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La amenaza árabe hace temblar al fútbol europeo

Foto: @AlNassrFC

Foto: @AlNassrFC

Las carreras de fútbol son finitas, caducas y, sobre todo, circulares. Muchos pensaron que David Beckham sentó un precedente cuando dejó el Real Madrid para emprender una corta e inesperada aventura por el fútbol norteamericano al vestir los colores de Los Ángeles Galaxy. Sin tener en cuenta, que, después de su odisea, el inglés regresó al fútbol europeo.

Y a pesar de que el desembarco del inglés en territorio americano pudo sentar un precedente allá por 2007, lo cierto es que Pelé dijo adiós al fútbol en el New York Cosmos, lejos de su Corinthians natal. Esto demuestra que los retiros dorados siempre han jugado un papel fundamental en el mundo del fútbol.

Tal es así, que las dos mayores estrellas del panorama mundial en lo que va de siglo, Cristiano Ronaldo y Messi, a día de hoy se encuentran regalando sus últimos coletazos futbolísticos en Arabia y Estados Unidos, respectivamente. El primero puso rumbo al Al-Nasr a finales del año pasado, y el segundo lo ha hecho en el Inter Miami de, precisamente, David Beckham.

Sin embargo, el portugués, caracterizado desde que se convirtiese en una estrella mundial por no tener pelos en la lengua, a principios de este mismo año realizó una afirmación que provocó las risas de propios y extraños: “La Liga de Arabia estará entre las cinco mejores del mundo en los próximos años”.

Las peligrosas consecuencias del desembarco árabe en la élite

No ha hecho falta ni siquiera un año para que el tiempo diese la razón a Cristiano. Y es que en cuestión de pocos meses, la Liga Árabe se ha convertido en un auténtico cartel de estrellas, en los que al nombre del portugués, se suman otras grandes estrellas mundiales, como son los casos de Karim Benzema o Neymar Jr.

No obstante, y a diferencia lo que representan las ligas menores con la MLS, con todo el respeto del mundo, el dinero árabe se ha convertido en un auténtico mecanismo de captación de talento. Una captación que está lejos de centrarse en las viejas glorias que buscan un retiro de oro, sino que está siendo capaz de captar la atención de futbolistas que aún tienen mucho fútbol por delante.

Riyad Mahrez, Sadio Mané, Jordan Henderson o Saint-Maximin son solo algunos de los grandes nombres de futbolistas que han puesto rumbo a Arabia a pesar de contar con un rol importante en sus equipos. Y es que los astronómicos salarios que ofrece el dinero qatarí son un límite inalcanzable para la mayoría de equipos europeos. Algo que ya ha provocado las quejas públicas de entrenadores como Diego Pablo Simeone o José Luis Mendilibar, que han visto como el dinero árabe ha empobrecido sus plantillas sin poder hacer nada para evitarlo.

Y es que, con un mercado económico inalcanzable para el fútbol europeo, era solo cuestión de tiempo que este tipo de ligas no solo se centrasen en futbolistas en busca de ese retiro dorado. Y es que, mientras no existan organismos que regulen esta situación, ¿cuánto tardarán los jóvenes talentos en elegir el dinero árabe por encima de los proyectos deportivos europeos?

Un problema que se ha convertido en un verdadero problema para muchos de los grandes del viejo continente, que han visto marchar a sus estrellas. Y es que, ningún club europeo puede competir con los salarios astronómicos que ofrecen los clubes árabes. Mejor dicho, son solo algunos clubes europeos los que son capaces de competir con esos salarios: los clubes estados.

Unos clubes que, del mismo modo que sucede con la Liga Árabe, consiste en distintas fortunas pertenecientes a un mismo fondo: el Estado Qatarí. Y de no existir una regulación pertinente, podría ser solo cuestión de tiempo que algunos de estos clubes, entre los que se encuentran el Manchester City, el Paris Saint-Germain o el Newcastle United, llevasen a cabo entre sí todo tipo de operaciones para eludir el Fair Play Financiero dentro de Europa.

Una intromisión que se ha llevado por delante a decenas de estrellas del panorama europeo, y que, sin unas normas vigentes que lo regulen, supone una amenaza a nivel deportivo y económico para el fútbol europeo, que podría verse derrotado por un nuevo contrincante que juega con sus propias normas.

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