A pocos días de empezar las eliminatorias de ascenso, los rumores sobre la venta del club monopolizan las portadas de la prensa perica. Después de ocho años, el fin de la era Chen parece inminente y a posición del mismo presidente hace meses que es clara: esperar una oferta que satisfaga sus aspiraciones económicas y le permita volver a sus andaduras sin tener que pensar nunca más en esta travesía occidental.
Hace ya unos meses que Chen Yansheng dejó claro que no iba a invertir más dinero en el proyecto que le había permitido “unir trabajo y pasión”. El mandatario chino aterrizó en Barcelona dispuesto a llevar el Espanyol en volandas a la élite del fútbol español. De aquel amor de verano, a día de hoy solamente quedan las cenizas de un club devastado por un sinfín de crisis y decepciones.
Este domingo el Espanyol afronta un Play-off capaz de diezmar financieramente las cuentas del club más de lo que cualquier mala gestión podría hacerlo. Todavía no se saben del cierto cuáles serían las consecuencias exactas de no subir, aunque desde La Grada apuntan a “la reducción del presupuesto al 50% y un ERE masivo que afectaría a buena parte de la plantilla laboral”.
Ante tal abismo, cualquiera le pide al aficionado perico que afronte dos eliminatorias de 180 minutos con ilusión. De momento, Espanyol Media lo ha intentado con la miniserie “Lucha hasta el final”. Ocho cortos capítulos cargados de un sentimentalismo materializado en los testimonios de trabajadores del club, que coinciden en dejar de lado las malas sensaciones del equipo y revestirse de optimismo ante el Play-off. La iniciativa se convierte una muestra más que desde dentro del club se percibe tanto como desde fuera el descontento de la grada. El objetivo está claro: que la gente aparque unos días su desagrado y se conjure para ser el plus que necesita el equipo para ascender.
El espanyolismo debe entender que la guerra del club está en el campo y no en los despachos. Son los jugadores, únicamente ellos, los que poseen la potestad de decidir si el Espanyol jugará en primera o no la temporada que viene. Sin ánimo de sonar conformista, lo que toca ahora es ir todos a una, acudir al estadio y animar como si no hubiera un mañana, aunque pocas veces lo hayan merecido menos.
Ya habrá tiempo después para despedir como se debe al señor Chen…