El pasado domingo 1 de septiembre, Getafe CF y Real Sociedad firmaron un empate sin goles en el Coliseum Alfonso Pérez, en el encuentro correspondiente a la jornada 4 de LaLiga EA Sports.
No sería descabellado decir que la Real disputó uno de los peores partidos de la era Imanol Alguacil, dejando unas sensaciones pésimas sobre el verde.
Estadísticamente, los datos son aterradores en clave Real Sociedad. El equipo se vio superado en la posesión del balón (47%) y tan solo chutó en una ocasión a puerta, en un tiro de Umar Sadiq que resultó bloqueado.
Por si esto no fuera poco, se retiraron lesionados tres jugadores donostiarras, Zubeldia, Hamari Traoré y Brais Méndez.
El primero se retiró del terreno de juego tras una conmoción cerebral, y parece que dentro de días ya podrá volver a estar disponible para el técnico oriotarra.
El segundo, Hamari, salió cojeando del verde y, tras las correspondientes pruebas médicas, se ha confirmado que el maliense sufre una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. De este modo, estamos hablando de la segunda ruptura de ligamento cruzado anterior de la rodilla en el Coliseum por parte de un jugador txuriurdin en poco menos de dos años, ya que Sadiq también la sufrió en Getafe.
Asimismo, se trata de la décima rotura del ligamento cruzado anterior de un jugador de la Real Sociedad en la última década, después de Granero, Canales, Carlos Martínez, Merquelanz, Carlos Fernández, Oyarzabal, Sadiq, David Silva y Aihen. Sin lugar a dudas, esta lesión es la pesadilla que persigue campaña tras campaña a los donostiarras.
En cuanto a Brais, Imanol declaró que todo pintaba a una nueva lesión del quinto metatarsiano, lesión muy común en Brais que puede llegar a apartarle entre uno y dos meses de los terrenos de juego.
En conclusión, el arranque liguero de los donostiarras deja mucho que desear y, como bien dijo Imanol y Aperribay, todo parece indicar que el equipo está en un año de transición.
Ahora mismo toca aprovechar el parón por selecciones para descansar y reencontrarse con las buenas sensaciones, al mismo tiempo que toca aferrarse a la adaptación de los nuevos fichajes que, de bien seguro, aportarán frescura e ideas nuevas a una Real Sociedad muy previsible y monótona.