Que al Real Madrid no le está acompañando la suerte con las lesiones desde que comenzó la campaña es algo que ha quedado más que en evidencia. Son muy pocos los supervivientes de la plantilla blanca que no han pasado por la enfermería en lo que va de temporada. Pero lo cierto es que la última lesión, la de David Alaba, ha terminado por descuadrar el esquema de Carletto.
Sin ir más lejos, muchos de los que cayeron lesionados durante el último parón de selecciones, ya están volviendo al verde. Ayer lo hizo Vinicius, tan solo un mes y medio después de caer lesionado. Y el próximo en hacerlo será ni más ni menos que Eduardo Camavinga, que apunta a volver a las convocatorias en las próximas semanas. Pero la lesión del austriaco, que estará fuera toda la temporada, es el gran problema al que se enfrenta el conjunto blanco.
La lesión de Alaba rompe el centro de la zaga del conjunto blanco
Una zaga que se resintió en el mismo mes de agosto, cuando Éder Militao, central de confianza de Ancelotti, se rompió el ligamento cruzado. Por suerte para el técnico italiano, aún contaba con garantías. Aún contaba con dos centrales de garantías, el propio David Alaba y Rüdiger, que se asentaron como pareja titular, con el respaldo de un siempre confiable Nacho Fernández.
Pero la lesión del austriaco no solo ha deshecho el centro de la zaga, sino el resto del equipo. Con solo dos centrales sanos, Ancelotti no tendrá otro remedio que tirar de recursos no solo para rotar, sino para también cubrir otras posibles lesiones o sanciones. Así ocurrió en el mismo partido de ayer, donde con Nacho sancionado, tuvo que ser Tchouaméni el elegido para ser la pareja de Rüdiger.
Y aquí llega el principal problema. Delegar al francés al centro de la zaga, quita a Ancelotti a la piedra angular de su centro del campo, siendo el único pivote puro. Con el francés en el campo, se ha visto incrementado en gran medida el rendimiento de un Toni Kroos liberado de tareas defensivas, y de un Fede Valverde sin ataduras ahora para incorporarse a la zona de tres cuartos.
Con Tchouaméni relegado a la defensiva, el único “pivote puro”, entre muchas comillas, es un Eduardo Camavinga que, a día de hoy, sigue lesionado. En una situación similar a la de la pasada campaña, en la que precisamente Camavinga tuvo que ocupar la posición de lateral izquierdo ante la ausencia de Mendy, Ancelotti tendrá que confiar una vez más en la vieja guarda, con los Kroos y Modric, una vez más, apuntando a tener un papel fundamental en la medular blanca.
Lo que está claro, y queda una vez más demostrado, es que el fondo de armario blanco ha apagado muchos incendios en La Casa Blanca. El año pasado, con Camavinga haciendo un papel brillante en el lateral de la zaga. Y este año, a pesar de no ser su posición predilecta… Todo apunta a que Tchouaméni tendrá que acostumbrarse a jugar al lado de Rüdiger, en lugar de hacerlo al lado de Kroos.