Nahuel Molina llegaría al Atlético en el verano de 2022 con un perfil bajo que le situaría en los últimos escalones salariales de la plantilla. Hoy, apenas 15 meses después, se ha convertido en un fenómeno mundial que obliga a una revisión de su contrato. De hecho, en los despachos del Metropolitano ya están manos a la obra para tratar de llegar a un acuerdo para adecuar sus emolumentos al caché que se ha ganado sobre el verde y para ampliar su vinculación con la entidad rojiblanca más allá de 2028.
Mientras se trabaja en ese proceso, Nahuel ha despertado interés en el mercado. Según distintos medios, el último en unirse a la puja ha sido el PSG. El París Saint-Germain, inmerso en un período de incertidumbre debido a las potenciales salidas de varios de sus jugadores estrella, se encuentra en la búsqueda de un reemplazo para Achraf Hakimi. El lateral derecho marroquí ha despertado el interés de otros clubes, lo que ha llevado a la directiva parisina a buscar candidatos idóneos para suplir su ausencia en el equipo.
A pesar de los obstáculos económicos que esta operación podría presentar, el PSG está dispuesto a no escatimar esfuerzos en su intento por fichar a Nahuel Molina. Con un valor de mercado estimado en 50 millones de euros, no será una operación barata, pero el deseo de contar con el lateral argentino en sus filas es evidente. Tiene contrato hasta 2027 aunque el Atlético presiona para cerrar su renovación antes de diciembre, incrementando su cláusula desde los 30M€ hasta los 90M€.