El nuevo galáctico del Santiago Bernabéu vuelve a ponerse el traje de héroe en el descuento
El gol de Bellingham en el descuento dio la victoria al Madrid ante un Union Berlin que murió con las botas puestas
Volvía la Champions League. Y lo hacía en el que es considerado por muchos uno de los estadios más importantes y místicos de la competición europea, el estadio que ha visto a los suyos levantar el trofeo hasta 14 veces: el Santiago Bernabéu. Sin embargo, lo hacía de una forma distinta. Ahora era el Nuevo Bernabéu el que se presentaría ante los suyos por primera vez en la máxima competición de clubes, mostrando su nueva cara, y con el himno de la Champions League, uno de los más icónicos del fútbol europeo, retumbando en cada uno de los recovecos del estadio.
Pero no era el estadio lo único que había cambiado para el Real Madrid. En esta ocasión, y a diferencia de la última vez que el estadio blanco se vistió de gala para recibir a la competición europea, no sería Karim Benzema el encargado de portar el brazalete blanco. Tras 14 años siendo una de las principales referencias ofensivas, este año, el Madrid debutaría en Champions huérfano de ‘9’ en busca de la ’15’. Pero este no era el único motivo por el que el partido sería histórico. Y es que en frente tendría al Union Berlin, que debutaría en la competición donde los sueños se cumplen en todo un Santiago Bernabéu.
Siempre que un equipo debuta en Champions es un partido especial. Pero lo era aún más si cabe en el caso de un conjunto alemán de origen humilde, que en tan solo cinco años ha pasado de jugar en la segunda división alemana a disputar la máxima competición europea. Y para más inri, lo haría por la puerta grande, en el estreno del Nuevo Santiago Bernabéu en su competición fetiche, con el objetivo de, por qué no, dar la campanada en su debut ante el Rey de Europa.
Una primera mitad de más a mucho menos
Y el encuentro, como era de esperar, comenzó con un Real Madrid que quería la pelota, y un Union Berlin que debutaba sin ningún miedo en salir a morder en la presión. Y ni siquiera habían transcurrido dos minutos cuando cada equipo ya se había apuntado una ocasión. Becker para el Berlin, y Joselu para el Madrid, lo que hacía prever un partido divertido. Y parecía con hambre el canterano madridista, ya que poco después del primer cabezazo, que detuvo Rönnow sin demasiada complicación, volvió a tener una ocasión de cabeza que, esta vez, se marchó rozando el palo.
Poco a poco, los de Carletto fueron haciéndose con el control del partido, teniendo cada vez un mayor dominio del esférico en la zona de tres cuartos, con continuos acercamientos al área germana, ante un Berlin que, sin embargo, no se achantaba a la hora de contragolpear. Sin embargo, transcurrían los minutos y ni el control blanco ni el atrevimiento germano terminaban de traducirse en ocasiones claras de gol hacia ninguna de las dos porterías.
Se alcanzó el ecuador de la primera mitad, y la intensidad alemana había logrado rebajar de forma muy efectiva el dominio blanco, haciendo que los de Ancelotti. jugasen cada vez más lejos del área. Pasada esta primera mitad del primer tiempo, solo un acercamiento de libre directo de David Alaba sobrevoló la portería del conjunto alemán. Lo seguía intentando el conjunto blanco a base de posesiones largas, y tras una jugada coral ahora fue Antonio Rüdiger, el otro central, el que quiso probar suerte. Pero el balón se marchó al anfiteatro.
Se alcanzó la media hora de encuentro, y ni Kepa ni Rönnow habían tenido que realizar grandes intervenciones, dejando el frenético inicio del encuentro en poco menos que un espejismo. Continuaban las posesiones largas del conjunto blanco, pero los hombres de la medular no lograban conectar con Rodrygo ni Joselu en posiciones ventajosas. Lo intentaba Modric con balones filtrados dentro del área, pero ni siquiera así el conjunto blanco era capaz de romper el entramado defensivo alemán.
Y es que el Real Madrid continuaba con un dominio total del esférico, pero se trataba de un dominio estéril, que no terminaba de incomodar a Rönnow, que no intervenía desde el primer cabezazo de Joselu. Y con este panorama se cumplió, con más pena que gloria, el tiempo reglamentario de un primer tiempo en el que los acercamientos más claros tuvieron lugar en los dos primeros minutos de los 47 que se disputaron, quedando todo abierto, una vez más, para la segunda mitad.
Asedio en la segunda mitad con premio final
La segunda mitad arrancó con los mismos protagonistas. Y de nuevo, fue el Union Berlin el primero en acercarse a la meta de Kepa, igual que ocurrió en la primera mitad, con un derechazo de Gosens que se marchó directo al lateral de la red. Prácticamente de forma inmediata, los de Ancelotti lanzaron un contragolpe al que a punto estuvo de llegar a rematar Bellingham. Igual que ocurrió en la primera mitad, la reanudación comenzó con un nivel mucho más alto del que terminó la primera mitad.
Ni siquiera habían transcurrido cinco minutos cuando Rodrygo tuvo en diez segundos dos ocasiones más claras que ambos equipos en los 50 minutos iniciales. Primero, después de una gran maniobra con la cabeza, se plantó solo ante Rönnow, que acertó a atajar su derechazo. En la segunda jugada, realizó una media tijera al centro de Lucas Vazquez, pero el esférico se estrelló en el poste. El Bernabéu, como es habitual reconoció este cambio de signo, estallando en vítores hacia los suyos.
El conjunto blanco volvía a ser dueño y señor del partido. Pero, en esta ocasión, su dominio si se traducía en un peligro real y constante sobre la meta germana. El ataque merengue era un vendaval que logró encerrar a los alemanes prácticamente en el área pequeña, y fue Joselu el siguiente en lanzar un claro aviso, ante el que tuvo que volver a intervenir el meta del conjunto visitante.
Trataban de achicar aguas como buenamente podían los debutantes, y, por momentos, parecieron conseguirlo, frenando las constantes acometidas del conjunto blanco. Y es que poco a poco, el conjunto alemán consiguió diluir el efecto insaciable que el Madrid impuso al comienzo de esta segunda mitad, volviendo a un panorama similar al de la primera parte. Pero en esta ocasión, el conjunto blanco siguió tirando de repertorio, y esta vez, actuando como el ‘9’ puro que es, Joselu conectó un gran cabezazo que, de nuevo, se estrelló contra el poste.
Agitaron el árbol ambos técnicos, en busca de cambiar lo que se estaba viendo sobre el césped. Pero el Madrid seguía a lo suyo, y una vez más Rönnow se puso el traje de héroe para mantener las tablas, en esta ocasión, tras un latigazo de Modric desde la frontal del área, que acertó a despejar a córner. A veinte minutos del pitido final, el asedio blanco seguía siendo una realidad, mientras que el Union Berlin se defendía a duras penas e intentaba causar problemas a la contra.
Lo intentaban los blancos por activa y por pasiva, y ahora era Rüdiger quien estaba cerca de deshacer el empate con un testarazo tras un córner, que se marchó por encima del larguero. Se lo creía el zaguero alemán, porque rozando los diez minutos para el pitido final, volvía a estar cerca de deshacer la igualada, de nuevo en un córner, pero ahora en una segunda jugada. No obstante, el resultado fue el mismo: se marchó por encima del larguero.
La recta final fue la máxima expresión de lo que se vio durante la segunda parte: el Madrid lo intentaba ante un Union que, ahora sí, estaba totalmente encerrado. Y a pesar de que las ocasiones se sucedían, parecía que la pelota no quería entrar. Y es que se acercaba el desenlace y el Madrid seguía sin ser capaz de deshacer la igualada.
En los cinco minutos de añadido, el conjunto blanco se volcó aún más si cabe hacia el área germana, tratando de volver a emular la épica que tuvo lugar ante el Getafe. Y así fue. De hecho, con los mismos protagonistas. Y quién iba a ser sino Jude Bellingham quien volvía a ponerse el traje de héroe, en la zona del descuento, exactamente igual que sucedió ante el Getafe, para dar los tres puntos al Real Madrid ante un Union Berlin que debutó, peleó y, sobre todo, murió de pie.