de buscar una superioridad en la medular para colocar las tablas en el marcador. Sin embargo, a pesar del dominio con el cuero, las ocasiones claras, más allá de aquella que Rodrygo no logró transformar, no llegaban.
Sin embargo, sería precisamente el propio Rodrygo el encargado de redimir su error. Y si el empate no llegaba a través de la fluidez del juego, lo haría a balón parado. Y con una peligrosa falta al borde del área, el peligro se podría oler sobre la meta hispalense. Fue Rodrygo el encargado de transformar con un golpeo directo al palo de Bono que, tal vez producto no haber colocado bien la carrera, no vio salir la pelota de la diestra del carioca, siendo incapaz de detener el misil del extremo merengue.
Ya con las tablas en el marcador, el dominio de la pelota seguía perteneciendo a los de Ancelotti, llevando a cabo combinaciones cada vez más veloces y precisas en la zona de tres cuartos. Sin embargo, cuando el Madrid mejor estaba, a punto estuvo el Sevilla de volver a ponerse por delante. Y es que tras una de las primeras combinaciones largas en el partido, Lamela recibió un balón llovido dentro del área, y acertó a conectar un potente derechazo que golpeó frontalmente el poste derecho de la meta defendida por Courtois.
Poco a poco, las fuerzas fueron equilibrándose, hasta el punto de que los de Mendilibar, si bien no lograron quitar el esférico totalmente al conjunto madridista, si empezaron a tener más protagonismo cerca de la meta del portero belga. Tal fue así que nuevamente fue Lamela quien estuvo a punto de volver a adelantar al Sevilla, tras un centro lateral que se le marchó muy alto al extremo argentino. Y esta fue la ultima ocasión que se vio sobre el terreno de juego antes de que los dos conjuntos enfilasen los vestuarios.
Rodrygo deja al Sevilla fuera de combate
La segunda mitad del encuentro, arrancó de la misma manera frenética en la que acabó la primera. Y no solo eso, sino que también lo hizo con los mismos protagonistas. Y es que en el primer esférico que cayó en los pies de los futbolistas merengues, Rodrygo fue nuevamente el encargado de apuntarse la primera de esta segunda mitad, tras una cabalgada en la que se plantó solo frente a la meta de Bono, pero su golpeo con la pierna derecha se marchó por encima de la meta defendida por el marroquí.
No tardó el Sevilla en presentar su réplica a la ocasión del conjunto merengue, y, del mismo modo, fueron los mismos protagonistas que intervinieron en el gol de la primera mitad. Una cabalgada por la banda en la que Acuña logró dejar a varios jugadores madridistas atrás, acertó a sacar un centro que, como no podía ser de otra forma, recibió Rafa Mir. Sin embargo, el ariete español no logró enviar el cuero entre los tres palos.
A diferencia de lo acontecido en la primera mitad, el dominio del esférico en este segundo tramo del partido estaba mucho más disputado que durante los primeros 45 minutos. Ambos equipos se dividían la posesión, e intentaban causar problemas a la zaga rival a través de transiciones rápidas a la espalda de ambas defensas, pero, a lo largo de los primeros compases de esta segunda mitad, ninguno de los dos lo hizo con demasiado éxito.
Superada la hora de juego, ambos equipos introdujeron algunos cambios. En el caso de Ancelotti, motivados por la lesión de Fede Valverde, que abandonó el terreno cojeando, y con la intención de llevarse los tres puntos de Sevilla. En el de Mendilibar, algunos de los pesos pesados se marcharon a la banca pensando, claramente, en la final de Europa League que el conjunto hispalense tenia a la vuelta de la esquina.
Y como es habitual, en partidos atascados, suele ser el talento el principal encargado de deshacer el entuerto. Y el Madrid lo deshizo como les gusta a los de Ancelotti: al contragolpe. Y es que en tan solo dos pases entre Toni Kroos y Luka Modric, el esférico pasó de un córner favorable al Sevilla a Rodrygo plantándose, una vez más, frente a la meta de bono. Pero en esta ocasión, el brasileño se puso el traje de Ronaldo Nazario para hacer no solo uno, sino dos trajes a Gudelj, a quien tumbó con dos fintas de lujo para después rematar a placer.
Ya con el Madrid por delante en el marcador, ahora la pelota estaba en el tejado del Sevilla. Y a pesar de tener la mente totalmente centrada en la final del miércoles, los hispalenses se volcaron en busca de volver a poner el empate en el marcador. Sin embargo, el empuje de los locales se veía más traducido en intensidad que en acierto en la zona de peligro respecto a la meta blanca.
Sin embargo, el partido, cuando todo parecía indicar que terminaría en buenos términos, al final encontró una tensión impropia de dos equipos que no e juegan nada. Y es que Acuña vio la roja directa después de una entrada dura, fea y a destiempo sobre Dani Ceballos, que provocó una pequeña tangana entre los jugadores de ambos equipos. Un problema que ensució el partido en sus últimos compases, y que provocó la disconformidad entre los cuerpos técnicos de ambos equipos.
Tras el imprevisto, las pulsaciones volvieron a su debida medida, conforme los minutos avanzaban y el final del encuentro acechaba. Sin embargo, ya en el descuento, otro encontronazo de Jordan, nuevamente con Ceballos, volvió a convertir el Sánchez Pizjuán en una caldera contra el futbolista andaluz. Por suerte para el espectáculo, tras los nueve minutos de descuento, el pitido final llegó, poniendo fin a un partido entre dos equipos que no se jugaban nada, pero que terminó con los tres puntos volando en dirección a Madrid.