El 16 de julio era una fecha marcada en el calendario por todo el madridismo. En una calurosa mañana, el feudo blanco presenciaría el primer día de Kylian Mbappé de blanco, después de siete años de idas y venidas. Una fecha especial para toda una afición que se vestía de gala para la ocasión. Y no era para menos, ya que el Santiago Bernabéu colgó varios días antes el cartel de entradas agotadas. Algo que no sucedía desde 15 años atrás, cuando el Real Madrid presentó a Cristiano Ronaldo, allá por el 6 de julio de 2009.
No había marcado el reloj aún las once de la mañana cuando los primeros aficionados blancos comenzaban a ocupar sus butacas a la espera del astro francés. Durante la espera, las imágenes del francés firmando el contrato junto a Florentino Pérez encendían a un público que ya contaba los minutos para ver al futbolista francés saltar por primera vez al terreno de juego del Bernabéu con el escudo del Real Madrid en el pecho y el ‘9’ que dejó vacante Karim Benzema a la espalda.
Una presentación a la altura del fichaje más mediático del siglo
Casi se habían cumplido las doce y media del mediodía cuando Florentino Pérez saltó al verde. Y para júbilo del feudo blanco, no lo hizo solo, sino que lo hizo con la compañía de Zinedine Zidane. Ante esto, el Santiago Bernabéu estalló a los gritos de ‘Florentino, Florentino’, que agradecía el gesto de su afición. Posteriormente, un video recopilatorio de todas las Champions League del conjunto blanco terminó por enfervorecer a las más de 80.000 personas que abarrotaban las gradas del feudo blanco.
El vídeo recopilatorio de la carrera de Mbappé que siguió a continuación también fue muy celebrado por los aficionados blancos que esperaban a que el Presidente tomara la palabra. Para cuando lo hizo, nuevamente bajo cánticos de su nombre, el respetable del feudo blanco apenas le dejó comenzar el discurso antes de romper en aplausos. Un discurso que el Presidente del Real Madrid comenzó felicitando a la Selección Español por la reciente consecución de la Eurocopa.
Posteriormente, en lo que el Presidente definió como «un acto histórico», habló sobre los valores del conjunto blanco, mencionando a algunas leyendas madridistas del calibre de Di Stéfano o Gento, y también a algunas allí presentes, como Santamaría y Pirri. Posteriormente, Florentino presentó a una leyenda conocida por el madridismo, Zinedine Zidane, a quien otorgó el mérito de invitar a Mbappé a la Ciudad Deportiva del conjunto blanco hace doce años.
Ya con el francés al lado del Presidente, llegó el momento más esperado por la afición blanca, cuando Florentino dio paso a Kylian Mbappé como nuevo jugador del Real Madrid. Desde el túnel de vestuarios, el astro francés encaró el paseo hacia el escenario bajo una atronadora ovación, con los cerca de 80.000 aficionados presente en el Santiago Bernabéu coreando su nombre. Y fue el propio Presidente el encargado de hacer las presentación del nuevo flamante fichaje blanco.
En su discurso, Florentino habló de un «gran e inimaginable esfuerzo» para llevar el escudo blanco en el pecho. Habló también de un madridismo desmedido, además de confirmar que aquel niño que visitó la Ciudad Deportiva hace 12 años, por fin había cumplido su sueño. Entonces, tomó la palabra el protagonista de la mañana, que en primer lugar solo acertó a decir un «wow, es increíble» al ver los enfervorecidos cánticos de un estadio lleno hasta la bandera cantando su nombre.
Al igual que Florentino, habló de un sueño cumplido, el de jugar en «el mejor club del mundo» . Tras agradecer la presencia de todos los allí presentes, el futbolista francés no se cortó al escuchar al estadio pedirle besar el escudo, algo que no dudó en hacer, ante la euforia de todo el estadio. Tras el discurso, el jugador cerró su discurso del mismo modo que lo hizo Cristiano Ronaldo 15 años atrás. Pidió al Santiago Bernabéu repetir lo que hizo en su día el luso al entonar el ya mítico «1, 2, 3, Hala Madrid», que fue coreado por todo el estadio.
Tras posar con Florentino junto a las quince Champions League, presentes en el escenario, el francés dio una vuelta de honor por el estadio, saludando a todos los aficionados allí presentes, que lo ovacionaban allí por dónde pasaba. Incluso se atrevió a volver a besar el escudo en su vuelta de honor, levantando los aplausos del respetable cada vez que lo hacía. Y con esto terminó la presentación del fichaje mañas mediático del siglo, que logró llenar el Bernabéu hasta la bandera quince años después de que lo hiciera Cristiano, y que no decepcionó a ninguna de las 80.000 personas allí presentes.