La quinta sinfonía de Kroos

La enésima exhibición Toni en el Allianz ha provocado que el madridismo y el mundo del fútbol se rindan a las virtudes del alemán

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Este mismo verano, se cumplirán diez años del desembarco de Toni Kroos en el Santiago Bernabéu. Un fichaje que llegó a precio de ganga, después de que el alemán firmase un Mundial excelso, y que ya con sus primeras palabras se ganó al madridismo: “Sé cómo son las cosas aquí. Es necesario ganar títulos, y yo soy el hombre correcto.

Unas palabras que pudieron sonar algo pretenciosas, pero que 4 Champions, 4 Supercopas de Europa, 5 Mundiales de Clubes, 3 Ligas –con la cuarta a la vuelta de la esquina- y muchos títulos después, dejaron claro que Toni es un hombre de palabra. Sin embargo, su legado en el conjunto blanco una década después va mucho más allá de lo que reflejan las vitrinas.

El último superviviente de una medular histórica

No es casualidad, de hecho, que haya sido una de las tres piezas clave de uno de los centros del campo más dominantes de la historia del fútbol. Él, Casemiro y Modric conformaron la medular de las 3 Champions League consecutivas, a la que se unió La Decimocuarta en 2022 como colofón final. Tras esta, Casemiro puso rumbo a Mánchester, y, por su parte, Modric, quien por momentos pareció tener la fórmula de la juventud eterna, empezó a sufrir los estragos de la edad.

Toni, sin embargo, el que parecía el más desapercibido de los tres, no dio un paso al lado. Y tras más de un lustro dominando Europa con Casemiro y Luka, le rodearon de los Valverde, Camavinga o Tchoauméni, a los que es de justicia reconocer la segunda juventud que atraviesa el alemán, que, a sus 34 años, está firmando una de sus mejores temporadas de blanco.

En un fútbol cada vez más físico, y rodeado de auténticos portentos en este ámbito, el fútbol se sigue jugando al son de Kroos. El futbolista que sigue llevando la manija de la medular blanca, haciendo de brújula y cerebro al mismo tiempo, y siendo un caso extraño en la actualidad: en un fútbol que cada vez se mide más en kilómetros, Kroos es el futbolista diferencial sin apenas correr.

Y el partido del Allianz Arena fue el claro ejemplo de ello. No solo por la excelsa asistencia de Toni que sirvió a Vinicius para abrir la lata. Fue tal la precisión de cirujano de la que hizo gala el alemán, que sus compañeros corrieron a celebrarlo con él en lugar de con el goleador. Con 34 años, y rodeado de jóvenes talentos, en su propio bando y en el rival, el partido se jugó en todo momento a lo que quiso Kroos.

A las puertas de otra final de Champions League, la que sería ni más ni menos que la séptima final en su carrera, Toni no dudó en arengar al madridismo en redes, invitándolos a salir a las calles el próximo miércoles y llevar al equipo en volandas en la vuelta frente al Bayern. Un madridismo que, actualmente, tiene levantar la Champions League como prioridad absoluta. Pero muy de cerca a esta prioridad, la renovación de Kroos ocupa el segundo lugar en la lista.

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