El gol se sigue pagando muy caro
Brahim y Joselu desatascan al Real Madrid en la vuelta de Vinicius, que deja su lugar en la enfermería a Alaba
Real Madrid y Las Palmas se veían las caras en el Santiago Bernabéu 6 años después de su último enfrentamiento en este mismo escenario. De los 22 protagonistas de aquel 5 noviembre de 2017 tan solo la figura de Nacho estaba presente en ambos onces, y en los dos partiendo, curiosamente desde el lateral derecho.
Por parte del conjunto canario, la ilusión de «piar» más alto que el Real Madrid se ha mantenido intacta en el tiempo, solo que en esta ocasión se vería las caras con un once con mucha menos pólvora en el área que el de aquel entonces. Pese a ello, eran sobradamente conscientes del partido al que se enfrentaban, así como de lo imprescindible que iba a ser el compromiso en defensa por parte de todos y cada uno de los jugadores.
El partido no se salió del guión esperado, y tan pronto como comenzó a rodar el esférico, lo hizo el acoso y derribo blanco. Este se iría intensificando con el paso de los minutos, empezando con un Brahim que se mostró muy reivindicativo desde el pincipio, consciente de estar ante una de esas oportunidades que no se pueden dejar pasar. Aplicado en tareas defensivas, robó muchos balones en el inicio del partido, uno de los cuales supuso el primer disparo a puerta.
Lo ejecutaría Rodrygo, pero el tiro fue tan sobrado de fuerza como carente de dirección, y el portero del conjunto canario la pudo sacar fácilmente. El brasileño había sido uno de los focos de las críticas tras la derrota ante el Atlético de Madrid, y pese a estar en una situación completamente opuesta a Brahim en cuanto a minutos disputados, pero paralela en lo que a la necesidad de reivindicarse se refiere.
El tercero en discordia en el ataque del conjunto blanco era Joselu, a quien la camiseta blanca no le estaba pesando en el inicio de la temporada, y sus actuaciones hicieron que la afición le arropase en el partido, pues durante la primera parte gozó de innumerables ocasiones para batir a Álvaro Valles, todas ellas sin éxito.
Los minutos de la primera mitad se iban consumiendo consumiendo y el runrún de la grada iba «in crescendo» ante una casuística que empezaba a resultarle amargamente familiar al aficionado madridista: un aluvión de ocasiones que no tenían el gol como desenlace. A esta situación había que sumarle la lesión en el 41′ de un Alaba al que le está costando recuperar el nivel mostrado en su primera temporada.
No obstante, desde ese momento las buenas noticias comenzarían a sucederse para los locales, la primera de ellas al filo del descanso y en forma de gol. Lo convertiría Brahim colocando el balón en la escuadra (aunque este tocó en el central) tras un buen centro raso de Lucas Vazquez, recién incorporado en el campo tras la lesión de Alaba.
Por su parte, Las Palmas tan solo pudo cortar el monólogo local en dos ocasiones, primero con una internada en el área de Cristian Herrera tras un buen pase filtrado de Jonathan Viera que Rudiger se encargó de solventar, y una posterior volea de Kaba que se marchó lejos del arco de Kepa debido a la ejecución de la misma.
En la segunda mitad, el centenar de aficionados del conjunto canario que se habían dado cita en el Bernabéu se quedaron con las ganas de ver una reacción digna de empatar la contienda, y aunque sí que adelantaron sus líneas en algunos tramos del partido, no lograron incomodar la portería defendida por Kepa.
La mayor explicación a la bajada de brazos de Las Palmas residía en el segundo y definitivo tanto del partido, cocinado por Rodrygo por mediación de un sutil centro a la cabeza de Joselu que esta vez no fallo a la hora de dirigir el remate lejos de los guantes de Álvaro. Toda una liberación que escenificó golpeando el césped con el puño en repetidas ocasiones después de una gris primera parte de cara a portería.
En consecuencia el foco de atención seguiría solamente apuntando a los jugadores del Real Madrid, y más concretamente hacia Vinicius Jr, que volvía tras dos meses de lesión y con unas ganas de reivindicarse inmensas. Prueba de ello fue su actuación en la media hora de partido que disputó, mostrándose más individual de lo habitual y regalando a su afición un amplio repertorio de florituras con el esférico. Su entrada en el terreno de juego vino acompañada de una atronadora ovación en una nueva demostración de que la acústica del Bernabéu ha cambiado para mejor.
Mientras Vinicius escenificaba la calidad, Rodygo lo hacía con el sacrificio. Consciente de su mejorable nivel en el inicio de la temporada, compensó los goles que se le demandan con un amplio compromiso peleando cada balón hasta el final. En cualquier caso ninguno de los dos logró acercarse en exceso a un tercer gol que no era necesario viendo el desarrollo del partido, por lo que primó la necesidad de dosificar esfuerzos ahora que el calendario comienza a apretarse.
Con este resultado Las Palmas se queda al filo de los puestos de descenso a la espera de ver que hacen sus rivales más directos, mientras que el Real Madrid vuelve a superar al Barcelona tras el traspiés del Metropolitano.