El estudio de la alquimia se remonta a tiempos inmemoriales. Según la enciclopedia de la Historia Universal, esta transformadora práctica despegó en el Egipto grecorromano a partir de siglo I d.C. Actualmente se conservan textos de clásicos como Demócrito repletos de recetas antiquísimas, con casi dos mil años de antigüedad, que hacen referencia al anhelo del ser humano por encontrar una fórmula química, que trasformase los metales básicos en metales preciosos.
Una quimera sin claros resultados
A pesar de que durante la Edad Media se perdieron muchos de los valiosos escritos que contenían referencias alquímicas, a raíz de la revolución científica del siglo XV, hubo un claro repunte de esta singular práctica. Los George Ripley, Enrique Cornelio, Jhon Dee o Edward Kelley bucearon en los antiguos pergaminos árabes, aparentemente sin demasiado éxito, con la esperanza de encontrar el camino correcto hacia la transmutación de los metales.
Algoritmo versus detectores de talentos
Desde hace varias temporadas la alquimia ha vuelto a ponerse de moda. Los alquimistas de la actualidad habitan en los campos de entrenamiento, en los banquillos y vestuarios de los equipos de futbol y laboratorios modernos repletos de ordenadores, donde la Big Data y la IA le han comido mucho terreno a la intuición, al ojo entrenado y a la “zorrería” de la vieja guardia. Entrenadores con la clara misión de transformar la calidad del metal/categoría en el que compiten sus plantillas a base de mucho trabajo, abnegada recolección de infinidad de datos, cuarto y mitad de probaturas, media docena de experimentos y por qué no decirlo, una pizca de suerte.
Todo un reto al que se enfrentan un año más, los cuarenta preparadores que el próximo fin de semana comenzarán su particular aventura en 1ª RFEF, con la certeza de que muchos de ellos, quedarán por el camino. Algunos quizá injustamente quemados en la hoguera, otros posiblemente serán víctimas de los resultados adversos y las malas dinámicas. Pero todos ellos con la ilusión de formar parte de esa terna de elegidos que una vez llegados al mes donde se recogen las notas, han sido capaces de trasformar el Bronce en Plata.
Varios espejos donde mirarse
Los preparadores que inician esta carrera de fondo miran con devoción el trabajo realizado por algunos de sus antecesores como Dirk Schreuder, Sergio Pellicer, Imanol Idiakez o Iván Ania, artesanos de la alquimia que encontraron la receta adecuada para llevar a sus equipos a un escalón superior y que actualmente son considerados de Plata.
En el gremio de “alquimistas”, el cambio generacional en la tercera categoría del futbol español es más que evidente. Los jóvenes talentos, con sus tablets bajo el brazo esta están haciendo un importante hueco, convenciendo a los rectores de los clubes más con gráficas y estadísticas que con hojas de servicios. Entre ellos destacan Pablo Álvarez (AD Alcorcón), Fran Justo (Algeciras), Javier Medina (Antequera), Dani Vidal (Nàstic) o Javi Rey (Ponferradina), treintañeros sobradamente preparados que aspiran a medio plazo a formar parte del futbol profesional.
Por otra parte, nos encontramos a “viejos rockeros” como Miguel Álvarez (Villarreal B) que no hace mucho tiempo logró el “milagro” de revestir de Plata a los amarillos. Álvarez, un clásico que afronta la octava temporada al frente del mini submarino. En el barco de los cutidos en mil batallas en el Bronce, también podríamos incluir a Alejandro Sandroni (Intercity), Ángel Viadero (Sestao River) o J.J. Romero (Ceuta), que tendrán enfrente, como contra punto, a debutantes en 1ª RFEF, como Jokin Arambarri (Athletic B), Albert Sánchez (Barça B), Sergio Guilló (Mérida) o Dani Llacer (Unionistas).
Banco de pruebas para exfutbolistas
La 1ª RFEF, es un caladero perfecto para encontrar a varios exfutbolistas de élite que se foguean o ganan el pan alargando una vez retirados su vinculación con el deporte rey.
Raúl González (R.M. Castilla) que lleva ya seis campañas adiestrando a las promesas de la factoría blanca o el mediático Julen Guerrero (Amorebieta) son dos claros ejemplos. Junto a ellos tendremos a Fernando Torres (Atlético Madrid B), Arzu (Betis Deportivo), Santi Castillejo (Osasuna), Juan Sabas (Zamora), Abel Gómez (Recreativo Huelva) y Josep Ll. Martí (Ibiza).
En definitiva, un puñado de estrategas que, con su dedicación e ilusión, harán brillar el Bronce y engrandecerán una categoría que sin duda merece más de lo que tiene. No solo por por los grandes clubes que la componen, sino también por los aficionados que la siguen y disfrutan con pasión y devoción, a pesar de en ocasiones ser minusvalorada por sus regentes, hasta el punto de que a día de hoy, aun ni sabemos de qué manera (precios, subscripciones…), ni las plataformas de televisión por las que la podremos seguir.