El Real Valladolid ha sabido revertir la situación construyendo desde la defensa. Una solidez en las tareas destructivas que ha traído dos porterias a cero consecutivas y seis puntos al casillero blanquivioleta para marcar distancia con la zona baja y poner el foco en la alta, en una apretada LaLiga Hypermotion que está arrancando. Los candados ante el CF Cartagena y el Real Oviedo devuelven la seguridad al equipo de Pezzolano y son claros ejemplos de la mejoría de los vallisoletanos.
Hasta el pasado 16 de septiembre, desde la jornada 1 el Real Valladolid no lograba mantener su portería a cero. Cuatro jornadas encajando que hipotecaron las opciones de triunfo, un bache ya superado después de estas jornadas 6 y 7 en las que John ha cerrado sus redes en un trabajo coral de compromiso defensivo. Los tiros en contra concedidos no han hecho tanto daño como en otras ocasiones, y cada jornada el plantel evoluciona para minimizar esas heridas.
En el Carlos Tartiere el Pucela aguantó diez remates, y nueve ante los murcianos en Zorrilla. Una cifra que se ha reducido respecto a partidos anteriores y que se quiere seguir bajando, ya que por el momento la media de remates en contra concedidos por los de Pezzolano es de 10,1 por partido. De ellos, solo han acabado en gol el 8,4%; es decir, seis goles encajados en 71 disparos concedidos. Esa cifra deja a los blanquivioletas como uno de los más sólidos atrás, solo superado por los tres que encabezan la clasificación (tres goles encajados) y por el Racing (cinco goles encajados).
A partir de ahí, y con 10 puntos en el casillero, situados en décima posición, el Pucela sigue su camino ascendente. Una tendencia que se quiere confirmar este domingo 1 de octubre en la visita del Burgos CF al Estadio José Zorrilla.