RCD Espanyol: Mantener la calma
Los malos resultados del equipo empiezan a preocupar a la afición perica
Hace tres semanas, después de la victoria ante el Levante, muchos pensaban que el Espanyol sería campeón en marzo sin apenas abrocharse el cinturón. A día de hoy, los ánimos están más decaídos que nunca y el fantasma del no-ascenso merodea por Barcelona. El caótico empate ante el Eldense y la derrota en Tenerife han extendido un malestar bastante generalizado entre la afición. El sentir que el equipo encaja goles por doquier y la falta de efectividad en metros finales preocupan a la parroquia blanquiazul.
De tocar el cielo a lamer el suelo en cuestión de días, exactamente lo que no quería Garagarza. Y eso que avisó a principios de temporada: “La mayor virtud es la calma”. Por aquel entonces, el equipo venía de culminar una remontada mágica ante el Amorebieta y la ilusión estaba por las nubes. Sin embargo, el de Mutriku, conocedor de la competitividad de la Liga Hypermotion, insistió: “Cuando vengan situaciones complicadas, vamos a tener que mantener la calma”. Y han llegado.
Tampoco ayuda el haber pasado de puntillas hace tres temporadas por segunda división: no dio tiempo a apreciar la complejidad de la categoría, la dificultad de mantenerse en la cima durante 42 jornadas. Y ahora que el equipo está encharcado, la afición debe responder con frialdad. Hasta el recién llegado Aguado lo advertía este jueves:
“Va a ser una liga muy competida y muy larga. El equipo que tenga más frialdad será el que más cerca esté de conseguir el objetivo”.
Es complicado pedir calma a una afición como la del Espanyol. Una afición que todavía guarda en la retina el fatídico gol de Lino en el 93’, que ha sufrido dos descensos en cuatro años y que vive anclada al temor de una recaída. El corazón blanquiazul se ha cristalizado estos últimos años: se rompe con un golpe, pero brilla cuando late.
Y es que analizando la situación con frialdad, el equipo está haciendo las cosas bien. En ataque, genera, domina, crea espacios en tres cuartos y rompe líneas. En defensa la situación es diferente. Conviven fallos estructurales y errores individuales. Los últimos de carácter más aleatorio, pero ambos corregibles. Para paliarlos ha llegado Víctor Ruiz, canterano y con una dilatada carrera en España.
El próximo desafío tiene fecha y hora. Lunes a las 21:00 h en el Stage Front Stadium. Visita del Racing de Ferrol. Veremos si el Espanyol ha aprendido a no menospreciar los equipos con poco nombre. Y tanto plantilla como afición deben recordar que ni una victoria es el paraíso ni una derrota el infierno.