El sorteo de la Champions League es, en ocasiones, muy caprichoso. Es habitual toparnos con todo tipo de sorpresas que dejan a los equipos expectantes en lo que respecta al rival al que se enfrentarán en los octavos de final. Y este año, a diferencia de anteriores, el sorteo ha mostrado la cara amable a un Real Madrid que, sin embargo, no se confía en absoluto.
El rival del conjunto blanco será ni más ni menos que el RB Leipzig, un equipo al que Carletto y su cuerpo técnico conocen a la perfección. Y es que los alemanes fueron uno de los rivales del conjunto blanco en la fase de grupos de la pasada edición de Champions League. Y si conocen bien las armas de la ciudad de Leipzig, es porque el conjunto alemán derrotó al Madrid en el Red Bull Arena por tres goles a dos en el cruce de fase de grupos.
Un conjunto vertiginoso con un gran peligro en la zona de tres cuartos
Un equipo que ostenta la tercera posición actualmente en la Bundesliga, solo por detrás del Bayern de Múnich y el Leverkusen de Xabi Alonso, y que encuentra su mayor virtud en un vertiginoso fútbol ofensivo, de la mano de piezas tan peligrosas como Timo Wener, Yussuf Poulsen o Benjamin Sesko.
Unas armas que pusieron contra las cuerdas al Manchester City, con quien compitieron por la primera plaza del Grupo G, especialmente en el encuentro en el Etidah Stadium, en el que los de Guardiola tuvieron que levantar el 0-2 inicial que pusieron los alemanes en el marcador, evidenciando su gran potencia ofensiva… Pero también la fragilidad defensiva que ha condenado en diversas ocasiones al equipo alemán esta temporada.
Y es que si bien es un equipo peligroso, no se trata, ni mucho menos, del menos favorito por parte del conjunto blanco. Un puesto que ostentaba un Paris Saint-Germain que, finalmente, ha quedado emparejado con la Real Sociedad. No obstante, no hace falta echar la vista muy atrás para que en el conjunto blanco vean el peligro de estos caramelos envenenados, especialmente cuando sus rivales vienen de Alemania.
En 2015, en el emparejamiento frente al Schalke 04, el conjunto blanco, precisamente con Ancelotti a la cabeza, venció por 0-2 en el encuentro de ida en Alemania. En la vuelta, no obstante, los alemanas pusieron contra la cuerda a los blancos en el Santiago Bernabéu, con un resultado final de 3-4 a favor de los visitantes, que sirvió a los blancos para pasar a cuartos de final, pero con mucho más sufrimiento del esperado.
Si a este le sumamos otros precedentes como el del Wolfsburgo en 2016 o el Ajax en 2019, parece improbable que en La Casa Blanca se tomen esto como un mero trámite. Es por ello que las reacciones blancas al sorteo han sido positivas, pero siempre teniendo en cuenta el gran peligro al que cualquier equipo te puede someter en la máxima competición Europea.