El Granada necesita gol. Lo necesitaba antes y lo sigue necesitando de forma más imperiosa si cabe tras la ‘espantada’ de Samu y si se acaba dando el traspaso (por mucho dinero, pero traspaso al fin y al cabo) de Uzuni a la Premier League. Pero al club nazarí le faltaba, a su vez, lograr dar salida a los puntas con los que Paco López ni quiere ni desea contar. Son los casos de Famara y Weissman, si bien éste parece tener encarrilada al Venezia italiano, liberando una importante partida salarial. Para llevar el peso del gol, según informa Relevo e Ideal, el club ha puesto sus ojos en ‘Chimy’ Ávila (Rosario, Argentina, 6 de febrero de 1994) y Lucas Boyé (San Gregorio, Argentina, 28 de febrero de 1996).
Los dos delanteros argentinos tienen su futuro en el aire. En principio ninguno de los dos parecía que fuesen a salir de Osasuna y Elche. Sin embargo, el de Rosario con la llegada de Raúl García ha pasado a ser el último delantero para Jagoba Arrasate, quien también está cansado de algunas actitudes del jugador en el campo con sus expulsiones. Su salida o continuidad depende del mercado y de si Osasuna accede o no a la Conference League; pero de salir sería con un traspaso que no se estima elevado.
En el caso de Lucas Boyé, su precio si apunta a ser más elevado, aunque el cuadro nazarí tiene dinero para acometerlo. Aquí el tiempo juega en contra porque el Elche, si sale, quiere tener tiempo para poder firmar a un recambio de nivel. Por lo que desde Los Cármenes deben mover ficha rápido antes de que en el Martínez Valero cierren definitivamente esa puerta.