Campeonas del Mundo (o del meme)
El pasado mes de agosto la Selección Femenina Absoluta se proclamó campeona del mundo, tras haberse logrado sendos títulos en categorías inferiores. Mas no han pasado a la historia por el hito deportivo sino por lo que sucedió en la entrega de premios y levantó una enorme polémica que se ha dado en denominar «el Caso Rubiales». No procede explicarlo, ya se ahondó en ello en otros medios, hasta el hastío. Y esto ha tenido consecuencias: suspensión de directivos, cambios estructurales en la RFEF, incursión de la política y de los políticos en el futbol femenino, denuncias ante el TAD y judiciales y querellas, y mucha repercusión social – y política.
Del hito deportivo… a ser retratadas por algunos medios como «niñatas» y por otros como «heroínas», del triunfo al meme. De la celebración y de ser celebradas a formar parte de una guerra cultural en la que ni pinchan ni cortan las futbolistas, ni pinchamos ni cortamos aficionados y medios. Podrían haber tenido mucho tirón mediático y aprovechar para mejorar las condiciones del sector en España, pero parece que solo se ha conseguido politizarlo todo, y enturbiar la situación. Hasta el punto en que se ha visto afectada la competición profesional femenina nacional.
La Liga F ¿de Fracaso?
Menudo meme de todo: ¿sintomático o sistemático?
A modo de conclusión solamente queda mencionar que más que un síntoma parece ser un problema del Sistema. Todo el ámbito deportivo sufre de estas vicisitudes, en algunos casos de modo más mediático que en otros. Es el Deporte el que tiene el problema, pero derivado del sistema sociopolítico estatal. Es complicado que se solucione por sí solo. Solamente nos queda esperar a que los actores del futbol femenino se den cuenta de que estamos en un punto de inflexión: estamos en un momento de hacer o morir (do or die). O se decide ir todos a una o el futbol femenino pasará de profesional a meme en España.
Se trata de una Liga F que se hizo profesional a la fuerza y ha pecado de falta de estructura económica, apoyo, y estructura en su proyecto. Sigue en pañales después de un año y los demás actores del futbol femenino más que estabilizarla y favorecerla parecen no entender la situación y las consecuencias de no colaborar.