Que el Real Madrid es un club complicado a la hora de encajar es algo que sabe todo el mundo. Son incontables los talentos que se han quedado por el camino en busca de triunfar con el escudo blanco en el pecho, tanto a nivel histórico como a nivel actual. Algo que se ha hecho especialmente evidente en los últimos años en la zona de ataque, por la que han desfilado con más pena que gloria desde algunos talentos prometedores como Jovic, hasta otras estrellas mundiales como Hazard.
Precisamente, y por motivos evidentes, la posición de ‘9’ ha sido a lo largo de los últimos años la más complicada de cubrir en La Casa Blanca. Una realidad tras la que se esconde un Karim Benzema que ha sido durante casi quince años el dueño y señor de la punta de ataque blanco. Precisamente por ello, era de esperar que, tras la marcha del francés, vendría una estrella del mismo calibre, que buscase estar a la altura del galo y cumpliese el papel del que ha sido uno de los delanteros más prolíficos de la historia del club blanco.
Y la realidad es que tras la marcha del francés, fueron muchos los que pensaron a lo grande: Haaland, Kane, Mbappé… Estrellas ya consagradas que estaban destinadas a ocupar el ‘9’ que Karim dejaba vacante. Pero por casualidades de la vida, ninguno de estos astros heredaría el ‘9’ del Real Madrid. Tampoco lo ha hecho Joselu Mato, un chico de la casa cuya función ha terminado siendo muy distinta a la que en un principio parecía a ser. Y así lo atestigua el ’14’ que luce con orgullo en su espalda, a pesar de que el ‘9’ haya quedado vacante.
Un niño de la cantera blanca, cuyo mayor sueño era vestir la camiseta blanca frente al Santiago Bernabéu. Un niño que, sin embargo, llegó ya hecho hombre al conjunto blanco con la función de cubrir la vacante de ‘9’ de rotación de Mariano, para, finalmente, por motivos deportivos y extradeportivos, terminar ocupando la vacante de Karim. Una posición que le quedaría grande a prácticamente cualquier futbolista del panorama internacional.
Y las estadísticas de este canterano de 33 años superan y por mucho a las de los Jovic y Mariano, que estaban destinados a ocupar el puesto que al que él parecía destinado. Y los 5 goles en 14 partidos de Liga hablan de un delantero que tal vez no sea el más virtuoso del mundo, pero cumple con su función. Un futbolista que juega de espaldas, tiene una gran capacidad para abrir espacios a los extremos y, sobre todo, remata todo lo que llega al área, algo que no se veía en el conjunto blanco desde hace mucho.
Sin embargo, resulta bastante obvio que Joselu no es Benzema. Y nunca lo será. Tampoco lo pretende, demostrándolo principalmente a través de un estilo de juego diametralmente opuesto al del francés. Y el partido frente al Nápoles fue, con casi toda seguridad, el que menor acierto tuvo de cara a puerta el ariete blanco. Fallos clamorosos que llevaron al delantero a desesperar por momentos en el césped. Pero el Bernabéu, consciente de su situación, en ningún momento le reclamó nada, todo lo contrario: fue ovacionado con cada fallo.
Como resultado de esto, en el descuento del partido, tanto va el cántaro a la fuente que Joselu acabó marcando su gol. Y tras ello, pidió perdón al respetable blanco por su escaso acierto de cara a puerta. Lo que entendió en ese preciso momento, gracias a la reacción tanto del público como de sus compañeros, es que en el Bernabéu se pueden fallar goles, aunque sea con fallos clamorosos. Lo que el público blanco no perdona es la falta de entrega y sacrificio. Y eso es algo que nunca le falta a Joselu. Por eso, por muchos fallos que cometa, el público siempre le agradecerá la entrega por encima de los fallos.