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El ascenso de Omar

En un curso donde los nombres propios quedan eclipsados por la necesidad de formar un grupo capaz de sacar el club del barro, complace el encontrar jugadores que, sin alzar mucho revuelo, rindan por encima del esperado. Y Omar el Hilali es uno de ellos.

Absolutamente consolidado en la banda derecha, el marroquí cuenta con la plena confianza de Luis García. En la temporada pasada quedó subyugado a suplencias y a apariciones testimoniales, llegando a disputar 89 minutos en liga, una cifra inaceptable si el club quiere mantener viva la proyección de la cantera. Este año, Omar el Hilali parece haberse hecho con la titularidad al coincidir su buen rendimiento con actuaciones poco acertadas de Óscar Gil.

Omar despierta pasiones entre la parroquia blanquiazul, algo complicado en los días que corren. Y no es para menos. Entre las cualidades del canterano destaca su capacidad para salir victorioso en duelos individuales: es el segundo jugador del Espanyol que más duelos gana (después de Keidi) con un 63% de éxito; es el lateral de la plantilla que más balones recupera, con 5.6 por partido, y el que menos regates sufre.

Además, el Espanyol es más fiable cuando está Omar. En sus 9 titularidades, el equipo ha sumado 19 puntos de 27 posibles, mientras que cuando ha sido suplente o no ha ido convocado, la ratio es de 4 de 12.

El Hilali ha venido a sanar una herida abierta en el Espanyol. Desde la marcha de Javi Chica al Betis (2011), han pasado por el carril diestro jugadores que no han terminado de asentarse nunca en el puesto. El que más cerca estuvo, entre el amor y el odio que despertaba entre la afición, fue Javi López. Pero la titularidad del andaluz casi nunca fue hegemónica, lo que toleró la irrupción de canteranos como Marc Navarro o Víctor Gómez, o trotamundos como Mattioni o Rosales, aunque ninguno de ellos consiguió coserse al once inicial asiduamente.

En 2020 apareció Óscar Gil. Dio buen rendimiento al principio y hasta fue llamado por la selección sub-21. Como un dibujo en la arena desvanecido por las olas, el rendimiento de Óscar se ha ido diluyendo con las temporadas. En estos dos últimos cursos, ha perdido la confianza de la afición y la del técnico, a la par que su papel ha quedado reducido a un rol secundario con la llegada (o mejor dicho, la reaparición) de Omar, quien ahora sí parece tener la titularidad en el bolsillo.

El contrato del de L’Hospitalet expira en junio de 2024. Ocho meses para atar a uno de los jugadores más importantes del Espanyol, un jugador de presente y futuro. Si Garagarza le retiene, tenemos lateral para rato.

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