Posiblemente fue el jugador de la pasada Liga. Con un reconocimiento menor al no impulsar al título a un Atlético de Madrid que dimitió a las primeras de cambio. Pero Antoine Griezmann sigue a un nivel superlativo para, este curso sí, meter de lleno a su equipo en la pelea por el título. Le dio el triunfo con un testarazo impecable ante el Mallorca, en uno de esos días tras parón que amenazan con torcerse.
Un partido en el que la obligación de ganar se va convirtiendo en losa hasta que decide un líder. Griezmann lo juega todo. Sin espacio para el descanso después de haber disputado todos los minutos de los dos partidos de la selección francesa. Es el gran referente del juego del Atlético de Madrid. Tan decisivo dando criterio a cualquier acción ofensiva como en el remate de un goleador que alcanza trece goles en su temporada, decisivos para sostener la racha de récord de 18 victorias consecutivas en el Metropolitano.
Con el tanto que marcó al Mallorca, Antoine Griezmann alcanzó los 300 goles desde que es jugador profesional: 53 los consiguió en la Real Sociedad, 35 con el Barcelona, 168 en el Atlético de Madrid y 44 con la selección francesa.