Un Real Madrid más rodado puede con el Barça
Los blancos acceden a la final de la Supercopa Endesa Murcia 2023 tras derrotar al Barça por 79-90.
El Real Madrid estará en la final del domingo de la Supercopa Endesa Murcia 2023, donde se medirá a UCAM Murcia o Unicaja, tras derrotar al Barça por 80-90 en un gran partido de Walter Tavares, con 13 puntos, 11 rebotes, tres robos y cuatro tapones. La mayor soltura de los blancos, definitiva.
Como viene siendo habitual en este torneo, las imprecisiones, las pérdidas y los errores en el tiro flotaban sobre el parqué del Palacio de Deportes de Murcia. De hecho, los puntos aparecían tibiamente en ambos equipos, con unos porcentajes de acierto sumamente malos. Pretemporada, ni más ni menos. De hecho, tras cinco minutos de juego, sólo 16 puntos entre ambos equipos en el 8-8.
No sería justo tampoco acuñar todo a las imprecisiones, porque la defensa en ambos equipos también tenía mucho que ver. De hecho, sólo Gabriel Deck y Nicolás Laprovittola conseguían anotar con cierta regularidad. Comenzaban a verse ya las líneas de juego de ambos equipos, con un Real Madrid más enfocado en ese juego rápido que tanto le ha caracterizado en años anteriores, y con un Barça mucho menos atado que el que se vio con Sarunas Jasikevicius. El estilo que puso la primera piedra fue el equipo blaugrana con el 25-22.
El Barcelona metía una marcha más, y el Madrid no llegaba. Y, como un regalo divino, un «tiempo muerto» improvisado por un fallo en las luces del pabellón le caía como agua de mayo a los blancos. Y aunque no llegaban los puntos de los pupilos de Chus Mateo, los blaugranas no conseguían tampoco mantener esa regularidad en la anotación. Facundo Campazzo colocaba en buena dirección el oremus de los madridistas para el 32-20 a cinco minutos del descanso.
Campazzo jugaba con el Real Madrid como si nunca se hubiese ido a la NBA, y si un jugador de su calidad juega con esa soltura, es diferencial. Puntos, asistencias, dirección, organización… El argentino hacía olvidar la Tavaresdependencia que se vivió la temporada pasada en la entidad madridista. Sólo el descomunal partido anotador de Laprovittola empañaba la actuación de su compatriota. Aún así, la defensa de los chicos de Mateo imponía su ley al descanso con el 40-42.
Facundo Campazzo – Dzanan Musa: el dúo de la locura
Los argentinos estaban destinados a controlar el partido. Nicolás Laprovittola por el lado del Barça, y Gabriel Deck y Facundo Campazzo por el Real Madrid. Y la cara cayó para los blancos, muchos agresivos en el inicio de este cuarto y consiguiendo hacer aparecer a Dzanan Musa en partido. Los que no estaban eran Mario Hezonja, desconectado, y Jan Vesely, errático. Aún así, de esas dudas con las que empezaron los blaugranas, supieron aguantar llevar la igualdad al marcador con el 54-54 tras cinco minutos de la reanudación.
Con la cuarta falta de Vesely, se le acumulaban los problemas a Roger Grimau. La buena noticia para los blaugranas era que el Real Madrid no se escapaba en el marcador, tirando de toda esa calidad que tiene en el roster, y siendo el gran pero que poner a los blancos, que olían la sangre y no terminaban de romper el partido. Hasta que Campazzo dijo que tocaba, y llevó la renta hasta el 58-67 al final del tercer cuarto.
Diez minutos para decidir al primer finalista de la Supercopa Endesa Murcia 2023. Y las sensaciones sólo apuntaban a que fuese el Real Madrid el que la disputase. Sin Vesely, en un mal partido de Willy Hernangómez, con Laprovittola sin ser tan decisivo como antes… Quimera complicada para el Barça. La mayor rodadura de los blancos parecía ser diferencial, y más si la versión MVP de Musa aparecía sobre el Palacio de Deportes de Murcia. En el bolsillo lo tenían los chicos de Chus Mateo con el 66-78 a cinco minutos del final.
El Barça estaba muerto. El Real Madrid era un rodillo, daba igual el jugador en pista, y daban el primer golpe sobre la mesa en esta temporada ante su eterno rival. Los blancos coquetearon con los 20 puntos de diferencia, y los blaugranas, como apuntilló Grimau en un tiempo muerto, tenía que jugar para que les sirviese de cara al futuro. La cuenta y diferencia se paró en el +10 con el 80-90.