Hace nueve meses que Ayoze Pérez Gutiérrez aterrizó en Sevilla, y desde el primer momento dejó claro que venía para quedarse. Y así lo hizo, tras una segunda vuelta con un rendimiento espectacular el equipo de Pellegrini optó por traerlo de vuelta pero esta vez en propiedad.
Es un futbolista que ha jugado en los tres puestos del ataque, ha desbordado en banda derecha, ha tirado diagonales y regates como extremo izquierdo y ha funcionado como «nueve».
Para Pellegrini, se ha vuelto una pieza esencial en su Betis y lo ha demostrado brindándole el 97% de los minutos en estas primeras cuatro jornadas. Tiene un gran cambio de ritmo, una sorprendente visión y una relación con el gol parecida a la de Romeo y Julieta.
Su relación con la afición verdiblanca es emocionante. Las pocas veces que ha abandonado el campo, la grada se vuelca en un aplauso y en el sonido de las manos se ve la ilusión que el aficionado tiene por el jugador
Sin duda, si sigue así con el paso de las jornadas, va a suponer un problema para todos los rivales de la competición, pero sobre todo para Luis de la Fuente, que tendrá que encajar las piezas del puzzle contando con el tinerfeño.