Garagarza y el Espanyol: la crónica del verano más frío
El 30 de junio el club perico presentaba Fran Garagarza como nuevo director deportivo. A horas del incio de la liga, el Espanyol es el único equipo de España sin fichar y su gestión ofrece muchas dudas
El arquitecto que hizo del Eibar un club modélico en materia de fichajes llegaba a la Ciudad Condal a finales de junio. Un hombre con ojo clínico para detectar anomalías futbolísticas y contratar diamantes en bruto. Un hombre llamado a reedificar una plantilla en proceso de descomposición, sumida en los egos de futbolistas que exigen ser liberados a cualquier precio. Y de fondo, una afición huérfana de sentimiento y sedienta de fichajes, inmersa en un sinfín de decepciones. Se avecinaba un verano intenso para el bueno de Fran.
En su presentación, el de Mutriku buscó transmitir tranquilidad, apeló a la unidad de la entidad y se mostró optimista. Su hoja de ruta pasaba por mantenerse paciente en cuanto a negociaciones, aunque eso supusiese demorarse en materia de fichajes.
» Somos un yate pero tenemos que meter remos, porque nos va a tocar remar, a pesar de que sin ellos podremos ir a gran velocidad. Mientras eso no lo tengamos claro, complicado. Y me refiero a todos. La palabra familia se debe trabajar todos […] Estoy haciendo una auditoria personal interna que me está llevando mucho tiempo para conocer a la gente, escucharles, saber cómo están, qué piensan, qué podemos hacer. […] Tenemos muchos recursos pero hay que hacer mucho. Cuanto más grande es el yate es más difícil.»
Primero de julio, primer día de mercado y primer azote para Garagarza. Regresaban a sus respectivos clubes Vini Souza, Denis Suárez, Pierre-Gabriel, Lecomte, Álvaro Fernández y Dani Gómez. Por otro lado, Joselu se marchaba en calidad de cedido, dejando poco más de medio millón en las arcas blanquiazules. Mientras tanto, el Sevilla aprovechaba la coyuntura para llevarse a coste cero a Adrià Pedrosa.
Un revés ante el que poco o nada pudo hacer el flamante director deportivo. Con muchos de los puntales fuera, tocaba retener a los que quedaban. Tarea difícil en cuanto a lo económico, y aún más en lo deportivo. El proyecto era de todo menos ambicioso, con los sueldos reducidos al 50% a causa del descenso y con una temporada en la división de plata poco apetecible.
Uno de ellos era Sergi Darder, quien desde el minuto uno anunció que no estaba dispuesto a volver a pasar por Segunda División. Demasiado talento el que atesora el de Artà para que no le saliesen novias en la máxima categoría. Una de ellas, el Mallorca, con quien lo tiene casi hecho; una vuelta a casa tan ansiada como merecida, aunque sus prisas y las malas formas hayan sentado mal entre el aficionado perico.
Y otro “sopapo” para la directiva. A finales de julio, Braithwaite abandonaba la concentración del equipo en Marbella sin previo aviso, creando un ambiente de crispación y angustia en los despachos. El danés, en rebeldía con la directiva (uno más), mostraba así su rechazo a acompañar al Espanyol en la división de plata. La reacción de Garagarza no se hizo esperar:
“El Espanyol está muy por encima de todo esto […] Es una falta de respeto grave […] Si viene con una oferta se estudiará y el club responderá»
Otro que bajaba del barco, o directamente se tiraba por la borda. Y también hay el caso Montes, otro tema sin zanjar. El mexicano, no tan vehemente, pero igual de insistente, ha comunicado su deseo de seguir compitiendo en primera. De momento, el Cachorro es blanquiazul. Falta saber hasta cuándo…
Pero no todo son malas noticias. El club cuenta con una ayuda de la Liga para paliar los efectos económicos del descenso, de 19,5 millones en materia de derechos audiovisuales, mucho más que Elche y Valladolid. Otro hilo del que tirar es el de la cantera. Será interesante ver qué papel juegan los jóvenes, llamados a dar un paso al frente.
A tres semanas para el cierre del mercado, el engranaje Garagarza sigue sin engrasar y la tensión va en aumento. Suenan nombres, poco atractivos, pero con los días se convierten en hojas alejadas por el viento. Rumores que no excitan ni lo más mínimo a un aficionado que ha visto su ilusión resignada a volver a tirar de sentimiento.
Por enésima vez.