Después de perder 1-0 contra el Getafe, el Girona sumó su cuarta derrota consecutiva como visitante. Comenzó la Liga fuera de su estadio como un cohete, con 8 partidos ganados y 3 empates. Su bajón lejos de Montilivi compromete su segunda plaza.
Aún tiene colchón para permitirse deslices de visitante pero la dinámica del Girona lejos de Montilivi comienza a ser preocupante. Se estrechan los puntos para un objetivo impensable a inicio de temporada y convertido en obligación en el presente, estar en la próxima edición de la Liga de Campeones.
Con siete de ventaja al Atlético de Madrid por cuatro derrotas consecutivas a domicilio. En el Santiago Bernabéu renunció al pulso por el título antes de caer en San Mamés, Son Moix y ahora el Coliseum. Víctima de un planteamiento sin delanteros de José Bordalás, que ya que no puede contar con su máximo goleador por lesión, Borja Mayoral, renunció al resto para fortalecer el centro del campo y dinamitar la zona desde la que nace el fútbol vistoso del equipo de Míchel Sánchez. Llegan los momentos en los que se decide todo y el Girona ya siente la presión del favorito.